La heroína del archipiélago Juan Fernández: "A fin de año queremos volver a la isla con mi familia, igual se extraña"
<P>A sus 12 años, fue la niña que aquella noche del tsunami tocó el gong y dio la alerta que salvó a muchos de los residentes.</P>
Martina Maturana Gálvez (17) se hizo conocida como "La niña de la campana", después de salvar a cientos de personas en Juan Fernández, al tocar el gong y dar la alerta del tsunami que estaba por llegar a las costas del archipiélago.
Hoy, a casi cinco años del 27/F, Martina hace su vida lejos de la isla. Se fue de allí hace más de tres temporadas. Actualmente, junto a sus padres -ambos carabineros- y su hermana menor, reside en Curicó, Séptima Región.
Luego de pasar por distintos colegios, el año pasado dio exámenes libres y ahora se encuentra buscando un nuevo establecimiento para cursar su último año escolar. El próximo año espera entrar a la carrera de fonoaudiología. O al menos ése es su sueño.
Pero su memoria sigue fresca. A mediados de 2011, un año y medio después del terremoto, la menor, por aquel entonces de 14, decidió dejar la isla -que fue su casa durante más de cinco años- y se mudó a Viña del Mar junto a sus abuelos y su hermano mayor. Allí cursó 8° básico. Lo hizo por varias razones. Entre otras, aburrida de algunos comentarios -dice ella misma-, de "ciertas personas", que la acusaban supuestamente de haber "querido hacerse famosa" al tocar la campana. Hasta hoy no ha vuelto.
¿Qué recuerdos tienes de la isla?
Muy buenos, fue una linda etapa. Más encima, la edad en que yo llegué, a los nueve años, fue la mejor. Allí hay mucha naturaleza y para un niño es buenísimo. Vivir en una isla es muy relajado. No corres ningún peligro y puedes salir sin problemas. Es todo muy tranquilo y lo disfrutas al máximo.
¿Fue muy drástico el cambio?
Mi vida acá igual es tranquila, pero al principio fue fuerte, porque no conocía mucho el lugar, pero me pude ir adaptando.
Antes de irte de la isla hubo un problema con una entrevista, según la cual no parecías estar muy a gusto en Juan Fernández...
En esa entrevista se malinterpretaron las cosas, pero al isleño igual le dolió lo que había salido y se lo tomó súper mal. Después hablé con algunos y lo aclaré. Pero lo que realmente pasó es que en ese tiempo yo caí hospitalizada, y una asistente social de Carabineros le dijo a mi familia que, por motivos de salud, no debía volver a Juan Fernández. Me fui a Viña, con mis abuelos. Y no volví nunca más.
¿Mantienes contacto con tus amigos del archipiélago?
Ya no tengo muchos. En su tiempo tuve allí a mis mejores amigos, pero luego del enredo, como que dejamos de hablar. Y, después, reconozco que nunca más pesqué.
¿Cómo ves la actitud de Chile, como país, frente al terremoto y tsunami del 27 F, especialmente respecto de Juan Fernández?
Para mí, en lo personal, fue muy impactante. No voy a decir que no hubo ningún tipo de ayuda, porque sí la hubo, pero siento que no se apoyó tanto como debiese.
¿Qué faltó?
Recuerdo que iba mucha ayuda a todo lo que había sido afectado en el continente, pero a la isla encontraba que no habían llegado muchas cosas. Claro, en su momento llegó ropa y mercadería, igual ayudaron harto, pero en lo que son cosas grandes, la verdad es que no.
Hoy, cinco años despúes, ¿te ves o te sientes como la heroína de la noche del tsunami?
No sé. Para mí es muy especial. Ya ha pasado harto tiempo y es algo que se ha mantenido constante en mi vida. Mis amigos me hacían bromas, muy en buena onda, como "la campanita" y cosas así.
Y al llegar al colegio, en Viña del Mar y en Curicó, ¿también te hacían bromas?
Sí, también. Era lo mismo de siempre, pero todo en buena onda. La diferencia es que la gente de acá, en el continente, lo valoraba más.
¿Las personas te reconocían inmediatamente?
Al principio iba al supermercado y decían: '¡Oh, mira, esa es la niña de la campana!'. Yo quedaba como: '¿Qué?'. Despues pasó el tiempo y crecí. Ahora ya no me reconocen.
En cuanto a la reconstrucción de la isla, ¿qué opinas que vaya sólo en un 49% y que aún haya muchas cosas pendientes?
Bueno, yo no he vuelto desde que me fui, pero, por lo que he visto, no hay un gran avance. Mientras estaba ahí no llegó tanta cooperación. Apenas ocurrió todo, Felipe Cubillos apareció enseguida y ayudó con el colegio, que fue muy importante, pero después no sé. He visto la isla en reportajes y fotos. Creo que está súper linda, siempre ha sido hermosa, pero todavía falta mucho por hacer.
¿Piensas regresar algún día?
A fin de año queremos ir con mis papas y hermanos. Con todo, igual se extraña.
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