La historia tras el disco que Violeta Parra grabó hace 50 años en Buenos Aires

<P>La cantautora registró una pieza ignorada por años, pero que muchos califican de fundamental. </P>




Llegó, cantó y se fue. Así podría resumirse el paso de Violeta Parra por Argentina, ocurrido entre la primavera de 1961 y el otoño de 1962, pero sería demasiado injusto plantearlo de esa forma. La experiencia argentina de la folclorista chilena está situada históricamente dentro de un fecundo proceso creativo de su obra y es un rico relato vivencial para aquellos que han intentado reconstruirlo. Porque es cierto; Violeta llegó, cantó y se fue, pero desarrolló también los primeros aportes del que sería su cancionero social más comprometido. Todo construido con la premura y la inmediatez de una artista intensa e incansable, que buscó por todos los rincones de una ciudad distante un lugar para mostrar su arte y la fuerza de su canción.

"No vengo a lucirme. Vengo a enseñar una verdad, quiero cantar porque el mundo tiene pena y está más confuso que yo misma. Los argentinos necesitan de la verdad sencilla y profunda del canto americano. ¿Cómo voy a irme tranquila si aquí hay un desorden descomunal?", le escribe a su amante Gilbert Favre.

En Argentina, Violeta Parra cantó, pintó, se presentó en televisión y dio un recital para el mundo cultural porteño de la época. Sin embargo, su legado más potente fue un disco de canciones grabado en Buenos Aires, supuestamente censurado por las autoridades de la época, y que durante muchos años estuvo ausente de la totalidad de su obra. Un registro realizado por la folclorista luego de vivir 6 meses en General Pico, La Pampa, y tras llegar a la capital en busca de un impulso vital. Significativo por su conformación musical, fue un registro relegado al olvido luego de que su creadora recibiera el llamado de sus hijos, hiciera las valijas y partiera a Europa en busca de nuevas experiencias creativas y dejara las 14 canciones que lo conforman a su suerte.

Lo cierto es que El folklore de Chile según Violeta Parra nació en un momento en que la chilena hace un giro fundamental en su trayectoria artística, alejándose de la artista que busca el sentido profundo del canto folclórico, para dar paso a la creadora y prolífica compositora de canciones de contenido social, vitrinas de la indignación que le provoca su tiempo. Fue un primer paso para el nacimiento de sus himnos revolucionarios, grabados en Europa, piedras angulares para el advenimiento de lo que se llamó "la nueva canción latinoamericana".

El folklore de Chile según Violeta Parra fue grabado en distintas sesiones entre el 23 de abril y el 4 de mayo de 1962, en los estudios Odeón. La grabación contiene 14 canciones, entre recopilaciones folclóricas y canciones de su autoría. La carátula está diseñada sobre un autorretrato de Parra en óleo. Musicalmente, el disco está constituido por primeras tomas de canciones grabadas con anterioridad en ediciones chilenas -Arriba quemando el sol, Levántate Huenchullán (Arauco tiene una pena), de ingeniosa estructura poética- y temas inéditos como La pericona dice y Salga el sol, salga la luna, estas últimas canciones donde emplea la guitarra traspuesta.

En una entrevista realizada en 2009, el técnico de las sesiones José Soler recuerda: "Vi entrar la figura modesta de esta desconocida folclorista chilena y cuando comenzó a tocar realmente me impactó. Estábamos solos: ella y nosotros. Ningún directivo o productor de la compañía. Lo que también me impresionó fue el aura que Violeta impuso durante la grabación. La tristeza se apoderó del clima general de la producción y las únicas palabras que la chilena pronunció fueron las cantadas. Ella vino, cantó y se fue".

Finalizada la grabación del disco, Parra asume nuevos proyectos. En esos menesteres se estaba cuando recibió una invitación para el VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de Helsinki. Empacó sus cosas, se reunió con sus hijos -Isabel y Angel- y su nieta Tita y viajó a Finlandia. La compañía de discos editó el material y puso algunos discos a la venta. Ante la abrupta partida de su creadora, el hijo sonoro quedaba huérfano.

Durante mucho tiempo, la ausencia de este disco en la discografía de Violeta fue explicada por la censura. Según su hija Isabel Parra, el disco no habría sido comercializado debido a la prohibición impuesta por las autoridades de la época debido a su fuerte connotación político-social. Una canción, Porque los pobres no tienen, habría sido el detonante para esta medida injusta. Investigaciones posteriores señalan que el disco no fue censurado ni esa canción fue grabada en Buenos Aires. Todo indica que la compañía de discos no le dio la difusión necesaria a esta obra y que la partida apresurada de la chilena despotenció el interés por su figura.

El 5 de febrero de 1967, Violeta Parra muere. En 1971, Mercedes Sosa presenta el espléndido Homenaje a Violeta Parra y la figura de la chilena se reconoce y potencia. Alguien recuerda que Violeta ha grabado un disco en 1962, en el sello Odeón, y El folklore de Chile… es reeditado bajo el nombre Recordando a Violeta Parra, que no contiene ninguna diferencia con la producción y mezcla original. Comienza a develarse el misterio de su existencia.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.