La historia del ex Mapu que vive con protección por ataques mapuches
<P>Juan de Dios Fuentes fue intendente durante la Unidad Popular, estuvo preso y fue torturado.</P> <P>Hoy pide aplicar la ley antiterrorista a los mapuches que lo atacan.</P>
"No abandoné el país en tiempos muy difíciles, menos voy a abandonar mis tierras ahora. Sólo saldría muerto de aquí". La sentencia corresponde a Juan de Dios Fuentes Rojas, quien ha sufrido 24 atentados para conminarlo a abandonar sus tierras en Ercilla, la "zona roja" del conflicto indígena, por lo que permanece con resguardo policial las 24 horas del día.
Si bien viene de una familia de derecha que vive en la zona rural de Ercilla desde 1870, en su juventud se vinculó a la juventud Demócrata Cristiana, desde cuyas filas fundó, en 1968, el Movimiento de Acción Popular Unitario (Mapu), que patrocinó la llegada de Salvador Allende al poder.
En esas lides conoció y trabajó junto a emblemáticos políticos como Enrique Correa, José Antonio Viera-Gallo, José Miguel Insulza, Oscar Guillermo Garretón, Carlos Montes y Rodrigo González. Con ellos formó "un movimiento revolucionario, porque pretendíamos transformar la sociedad, entonces luchamos por la justicia social".
Tras el triunfo de Allende, se transformó en intendente del Biobío, hasta el golpe militar, y "caí prisionero en Chillán, junto a miles de chilenos, y estuve detenido un año y medio. Estuve en la Isla Quiriquina, en la cárcel de Chillán y luego quedé muy resentido de salud, casi al borde de la muerte, porque fui sometido a un tratamientos sistemático de torturas durante seis meses. Entonces me mandaron al fundo, confinado, para que muriera acá".
En ese proceso, se dio un contexto similar al que vive hoy. Para que no saliera de sus tierras, estuvo vigilado por militares y también por carabineros que se instalaron en una garita en la entrada del fundo.
Y es esa imagen la que revive hoy, pero desde una trinchera distinta. Actualmente, existe otra garita, pero para protegerlo de los ataques de mapuches. El agricultor dice que nuevamente vive como en cautiverio.
Hace tres años decidió retirarse al campo para vivir con tranquilidad. Pero no pudo, pues comenzó a sufrir atentados. Ya van 24 en contra de su persona o de sus bienes materiales.
Fuentes asevera que, pese al hostigamiento, que ha incluido quemas de siembras, cortes de alambre, robos de animales, destrucción de unas 30 hectáreas de bosque nativo, amenazas de muerte y disparos contra su persona, no pretende vender. Es más, enfatiza que durante el gobierno militar "viví situaciones límites. Me llamó el fiscal militar y me dijo: 'Le pedimos que abandone el país, porque es peligroso que usted esté acá'. Y dije: 'No, de Chile no me voy'. Y no me fui".
Molesto por la experiencia que le ha tocado vivir, afirma que sus atacantes mapuches merecen ser llamados extranjeros. "Como dicen que no son chilenos y que pertenecen a la nación mapuche, entonces son extranjeros en tierras chilenas", argumenta provocativamente. "Y por eso puse una bandera chilena en la entrada, para que sepan que están en tierras chilenas", concluye.
Antes de instalarse definitivamente en su fundo, Fuentes tuvo tiempo para decepcionarse de la política. "Llegó un momento en que las cosas se desvirtuaron. Después de la vuelta a la democracia, empezaron a asumir cargos de gobierno gente que no tenía ninguna experiencia de vida", se lamenta. "Se transformaron en unos burócratas que le dieron vuelta la espalda al pueblo", comenta quien fue director de Enacar durante el gobierno de Frei Ruiz-Tagle.
Según él, la larga permanencia en el poder puede ser una buena explicación para lo sucedido: "Creo que estar 20 años en el gobierno es muy malo para cualquier partido político. Por eso estuve siempre de acuerdo en la alternancia, por el tiempo que diga el pueblo; es sano políticamente para el país".
Agrega que en la actual situación, el gobierno anterior tiene gran responsabilidad, ya que "por un lado decía que iba a aplicar la ley, que iba a hacer las presentaciones ante tribunales por la quema de camiones y de galpones y, por otro lado, seguía dando tierras (a los mapuches) y se les estaba ayudando y apoyando".
Con el mismo énfasis critica lo que han debido soportar otros agricultores de la región. "Es imprescindible aplicar más la Ley Antiterrorista, ya que esto de andar expulsando a la gente, a (René) Urban, a (Jorge) Luchsinger, es lo mismo que el gobierno militar; es un muy mal precedente y en eso soy muy crítico respecto de los gobiernos de la Concertación, porque tuvieron una mano muy blanda".
Mientras tanto, insiste en que "si no me fui de Chile y no abandoné mi tierra y mi familia en condiciones extremas de amenazas, menos lo voy a hacer hoy día, en tiempos de democracia"
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