La isla y el santuario del tsunami
<P>[TERREMOTO] En Constitución, las familias de los desaparecidos levantaron un lugar para recordarlos. Un duelo que no acaba, pero que parece dar vida a una zona que parecía muerta. </P>
Por más de un año, la isla Orrego de Constitución era territorio muerto. Se secaron los añosos eucaliptos y toda la vegetación de la otrora verde porción de la tierra en medio de la desembocadura del río Maule, pues las tres olas que arrasaron con parte de la costa chilena, el 27 de febrero de 2010, arrancaron de allí la hermosura del islote y 37 vidas humanas.
Hoy, la isla comienza a renacer y su símbolo es el santuario que, después de un año de trabajo, terminaron de construir los familiares de las víctimas del maremoto, cuyos cuerpos aún no aparecen. Son esas familias, que llevan un año y medio en un duelo que no termina, las que oran, lloran, depositan una flor o encienden una vela, en un sitio de recogimiento hecho a pulso, con el esfuerzo de quienes no han descansado en la búsqueda de los suyos.
Sandra Contreras, quien perdió a gran parte de su familia en la isla, aún no encuentra los restos de dos hijas y una nieta. Recuerda que "fue un vecino, Ricardo Méndez, quien fue un día a mi casa y me dijo que quería hacer algo en recuerdo de mis hijas". Había transcurrido apenas un par de meses después de la tragedia y Sandra sabía que había más personas buscando a sus seres queridos, los veía recorrer el río, sin encontrar respuestas ni consuelo, entonces pensó que podrían levantar un memorial, un lugar donde quienes, como ella, no tenían dónde recordar a sus desaparecidos; un lugar que obligara a no olvidar esa triste madrugada.
"Mi vecino hizo un bosquejo en el que aparecía una cruz y unas bancas para sentarse, lo llevamos a la municipalidad, pero el alcalde nos dijo que debíamos esperar, porque ellos podrían construirlo más adelante. Me sentí triste, pero le dije a mi vecino que el memorial tendríamos que levantarlo nosotros, con nuestro esfuerzo y así comenzamos", recuerda.
La fundación Desafío Levantemos Chile apoyó la iniciativa. Trajeron los tubos de fierro para construir la cruz, la pintaron de blanco y con un grupo de pescadores, vecinos y amigos la llevaron hasta el río, donde la remolcaron.
El 27 de septiembre, bajo una intensa lluvia, la cruz fue bendecida e inaugurada con la placa recordatoria de los 10 desaparecidos del tsunami. Luego, se sumaron otras 14, en recuerdo de otros fallecidos. Desde entonces, numerosas personas han visitado a Sandra para ofrecer su ayuda en la construcción del santuario. La arquitecta Joselin Cornejo hizo un plano y los familiares se han ido guiando por él para avanzar. "Primero sacamos de la misma isla unos palos que pintamos de blanco y colocamos detrás de la cruz y a sus costados, simulando un telón de fondo, luego, gracias a un proyecto financiado por la municipalidad, colocamos bancas de madera y ahora, terminamos de colocar plantas alrededor, gracias a una señora que me preguntó cómo podía ayudar y yo le pedí que llevara vida al santuario".
Ahora, la isla Orrego renace: comenzó a crecer el pasto, hay plantas y flores de colores y los eucaliptos están reverdeciendo. Sandra, que vive justo frente a la punta de la isla, observa el santuario cada vez que sale de su casa. "A veces, al ver los árboles que están reviviendo, siento rabia, porque creo que la isla se está recuperando como si nada hubiese pasado, pero luego veo el santuario y me doy cuenta de que está ahí para recordarnos a nuestros seres queridos y que debemos mantener la esperanza de que podemos encontrar algo de ellos en el río".
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