La mujer que nunca se cansa
<P>Después de ser operada para curar una epilepsia, la estadounidense Diane van Deren perdió la memoria temporal, por lo que puede correr por horas sin desgastarse. </P>
DIANE van Deren es considerada un caso único por la ciencia, debido a su capacidad de recorrer grandes distancias sin mostrar una gota de cansancio.
La atleta, con pasado como tenista profesional, sufría diversos ataques de epilepsia, que se incrementaron cuando esperaba a su tercer hijo (hoy de 21 años). Por eso, decidió someterse a una operación en el lóbulo temporal derecho del cerebro. La intervención tuvo éxito, porque curó su enfermedad. No obstante, afectó su percepción espacio-temporal, por lo que sufre problemas de memoria y orientación. Como consecuencia de esto, puede correr por horas sin poder cansarse. Tampoco siente dolor.
Con estas cualidades y apelando a su pasado como deportista, la estadounidense optó hace 12 años dedicarse a correr profesionalmente grandes extensiones. Y es en esta condición que llega a Chile por segunda vez, para participar en The North Face Endurance Challenge, la carrera de trail running que hoy se realizará en la Hacienda Santa Martina.
En la competencia recorrerá una distancia de 80 kilómetros entre senderos y cerros de hasta 2.800 metros de altitud. "Amo la montaña, amo al país y tengo un gran equipo en The North Face, al que conozco muy bien. Además, la gente de Chile es muy vibrante", cuenta la corredora de 50 años, y que hace poco tiempo recorrió más de 1.600 kilómetros en 22 días, emulando al personaje interpretado por Tom Hanks en la película Forrest Gump. También disputó el Yukon Arctic Ultra 300, una carrera extrema, donde debió sortear temperaturas de hasta 50 grados bajo cero, además de escalar el monte Aconcagua.
Sin embargo, pese a todas estas pruebas (incluso, certificadas por médicos), Van Deren se mantiene humilde y comenta que "la cirugía curó mi enfermedad, pero no produjo un cambio en cuanto a mi resistencia. Ahora me la juego más por mí. Esto cambió mi vida para que pueda convertir mis piernas en el corazón, pero yo tenía un proceso de atleta anterior como tenista. Lo que pasó es que simplemente cambié mi visión y me atreví a dar el salto".
Su secreto, confiesa, es que "sólo me preocupo del ritmo de mis pies y sólo al final miro la hora", y que "en este deporte, el 20% es físico y el 80% mental".
Asimismo, combina su vida deportiva con numerosas charlas en fundaciones, en las que entrega claves de superación. "Le digo a la gente, especialmente a los niños, que es un regalo ser diferente, y cada persona tiene algo distinto que explotar", cuenta.
Ahora está embarcada en un proyecto testimonial, donde relata su historia en un libro llamado Diez años después, seis personas que enfrentaron la adversidad y que transformaron sus vidas, de la presentadora norteamericana Jane Lorenzini. "Es un testimonio que sirve para inspirar a la gente. Es algo que me tiene muy entusiasmada y para mí es una forma de expresarme, como también lo son el running y la música", afirma. De hecho, canta y toca guitarra.
La "Atleta Perfecta" relata que debe ser asistida por su marido y sus hijos en todo momento. "Mis hijos ganaron una cosa: tener a su mamá sin la enfermedad, pero con esta discapacidad sienten que la han perdido en parte. De todos modos, ellos me ayudan a escribir las direcciones punto por punto o a recordar horarios y compromisos", narra.
Sobre su futuro, expresa que "no me pongo una fecha. Les enseño a mujeres y niñas a atreverse a hacer las cosas y a tomar buenas decisiones. Mientras puedo dar este ejemplo, voy a seguir corriendo".
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