La historia del sacerdote denunciado por abusos en colegio de Chicureo
<P>El religioso filipino Richard Aguinaldo será formalizado por el supuesto ataque a un niño en el establecimiento. Una casa de la congregación fue allanada por la PDI.</P>
"Era callado, retraído y casi nunca lo veíamos. No escuchaba lo que teníamos que decirle". Así recuerda una apoderada del Centro de Padres del Liceo Espíritu Santo del Verbo Divino, ubicado en San Joaquín, al sacerdote Richard Aguinaldo, quien fue director del establecimiento.
El sacerdote, de origen filipino, llegó a Chile el 12 de junio de 1991 y ha ocupado diversos cargos en la Congregación Verbitas, que administra los colegios del Verbo Divino. Actualmente, de hecho, es el viceprovincial, el segundo cargo más importante de la congregación en el país.
Este lunes la Fiscalía de Colina lo formalizará por el abuso sexual de un menor de cuatro años, que habría ocurrido entre marzo y octubre de este año. Según el Ministerio Público, los abusos ocurrieron al interior del Liceo Alemán del Verbo Divino de Chicureo, donde Aguinaldo era el encargado del Departamento de Misiones.
El religioso comenzó su carrera docente en Chile en 1993, cuando asumió la vicerrectoría del Liceo Alemán de Los Angeles, en la VIII Región. Se mantuvo en el cargo durante tres años y fue destinado a hacerse cargo de formación de sacerdotes en el Seminario de La Florida. Posteriormente, la orden religiosa lo nombró director del Liceo Espíritu Santo y El Pinar del Verbo Divino, en San Joaquín.
En septiembre los padres de un niño de prekínder denunciaron ante Investigaciones que el pequeño había sido abusado. Los policías realizaron diversas pesquisas, las que, sumadas al relato del menor, llevaron a la fiscalía a solicitar la orden de detención del religioso.
Durante más de una semana la PDI lo buscó, llegando incluso a allanar la casa de retiro de la congregación en la localidad de Huaqui, en las afueras de la ciudad de Los Angeles, pero no pudieron hallarlo. Sin embargo, su defensa presentó un recurso con el que logró revocar la orden.
El caso ha dividido las posturas en el colegio de Chicureo y en la comunidad religiosa. Algunos padres niegan la participación del sacerdote e indicaron que él "siempre fue un hombre bueno y confiable". No obstante, otros opinan diferente: "Quien es inocente no se esconde de la justicia", señalan.
Los padres del niño no sólo llevaron el caso a tribunales, sino que acusaron a la dirección del establecimiento de no colaborar en la investigación (ver recuadro).
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