La labor silenciosa de los mecenas chilenos




Los mecenas son unos personajes en extinción, al menos en el deporte. Boxeadores y atletas, por ejemplo, ya no cuentan con el respaldo de algún filántropo, tal como ocurriera hasta la década de los '80.

Sin embargo, el tenis sigue teniendo aportes de personas que, por lo general, son de bajo perfil. Es el caso del empresario viñamarino Alfredo Zolezzi, quien respalda por estos días las ascendentes carreras de Cristóbal Saavedra y Guillermo Rivera. Fernando González es otro de los que ha apoyado, especialmente cuando se ha encontrado con los juveniles en torneos europeos.

En el golf muchos aficionados son ayudados pero, como no pueden recibir ayuda, queda en secreto. Pero una vez que se convierten en profesionales, muchas amistades se convierten en apoyo. Como es el caso de Guillermo Encina, quien respaldó a Angel Fernández en sus primeros años en el European Seniors Tour. Pero hay un nombre del cual muchos están agradecidos: Mario Kappes, recordado p0r su ayuda a Roy Mackenzie cuando fue el primer chileno en el European Tour, en los '90. El impulso fue fructífero y "Roy Boy" incluso ganó un torneo, en Francia. El empresario es uno de los fundadores de Golf Action, que desarrolla el golf en niños.

El velerismo, en tanto, exige recursos y no son pocos los hombres de mar que apadrinan niños. Le pasó a José Muñoz, quien bajo el alero de Felipe Cubillos hasta lo incluyó en la Vuelta al Mundo. O a Felipe Aranda, quien acompaña al empresario Antonio Poncell en su Snipe, quien lo ha ayudado a participar en competencias internacionales.

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