La hermana del animador que protagonizó su adiós

<P>Paola Bontempi se convirtió en el rostro de la familia en la ceremonia de despedida.</P>




Fue el primer pariente de Felipe Camiroaga que habla de manera extensa acerca de su herencia personal. En la despedida de ayer en TVN, su hermana, Paola Bontempi Fernández (33), habló ante los presentes y fue el rostro del clan ante el público. Aunque su figura no es tan conocida en Chile, Bontempi luce un generoso currículum en España. Ayer, visiblemente emocionada, pero conservando la compostura, Bontempi se dirigió a los presentes. En la primera fila estaba, además, su marido y su pequeña hija, Adriana.

La hermana del fallecido conductor es hija del matrimonio que María de la Luz Fernández -madre de Camiroaga que abandonó Chile cuando él era niño para establecerse en España- formó en Islas Canarias con el también chileno Fernando Bontempi. Atraída por el teatro y las artes, desde pequeña ingresó a diversos seminarios de interpretación en reputadas entidades, como la Universidad de La Laguna, en Tenerife, y la de Harvard. Luego, partió a estudiar arte dramático en Londres.

Pero tal vez su momento más cercano con la audiencia local vino de la mano de su propio hermano. En 2006, Camiroaga la presentó ante el público chileno, cuando animaron juntos el debut de la segunda temporada de Animal nocturno y además realizaron una nota en conjunto. "A mí me lo propusieron, pero me dio pudor. Pero al final me convencí, porque es muy bonita nuestra historia; somos hermanos de mamá y fuimos criados por separado", explicó el animador en ese momento.

Sólo tres meses antes, Camiroaga estuvo con ella en España, cuidando a la madre de ambos que sufría del cáncer que finalmente causó su fallecimiento. Además, fue invitado a Expreso de Mediodía, el matinal que Bontempi conducía en Islas Canarias. Según contó ese año Nuria del Rosario, amiga y productora de Expreso..., Bontempi se inspiró en Camiroaga para forjar una carrera en TV: "Siempre habla de Felipe y muestra fotos suyas", dijo.

Luego de sus estudios en Londres, la actriz se mudó a Los Angeles y concentrarse en el cine y la TV. Eso sí, su futuro empezó a encaminarse en el teatro: protagonizó obras como La Venganza de Don Mendo y Don Quijote, aparte de incursionar en publicidad. Luego de tres años, retornó a Madrid.

Ya en la capital española, su experiencia en las tablas y su atractivo rostro la hicieron saltar al cine. Uno de sus protagónicos más aplaudidos fue la cinta Oscar, una pasión surrealista (2008), de Lucas Fernández. Su apuesta por la pantalla grande la mezcla con una ascendente carrera como presentadora de TV Canaria, en espacios magazinescos, como el mismo Expreso de mediodía.

Ayer, durante la misa de responso, tomó el micrófono en dos ocasiones y recordó a Camiroaga como "un niño con una vida interior enorme" y "un adolescente rebelde", destacando episodios de la juventud del conductor, como su primer viaje a Juan Fernández y la vez en que "se presentó a la madre de su polola con un loro en el hombro". "Felipe sabía estar solo, ese es un don que nace de la fuerza de espíritu. Pero desde el fondo de su ser amaba a la gente", aseguró en su emotiva segunda intervención.

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