La noche en que David Guetta consagró su estatus de estrella en Creamfields
<P>Cuatro escenarios, shows de primer nivel y mucho baile tuvo la séptima edición local del festival electrónico que se realizó en Espacio Riesco y finalizó cerca de las 5 AM de ayer. </P>
Se cumplen los primeros 30 minutos del sábado y el reloj indica que David Guetta (43) debe aparecer en el escenario central de Espacio Riesco para arrancar con el show más esperado de Creamfields. Se respira una ansiedad parecida a la de un concierto de rock, con un nivel más de exaltación gracias a las fichitas de dos mil pesos que equivalían a una cerveza, media piscola y el un tercio de whisky. Media hora después, una voz amplificada informa, con un tono casi divino, que "David está con nosotros" y que espera la solución de "un problema técnico" para compartir esa electrónica comercial que un asistente a la pasada define como "de discoteca de provincia".
Vía Twitter, el popular Dj francés calma las aguas lanzando uno de esos mensajes que parecen escritos por un asistente más que por el dueño de la cuenta: "A punto de tocar en Santiago, estoy excitado". La frase se multiplica rápidamente en la red social de moda, donde podía obtenerse un actualizado registro del festival, que tiene a 16 mil personas esparcidas en cuatro escenarios.
En un repaso rápido, se ve mucho sub 20, de cintillo iluminado, polera apretada, anteojos, con vasos, celulares y cámaras digitales. Caminando entre los escenarios o haciendo fila en los baños o frente a las cajas. Afuera los revendedores consiguen entradas y adentro chicas muestran vestidos osados, otras avanzan de la mano y se mezclan entre los muchos extranjeros. Hay mucho intento de entrar al vip y empujones. Mucho baile.
Se podía prever desde un par de días antes, cuando se agotaron las entradas, pero ahora está a la vista: no cabe nadie más en Creamfields.
Música para las masas
Casi una hora después de lo anunciado, Guetta se monta sobre una tarima de unos tres metros de alto, forrada en tecnología LED. "Fue larga la espera, pero estará buenísimo", dice al estilo de un animador de eventos, y se larga con todos los trucos de un hombre que se ha elevado como el más cotizado de la electrónica comercial, gracias a un house despreciado por la crítica y celebrado por la masa.
El Dj de los siete millones de discos vendidos habla entremedio de sus mezclas y baja el volumen constantemente para que canten los miles que disfrutan su imparable set de dos horas de música y visuales.
Los hits Sexy bitch, Getting' over you y I gotta a feeling (cómo no) desatan a los miles que están frente al hombre requerido por gente como Madonna, Kylie Minogue y Rihanna.
Al igual que en la versión pasada, David Guetta recogió el mayor fervor de una fiesta que también tuvo varios números menos vistosos, pero de mayor peso. Como la impecable performance de Faithless sobre el escenario principal y un cierre con números que hacían muy difícil elegir con qué terminar: el trance de Paul van Dyk, el vertiginoso Dj set del escocés Calvin Harris y el del legendario Dj y productor canadiense, Richie Hawtin.
A una hora del final, los cuatro puntos de primeros auxilios bordeaban los 100 atendidos. Seis llegaron por quemaduras de primer grado por una extraña explosión que ocurrió en uno de los dos sectores vip, según informó personal del principal punto de atención. Dos de ellos fueron derivados a una clínica privada en medio de la jornada que terminó a las 5 de la mañana, con un taco de más de una hora para salir de Espacio Riesco.
A esa hora, muchos comentaban el colapso de los autos vía Twitter y seguían lo suficientemente entusiasmados para resumir este Creamfields con posteos del tipo "la noche de mi vida".
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