La meteórica carrera de André Esteves, el dueño brasileño de Celfin

<P>Controlador de BTG Pactual, que absorberá al grupo financiero chileno, partió como ingeniero en sistemas. A sus 43 años, su fortuna es de US$ 3 mil millones, según Forbes. </P>




"Nací para ganar dinero, no para gastarlo", dijo en una entrevista a un medio brasileño André Esteves, uno de los hombres más acaudalados de Brasil, el número 13, según la revista Forbes, con un patrimonio avaluado en US$ 3 mil millones. El empresario es el CEO y el mayor accionista del banco de inversiones BTG Pactual, la firma que absorberá a Celfin Capital. A cambio, los socios chilenos, entre ellos, Juan Andrés Camus y Jorge Errá-zuriz, tendrán hasta 3% del gigante brasileño y seguirán durante al menos cuatro años al mando de Celfin Capital.

Esteves, de 43 años (casado, tres hijos), es bachiller de Ciencias de la Computación de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Inició su carrera en el mundo de las inversiones en 1989, cuando recién tenía 20 años e ingresó a Pactual como ingeniero en sistemas.

Al poco tiempo decidió que quería trabajar en el área de operaciones de la entidad financiera y por eso comenzó a estudiar economía por su cuenta. En 1990 cumplió su objetivo. Fue promovido al área de renta fija y al poco tiempo se transformó en uno de los ejecutivos más importantes de la institución. De hecho, fue él quien sugirió a los directores de Pactual crear un fondo de inversión, el que finalmente dio origen a Pactual Asset Management, con él como jefe del proyecto.

En 1993 ya era socio de la compañía y en 2006, cuando la corporación suiza UBS lo compró, el joven ejecutivo se transformó en el CEO de UBS Pactual. Dos años estuvo al mando del banco de inversiones. En ese período, se transformó en uno de los ejecutivos más relevantes de Brasil. Pero en junio de 2008, en plena crisis financiera internacional, las cosas cambiaron. Esteves dejó su cargo por diferencias con el directorio, cuyos integrantes no aprobaron sus propuestas por considerarlas muy arriesgadas. Su destino fue otra institución financiera, esta vez propia, a la que bautizó con el nombre de BTG, que tiene dos significados: Banking and Trading Group y también Back to the Game ("volver al juego").

Pero la misma contracción económica que los separó terminó por unir nuevamente al empresario y Pactual, luego que en medio de las turbulencias económicas UBS decidiera poner en venta su operación brasileña. Entonces él, en alianza con otros inversionistas, decidió presentarse al proceso. Y ganó. La transacción de US$ 2.475 millones dio origen a BTG Pactual. Esteves es su principal accionista.

Hoy, la firma controla Derivados do Brasil, una de las mayores compañías de gasolineras de ese país, cuyo 51% adquirió en diciembre de 2008. Además, posee el 50% del capital de Estapar, la principal operadora de estacionamientos en Brasil, y el año pasado creó BR Pharma, que administra activos en el sector farmacéutico. Además, BTG Pactual ha asesorado a la aerolínea Tam, en su proceso de fusión con Lan. La relación con esa compañía va más allá de un simple negocio. Esteves es un estrecho amigo de la familia Amaro, dueña de la operadora aérea. De hecho, en 2001, cuando falleció Rolim Amaro, el patriarca de la familia, sus hijos invitaron a André Esteves a ocupar un sillón en el directorio de la firma. BGT Pactual asesoró a Tam en su fusión con Lan Airlines.

Hasta ahora, BGT Pactual ha participado en más de 100 fusiones. Por ejemplo, la de Cosan y Shell, que se valoró en US$ 12 mil millones; las de las firmas alimenticias Perdigão y Sadia, que dio origen a Brasil Foods; la de Petrobras y Pecom, y la de Braskem con Quattor, este último, un negocio por US$ 6.500 millones.

Esteves define a BTG Pactual como el "Goldman Sachs del trópico", según ha dicho a medios locales, debido a su estilo de negocios tradicional, cuya principal estrategia es asociarse con sus principales ejecutivos. "Todas las empresas ganadoras son frugales. No se desvían en cosas accesorias, mantienen la esencia", dijo a O'Globo. La firma pretende abrirse a Bolsa y ha sido valorizada en unos US$ 10 mil millones.

Esteves es un hombre de bajo perfil y con un sobrio estilo de vida. "Su principal distracción es trabajar", afirma un cercano a la operación con Celfin, que Esteves supervisó personalmente. De hecho, el propio empresario lo ha reconocido más de una vez. "Hace cuatro años que no cambio mi auto. Nunca me he subido a un Ferrari. No desperdicio mi tiempo en tonterías", señaló a la revista Negocios. Su único escape, ha repetido, es su casa de Minas Gerais, a la que va cada vez que dispone de algo de tiempo libre, junto a su esposa y sus hijos.

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