La nueva era de Volvo comienza con potentes bloques de cuatro cilindros

<P>Debutantes en la gama 60, los motores gasolineros y diésel de dos litros inician una nueva estrategia basada en economía de combustible y alta performance.</P>




La respuesta fue un cambio de paradigma. Desde que Ford traspasó la propiedad de Volvo al gigante privado chino Geely, a principios de 2010, la marca sueca se enfocó en la misión de deshacerse de la herencia del fabricante norteamericano para reconfigurar por completo sus activos, con nuevos diseños, plataformas y motorizaciones.

Así diseñó una ambiciosa estrategia con dos lineamientos fundamentales: un plan comercial para alcanzar 800 mil unidades vendidas en todo el mundo el año 2017, y llegar al final de la década como una marca con cero accidentes y cero emisiones, una estrategia conocida como Plan Volvo 2020.

Con ese objetivo y entre las montañas de la Costa Azul francesa, el fabricante dio a conocer la primera etapa para cumplir con su objetivo medioambiental: una nueva generación de motores de cuatro cilindros denominada Drive E, cuya mayor característica es su gran flexibilidad para entregar distintos rangos de potencia con menores emisiones y mejores consumos. A 2015, estos bloques equiparán todos los modelos del fabricante.

"Este es el futuro de nuestra marca. Queremos cambiar el paradigma porque es la cantidad de aire que pasa a través del motor lo importante en el desempeño de un auto, y no el número de cilindros. Esta nueva arquitectura de cuatro cilindros con sobrealimentación demuestra que un bloque pequeño puede ser eficiente y muy potente", asegura Derek Crabb, vicepresidente de Powertrain Ingeniería de Volvo Car Group.

De alta performance

La nueva gama de motorizaciones conserva las denominaciones anteriores y, por ahora, comienza con los gasolineros T5 turbo y T6 con turbo y supercargador, y el turbodiésel D4, todos con una cilindrada de dos litros, y que son estrenados inicialmente en la familia S60, V60 y XC60. En estos modelos, además, debuta la nueva caja automática de ocho velocidades de la marca, que ayuda a reducir los consumos.

Y las cifras son sorprendentes. El gasolinero T6 es capaz de entregar hasta 306 caballos de potencia y 400 Nm de torque, gracias a que incorpora un turbo y un compresor que funciona a bajas revoluciones. Pero también homologa consumos excelentes de 15,6 km/litro (con 149 g/km de CO2) en el S60, de 14,9 km/l (157 g/km) en el V60, y de 13,6 km/litro (169 g/km) en el XC60.

El T5 turbo también demuestra un alto desempeño, con 245 caballos y 350 Nm de par motor, y rendimientos de combustibles de 16,9 km/litro (137 g/km) en el S60, de 16,3 km/litro (142 g/km) en el V60 y de 14,9 km/litro (157 g/km) en el XC60.

El D4 turbodiésel, por su parte, eroga 181 caballos y un par motor de 400 Nm. Con él debuta una nueva tecnología llamada I-Art, que hace posible adaptar continuamente la inyección de combustible por combustión en cada uno de los cilindros. De esta forma, logra consumos bajísimos de entre 24,3 y 21,7 km/litro, dependiendo del auto.

Esta nueva arquitectutra, además, le permitirá a la marca lanzar cinco nuevas opciones de motores, tanto gasolineros como diésel, más pequeños, eficientes y con menos potencia. También podrán estar asociados a bloques eléctricos, en un proceso de hibridación que es parte del Plan Volvo 2020, como el expuesto V60 Plug-in Hybrid.

La familia Volvo 60 con sus nuevos motores estará disponible en Chile en enero próximo, y si bien el costo de estos bloques hará subir el precio en un 2% aproximadamente, los ejecutivos de Ditec plantean medidas para amortiguar parte de este aumento.

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