La gestión en colegios de la masonería que complica al candidato
<P>Entre enero del 2011 y noviembre del 2012, Franco Parisi encabezó la administración de los recintos La Fontaine y Las Américas.</P>
Para los profesores del colegio La Fontaine el apellido Parisi es sinónimo de uno de los períodos más complejos que ha tenido el recinto educacional ubicado en la calle Coventry de Ñuñoa.
Para María Soledad Norambuena, presidenta del sindicato de trabajadores del recinto, la llegada a la administración de Palermo Multimedia, sociedad encabezada por los hermanos Franco y Antonino Parisi, generó altas expectativas entre los funcionarios. "Fue en enero del 2011, ofrecieron pizarras computacionales nuevas, equipos de PC en todas las salas. Ellos tenían interés de implementar el Programa Escuelas Sin Fronteras, pero no cumplieron en nada", sostiene la representante de 52 personas, 40 de ellos docentes. El grupo empresarial también tenía el control del colegio Las Américas de La Reina. En ambos, eran administradores del 70% de los establecimientos, pertenecientes al Club de la República de la Masonería chilena.
La dirigenta manifiesta que a poco andar sintieron el trato de sus nuevos superiores. "Entró toda la familia de Franco. La hermana Sandra era directora y su madre igual tomaba decisiones", comenta. Antonino "tuvo problemas con algunos colegas. Una vez llegó diciendo que a quien no le gustara cómo eran las cosas que se fuera, porque era su colegio", expresa.
La dirigente relata que al pasar los meses, las mejoras prometidas no sucedían y se registraron algunas irregularidades en el pago de sueldos. "Comenzaron a llegar cartas de las AFP, donde nos informaban que no se estaba cotizando y nos empezamos a preocupar", dijo Norambuena.
Los empleados detectaron que la situación se repetía en toda la planta de personal. "Ahí comenzó la crisis. (Los Parisi) comenzaron a alejarse, dejaron gente a cargo, hasta que no aparecieron más", comenta Ania Olivares, ex dirigente.
El sindicato del colegio La Fontaine realizó las denuncias a la Inspección del Trabajo. "Parisi no se hizo cargo de nada y no creo que lo haga. El dice que no hay causas en contra suya, eso es lógico, porque no era nuestro empleador. Si bien no se aparecía tanto por acá, firmaba los papeles", relata.
En noviembre del 2012, la situación era insostenible y Palermo Multimedia devolvió los recintos a la masonería con deudas previsionales. Carlos Castro, abogado representante del Club de la República, asegura que el manejo fue deficiente. "Se pudo iniciar el año escolar 2013 solamente en La Fontaine. En Las Américas no hubo la suficiente matrícula, se produjo una estampida de alumnos", narra.
Castro señala que hubo ilícitos en ese período. "Hubo descuentos previsionales que no fueron entregados en las instituciones correspondientes (...). Eso tiene sanción penal", expresa. Asegura que esta semana presentarán una querella por apropiación indebida, en contra de los que resulten responsables del hecho.
El Club de la República ya había presentado una acción civil por perjuicios en contra de la sociedad encabezada por Franco Parisi. "Busca una indemnización de $ 800 millones, referente a los pagos de remuneraciones que afrontó el Club de la República, más el no pago de arrendamientos y no cumplimiento hacia terceros", indicó.
Según Castro, en tribunales hoy existen 70 juicios laborales por no pago de previsión en ambos recintos educacionales.
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