La evolución de los chamantos de Doñihue
<P>Piezas únicas, basadas en prácticas ancestrales de tejido de la zona central, ponen este arte al alcance de un nuevo público. </P>
Mediante un desfile de modas en el Museo de Rancagua, la marca De Chamanto dio a conocer sus piezas de artesanías únicas, que ponen este arte al alcance de un nuevo público. La nueva colección de estos tejidos ornamentales, tradicionales de Chile central -que incluyen los ponchos llamados chamantos-, fue desarrollada durante más de un año por la Agrupación de Chamanteras de Doñihue, internos del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Rengo y la orfebre Giovanna Alé, con la ayuda del artesano Daniel Vicencio y diseñadoras del programa de Artesanía de la U. Católica, a través del proyecto "Innovando en la artesanía Tradicional del Cachapoal", financiado por el gobierno regional de O´Higgins.
En esta técnica de tejido tan olvidada, las 18 chamanteras que participaron del proyecto se propusieron diseñar tres líneas para llegar a nuevos nichos con sus piezas únicas: De Chamando Textil, que incluye carteras y bolsos en base a tejidos tradicionales de la zona; De Chamanto Cuero, donde a las piezas se les incorpora terminaciones en cuero y De Chamanto Plata, que mezcla textil y metal en la producción de joyas contemporáneas.
Estas prácticas ancestrales, heredadas durante varias generaciones, eran realizadas con una lana muy fina y exclusiva, pero debido al costo y extenso trabajo que conllevaba su fabricación, se cambió la técnica para incorporar el hilo o algodón.
La directora del proyecto, Celina Rodríguez, señala que, desde el comienzo, la propuesta se preocupó de situar el tejido como el eje central del producto, por lo que desde esa mirada se buscó respetar sus genes y su forma cuadrangular. Además, agregó que "el desafío que asumimos desde el comienzo fue poner el textil como componente principal, haciéndolo interactuar con otros materiales, como el cuero y el metal".
La elección de los diseños fue a través de la diseñadora a cargo del proyecto, Soledad Hoces, quien decidió diseños más femeninos para su nuevo público, como rosas y racimos de uva. "La idea no es despegarnos de absolutamente de ese mundo huaso. Por ejemplo, se ponen elementos aislados, no vinculados junto a otros elementos y eso lo planteamos como una innovación dentro del mismo tipo de tejidos", señaló.
En cuanto a la selección de colores, se trabajó en todos sus diseños con una paleta en tonos rojos, grises y negros.
El futuro del proyecto es comercializar sus productos en partes estratégicas del país, incluyendo Doñihue, Rancagua y Santa Cruz, debido a la cantidad de turismo que hay en esa zona.
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