La escuela de seducción
<P>¿Cómo puede un hombre de clase media, sin fama ni demasiado atractivo, conquistar a más de 100 mujeres? La comunidad de <I>pick up artists</I> dice tener la respuesta. El fenómeno mundial, que comenzó en 2005, tiene al menos un millar de seguidores en Chile. Actúan en cualquier club nocturno o incluso de día. Seguimos por un mes a uno de estos grupos para conocer sus técnicas, secretos y debilidades. </P>
El objetivo tiene entre 25 y 30 años. Carga una bolsa roja y está frente a una vitrina del Mall Plaza Vespucio. Alejandro Gómez, "Hanno" (24), se acerca a paso decidido, pero intenta parecer algo distraído. Como el juego diurno no es su especialidad y sabe que tiene sólo unos minutos para marcar presencia, habla sin rodeos.
-Ando buscando lencería fina para mi hermana que está de cumpleaños. ¿Me podrías ayudar?
La mujer luce sorprendida, pero no sólo por la extraña consulta. Minutos antes le había dado su teléfono a otro desconocido que la había abordado con esta frase:
-Hola. Me llamaste mucho la atención y quise saludarte. Soy César, ¿cómo te llamas?
Algo no cuadra en los cálculos de Claudia, nombre que César Cantabria ha querido darle a la chica para resguardar su identidad. Pese a la confusión, ella no demora en sacar conclusiones y responder.
-Hace cinco minutos me pasó algo parecido. ¿Ustedes andan en grupo?
Sin palabras, Alejandro se aleja de la vitrina y Claudia sigue su camino. César acaba de ver la escena y apenas contiene la risa. A la vez, está consciente de que será muy difícil explicarle la situación a ella cuando decida llamarla. "Esto nunca hubiera pasado en un sarge normal", dice César, refiriéndose al ejercicio de abordar mujeres en un lugar público para obtener sus números telefónicos. Lo habitual es que los "jugadores" se mantengan juntos para evitar estos contratiempos, pero la improvisación ha salido cara. Este sábado, César ha decidido sargear con dos colegas a los que no conoce demasiado: "Hanno" y "Digger", alumnos de la comunidad Seducción Chile, la alternativa a Vandada, el grupo al cual él pertenece.
Al final de la tarde, todos han sacado al menos un número de teléfono. "Hanno" está contento con el éxito de su frase de la lencería; el peruano "Digger" -Raúl Rojas- ha aplicado exitosamente la rutina de lectura de manos, y César ha logrado que una madre le dé el número de teléfono de su hija, tras aproximarse a ambas. "La clave es caerle bien a la mamá. Las dos se llamaban Daniela", celebra uno de los grandes expertos nacionales en sargeos diurnos.
Desde el segundo piso del mall, Rodrigo Contreras (34) lo ha observado todo. Lleva casi ocho años estudiando y practicando el arte de la seducción, pero hoy ha decidido mantenerse al margen. Actuar a la luz del día y en espacios abiertos es la especialidad de César, no la suya. Además, tiene que irse antes para estar con sus dos hijos, a quienes ve sólo los fines de semana. Todo lo demás debe esperar hasta que anochezca.
La mayoría de quienes entraron a alguna comunidad de seducción lo hicieron motivados por El Método, un libro escrito por el periodista estadounidense Neil Strauss en 2005. Sus páginas dan cuenta de una subcultura de gurús dedicados a desfragmentar los fundamentos de la atracción entre hombre y mujer para enseñárselos al sujeto común y corriente. Strauss se entrega a la tutela de uno de ellos, "Mystery", y comienza su transformación en "Style", un pick up artist (PUA) o, en términos simples, un maestro en la conquista de mujeres. Esta novela testimonial tuvo tanto éxito que el propio "Mystery" publicó su libró y sacó un reality en VH1. El movimiento se hizo global y cientos de PUA lanzaron sus propios sistemas. Todos comparten la base de que la apariencia no es decisiva: la autoconfianza es la clave.
Rodrigo Contreras fue uno de los pioneros en Chile. Conoció el fenómeno e inició su propio grupo con sus dos hermanos y amigos. Juntos fueron recopilando información y llevando las técnicas a la práctica por locales de todo Santiago. Por esa época predominaba el "juego indirecto": ocultar el interés y luego aplicar una serie de rutinas probadas para comenzar la conversación.
-Vas donde una mujer y le dices: "Con mis amigos tenemos una discusión. ¿Quién miente más: hombres o mujeres?". Eso está ultraprobado y es lo primero que se aprende. Toda mujer querrá responder, pero la entrada no puede durar más de un minuto- señala Contreras.
-También acercarte y preguntar: "¿Te llamas Macarena? ¿No? Pues yo tampoco. ¡Ya tenemos algo en común!". O decirle que estás muy nervioso por conocerla y no tienes nada inteligente que decirle- agrega "Hanno".
