La increíble historia del auto personal de Harley Earl

<P>General Motors fabricó en 1963 un Chevrolet Corvette convertible único y se lo regaló al denominado "padre del diseño automotor". Ahora, ese vehículo sale a remate.</P>




La industria automotora posee una serie de personajes importantes que han brillado con luces propias a través de los años. Sin embargo, en el terreno del diseño, son pocos los nombres que han superado el anonimato y traspasado sus creaciones.

Uno de estos personajes es Harley Earl (1893-1969), considerado por muchos como el "padre del diseño", que en los años 20 elaboró y puso en práctica la teoría de que los autos debían ser bellos, además de útiles, como creía Henry Ford.

Pues bien, con tal premisa Harley Earl diseñó una serie de históricos autos, entre los que se cuentan el Cadillac La Salle (1927), Buick Y-Job, Buick LeSabre (1951), Cadillac El Dorado (1953) y, tal vez el más importante, el Chevrolet Corvette (1953).

Es por eso que, en 1963, General Motors decidió homenajear al diseñador. Y qué mejor forma que con un auto que llevara su nombre. Así nació el Harley Earl Chevrolet Corvette.

Ahora, dicho modelo acaba de saltar a la noticia, pues se rematará el próximo 27 de junio en Mecum, una casa de subastas ubicada en Illinois especialista en autos clásicos.

Detalles únicos

Aunque estaba basado en el Corvette Stingray que apareció en el Salón de Chicago de 1963, el regalo para Harley Earl poseía una serie de elementos especiales, aunque lo más llamativo era que se trataba de un auto único. Se construyó sólo para Harley Earl .

Dotado de una carrocería azul metálico que replicaba la tonalidad en el habitáculo, el auto se diferenciaba del resto de los Corvette por enormes escapes laterales, diferentes paneles de puerta, guantera con instrumentos, asientos de cuero personalizados, altímetro, acelerómetro y medidor de temperatura externo e interno.

Eso sí, Harley Earl no disfrutó del vehículo durante demasiado tiempo, de hecho, lo tuvo en su poder sólo por dos años. En ese período, condujo el vehículo en las 500 millas de Daytona de 1965, cuando lo nombraron Gran Mariscal. Semanas después, Earl vendería el auto a un veterano de guerra, perdiéndose el paradero del coche hasta 1973, año en que un grupo de corredores lo compró en 1.500 dólares.

Pese a que estos corredores querían modificarlo, por su insólita carrocería decidieron no tocarlo, eso hasta 1980, cuando lo llevan a la reunión de Corvette en Carlisle (Inglaterra) para ponerlo a la venta.

Aunque atrajo decenas de miradas, en Joe Clark el auto causó mayor impacto y, al mismo tiempo, intriga.

Clark era hijo de un funcionario de GM y algo sabía del tema. Por lo mismo, se empeñó en conseguir el coche, aunque para lograr su objetivo tardaría más de un año.

Con el auto en su poder, un día encontró el código S.O.10323. Con tal número, se dirigió hasta el centro de diseño de GM, donde le comunicaron que se trataba, nada menos, que del auto personal de Harley Earl.

En la oficina de GM lo ayudaron a dejar el auto como cuando salió de fábrica y lo dotaron con un bloque de 5.3 litros que eroga 300 Hp, unido a la caja original de cuatro marchas. Ahora el auto sale a remate y los coleccionistas sabrán apreciar la historia del único Harley Earl Corvette.

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