La música disco pierde a otro de sus íconos: muere Robin Gibb

<P>Uno de los miembros fundadores del grupo Bee Gees falleció ayer, a los 62 años, producto de un cáncer al colon y al hígado. </P>




Sólo habían pasado tres días desde que el mundo de la música disco perdiera a Donna Summer, una de sus mayores estrellas, cuando ayer otra trágica noticia dio la vuelta al mundo: a los 62 años falleció en Inglaterra Robin Gibb, uno de los fundadores de los Bee Gees. Este grupo, a pesar de que exploró en el pop, rock y soul, pasó a la historia de la música popular como una de las más icónica agrupaciones en el mismo estilo que la cantante de Hot stuff. Esta reputación se debe en buena parte a la banda sonora de la película Fiebre de sábado por la noche (1977), donde aparecieron ocho de sus canciones -seis de ellas interpretadas por ellos mismos-, incluyendo su mayor éxito, Stayin' alive. El disco que acompañó a la película, vendió más de 40 millones de copias y fue el soundtrack más exitoso hasta que el de El guardaspaldas batió su récord.

El músico nacido en Isla de Man, y de padres ingleses, llevaba una larga batalla contra el cáncer al colon y al hígado, además de problemas intestinales, que lo habían tenido en coma hasta hace algunos días. Estas dolencias fueron las mismas que ocasionaron su fallecimiento, según explicó su familia en un comunicado.

Música en familia

A fines de los años 50, Robin Gibb, su gemelo Maurice y su hermano mayor Barry -que estaban viviendo con sus padres en Australia- formaron el grupo que se convertiría en uno de los más exitosos del pop de las siguientes décadas. Y aunque la discografía oficial indica que su primer álbum fue lanzado en 1965 (The Bee Gees sing and play 14 Barry Gibb songs), ese trabajo sólo se distribuyó en Australia y Nueva Zelandia. Por lo mismo, dos años después volvieron a empezar, lanzaron Bee Gees 1st -álbum cargado al rock sicodélico- y con Holiday como uno de sus primeros sencillos, lograron entrar al top 10 del ranking Billboard.

El productor Arif Mardin, quien también trabajó con Queen y Aretha Franklin, fue quien, a mediados de los 70, los llevó por la senda de la música disco, que marcaría su legado. Antes de eso, el grupo tuvo una crisis, por las diferencias entre Robin y Barry: el primero tenía una voz más grave -que lució en I started a Joke- y su hermano era el de los falsetes, y ambos querían ser el vocalista principal del grupo. Por esto, Robin dejó la banda en 1969, para iniciar una carrera solista, la que siguió cultivando incluso luego de volver a Bee Gees, dos años después, a pesar de que nunca logró la resonancia obtenida con sus hermanos.

El grupo se mantuvo reunido hasta 2003, cuando Maurice falleció por una úlcera intestinal, que llevó a su gemelo a descubrir sus propios problemas de salud. En 1988 había muerto el menor de sus hermanos, Andy, quien tuvo una exitosa carrera solista. Barry, de 65 años, es el único de los célebres hermanos que sigue con vida. El y Robin se reunieron en 2009 para hacer algunas presentaciones en televisión, mientras Robin seguía haciendo shows en solitario.

Y mientras su vida profesional estuvo cargada por las luces y los éxitos -que incluyeron siete premios Grammy con su grupo y la inducción al Salón de la Fama del Rock and Roll-, su vida personal también tuvo bastante movimiento: en 1967 estuvo en un accidente de tren, luego del cual se volvió dependiente de las anfetaminas, adicción que luego logró superar. Un año después contrajo el primero de sus dos matrimonios. Gibb tuvo cuatro hijos, el último de los cuales nació en 2008 y cuya madre es la ex ama de llaves del músico.

A pesar de sus problemas de salud, Gibb nunca dejó de trabajar en la música: su último disco -realizado en colaboración con su hijo RJ- es un trabajo de música clásica titulado The Titanic requiem, y que está inspirado por el hundimiento del célebre barco. Este fue el único trabajo en este estilo realizado por Gibb, quien también exploró otros estilos musicales: en 2006 lanzó un álbum navideño, titulado My favourite christmas carols.

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