-Yo tomaba una servilleta, dibujaba un gato, le ponía una X, se la pasaba a la chica y le decía: "Te toca". Nunca falló. Te desmarcas de todos los huevones que sólo preguntan: "¿Quieres bailar?"- dice Contreras.
Estos nuevos conocimientos llegaron a la vida de Contreras cuando la relación con la madre de sus hijos estaba en mal momento. Y terminó cediendo a la tentación de probar el método en terreno. "Todo se fue a la cresta. Caché que tenía un mundo por descubrir y no me arrepiento, aunque para ella haya pasado de ser el mejor hombre al más miserable. Tengo una vida plena", señala Contreras, quien se desempeña como consultor en una empresa de seguridad. Dice que comenzó con resultados irregulares, pero que desde entonces ha tenido éxito con muchísimas mujeres, incluidas un par de figuras de la farándula de las que prefiere no dar sus nombres.
Después de un par de años de experiencia, Contreras armó sus propios seminarios. Hasta allí llegó "Hanno", en 2010, quien entonces trabajaba en un gimnasio en Rancagua y no sabía cómo responder a la coquetería de mujeres mayores. "Ahora soy yo quien va a sus seminarios", bromea Contreras. El estudiante de Kinesiología sólo se ríe, pero sabe que ya no lo ve como su estudiante, sino que como un par. Desde entonces salen al menos semana por medio a lugares como Alto San Francisco, Bar Constitución, Bar 89 y Club Amanda, para seguir mejorando su técnica.
-El material enlatado es súper fácil lanzarlo; lo difícil es mantener la conversación. El lenguaje corporal también es fundamental. Para mí todo esto es crecimiento personal. Mientras mejor estés tú, mejor te irá con las mujeres- afirma "Hanno", que cuenta entre sus hazañas un romance con una de sus profesoras.
-Yo me leí todo lo que existía, pero me di cuenta de que todo el movimiento era súper comercial. La teoría enlatada ya la deseché -sostiene Contreras, admirador de Zan Perrion, un gurú de la seducción cuyo enfoque es más natural y enseña a sacar la propia personalidad en vez de crear un personaje a base de rutinas aprendidas.
En su momento álgido, Contreras calcula que la comunidad de seductores tenía unos dos mil seguidores en Chile, pero muchos se limitaban a postear en las redes sociales y a opinar en los foros donde cada uno se jacta de sus resultados. Con este nivel de convocatoria se hizo imposible cobrar por los seminarios. "Estamos vendiendo iPads en el año 1800. La mente de la gente no está abierta para esto", opina Rodrigo Palacios, de Social Arts, una comunidad creada hace tres años por estudiantes de Sicología de la UC y la Adolfo Ibáñez.
-Nuestros seminarios son abiertos. La gente no paga y recibe coaching personalizado. Generalmente se trata de tipos con baja autoestima, mal vestidos, pero también hay otros a los que no les iba mal, pero quieren mejorar. He visto tipos negados que han tenido resultados increíbles- asegura Contreras.
"Cajun" (24) está fuera de forma. La apariencia no lo acompaña. Se involucró en la comunidad hace dos años, pero se alejó después de cuatro meses, pues encontró polola. Hace poco terminó esa relación y esta noche está dispuesto a regresar a la pista en el Bar Constitución. "Acabo de salir de la esclavitud (ríe). Este es un tema fabuloso y es mucho más que agarrarse minas".
Contreras lo mira desde lejos. "Tiene mucha teoría, pero recién está saliendo del huevito", dice. Sus movimientos se ven forzados y las mujeres incómodas cuando trata de tocarlas para generar cercanía. "El porcentaje de éxito es más alto, pero también se puede fallar. No es inmediato y pueden estar sin hacer nada en las primeras 10 salidas, pero luego dan un par de besos y ya es una evolución increíble para ellos", proclama el maestro.
Mientras, "Hanno" está besando a su primera mujer de la noche, después de abordarla al lado de la estufa, con la excusa del frío. Cuando la jornada termine, contará tres besos y dos números de teléfono.
A diferencia de sus alumnos y otros seductores, Contreras es uno de los pocos que no tienen problema con que sus cercanos conozcan el estilo de vida que lleva. Sus padres lo saben y sus hermanos también, pues estuvieron dentro de la comunidad, pero "colgaron los guantes" al conocer a la mujer indicada. El tampoco descarta esta posibilidad: "Busco mi media naranja, pero nada me impide tener muchas mandarinas por mientras".
Sin embargo, las herramientas de la comunidad no están hechas para mantener la fidelidad en una relación estable y él lo sabe. Su verdadera meta es otra y está guardada celosamente en una tabla Excel de su computador. Allí están enumeradas cada una de las poco más de 100 mujeres a las que ha seducido. Entonces, cita la película Don Juan DeMarco, en la cual el personaje de Johnny Depp asegura haber conquistado a 1.500 mujeres. Contreras es algo menos ambicioso: sólo quiere llegar a mil.
-Sé que es difícil, pero mientras más me acerque a la meta, más agradecido de la vida estaré.
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