La historia alba de Tapia y Riffo

<P>Ex técnicos, preparadores físicos y compañeros repasan los orígenes y las primeras anécdotas de las carreras de los integrantes de la dupla técnica que le dio la trigésima estrella de su historia a Colo Colo. </P>




La historia de Héctor Tapia como integrante del primer equipo de Colo Colo comenzó en 1994. Un año antes, el entonces mediocampista había formado parte de la selección Sub 17 que obtuvo el tercer lugar en el Mundial de Japón, en el plantel que dirigía Leonardo Véliz y en el que también destacaban Manuel Neira, Frank Lobos y Sebastián Rozental.

El 19 de junio de ese año, los albos enfrentaron a Huachipato por octavos de final de la Copa Chile, que terminarían ganando. El actual técnico del "Cacique" fue titular. En los 62', lo reemplazó el brasileño Toninho. Ignacio Prieto, DT de ese plantel, recuerda: "Siempre tuve la apuesta de creer en la gente joven. Y desde un principio Tapia me llenó de gusto. Jugó varios partidos en el campeonato. No tengo alguno grabado en específico, pero tuvo un buen debut como jugador, tal como ahora lo está teniendo como DT. Héctor es un jugador muy comprometido con Colo Colo, que remarca la importancia de haber estado en el club desde juveniles. Más de algún dirigente me preguntaba por qué prefería a Tapia y no a (Manuel) Neira. Héctor siempre me impresionó y aprovechó sus oportunidades". Agrega: "Cuando lo contrató el Lille, su técnico me llamó para consultame. Yo había jugado ahí. Haber ido a Francia fue importante para él".

Pedro Reyes, quien también compartió camarín con Tapia, agrega que "era bastante completo, corpulento y aguantaba bien. En lo físico siempre sobresalió. Por eso no se le notó cuando pasó a enfrentar a jugadores con más edad.Tenía buen cabezazo". A nivel personal, destaca que "era un muchacho súper ubicado. Entró bien en el grupo y eso no era fácil, porque eran jugadores de experiencia. Algunos de ellos habían ganado la Libertadores. Como era equilibrado y responsable, le tomamos mucho cariño. Por eso, no me sorprende su éxito. Con Riffo son identificados con el club, tienen el apoyo de la gente, han respaldado a los jóvenes y, si bien les queda mucho por aprender, uno augura un gran trabajo a largo plazo".

En el mismo sentido, Marcelo Oyarzún, preparador físico de Colo Colo que participó en el título continental de 1991, añade que "en 1993, junto con Mirko Jozic lo incluimos en la pretemporada. También fueron Neira y (Frank) Lobos. Héctor siempre fue un muchacho alegre, observador, respetuoso y muy trabajador. Estaba enfocado en ser un gran jugador y tenía claros los sacrificios que debía hacer para lograrlo. Era un muchacho distinto, muy centrado. Después, con Juvenal (Olmos) lo llamamos a la Selección. Ya era un profesional metódico, exigente y serio".

Mientras, Carlos Barrera, médico albo en la misma época, se impresionó por la cercanía de los padres de Tapia y su influencia en su carrera: "La relación entre ellos era muy grande. Sus papás siempre estaban presentes. Quizás eso generaba que, a pesar de ser locuaz, nunca se subiera por el chorro. Tenía claro su lugar. Interactuaba con el entorno, pero nunca se sobrepasó. También destaco su responsabilidad en el trabajo invisible".

Miguel Riffo despierta admiración unámime entre quienes conocieron su paso por Macul. Su capacidad para sobreponerse a la malformación congénita llamada "pie bot" y transformarse en un futbolista de elite destaca. "Miguel siempre se sobrepuso a todo. Su problema físico lo disimulaba con una técnica extraordinaria. Muchos nos dimos cuenta varios años después de que subiera al primer equipo que tenía un tema muy delicado. Recién cuando lo veíamos perderse partidos y preguntábamos qué pasaba, nos enteramos varios de lo que padecía. Jamás se lo trató diferente o se le tuvo cierta lástima. Al contrario. Su entereza y dedicación nos mostró el camino de como se debía vivir esta profesión", declara el delantero Sebastián González.

El arquero Cristián Muñoz, hoy en Universidad de Concepción, lo reconoce como "un líder, junto con David Henríquez, 'Kalule' Meléndez y Arturo Sanhueza. Era muy inteligente y técnico. Además, era apasionado y trabajador. Supongo que ahora exige lo mismo de sus dirigidos".

Oyarzún destaca que "lo dirigimos en la Sub 23 en 2004. Que haya jugado a nivel internacional es un milagro.Lo logrò por su tenacidad y talento. No hay otro caso así en el fútbol mundial". El PF de Toluca concluye que "con 'Tito' deben conformar una dupla grandísima. Cuando Juan Gutièrrez me comentó que querían a Esteban Paredes y que esa dupla llevaría el proyecto, no dudé en decirle que era una dupla ganadora. Y que lo felicitaba por brindarles apoyo".

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