La nueva historia de Bahía de Cochinos

<P>Fue un lugar clave para el éxito definitivo de la revolución cubana y hoy se ha transformado en un destino único dentro de Cuba, con algunos de los mejores sitios para bucear en la isla y con un espíritu local que lo diferencia de playas masivas como Varadero.</P>




CUATRO latinoamericanas en la playa, apretujadas mirando a una cámara fotográfica que apunta hacia el mar de color turquesa, cantan y casi gritan, sin mucha afinación, la única canción posible de cantar en este lugar: "Compañeros poetas, tomando en cuenta los últimos sucesos en la poesía quisiera preguntar...". Había que hacerlo: cantar Playa Girón en Playa Girón. Hacer la catarsis. Cerrar el círculo de demasiadas tocatas y fogatas. Y, por supuesto, luego reírse y sonrojarse cuando los curiosos que las rodean aplauden y las felicitan por el "show".

Es que Silvio Rodríguez, Fidel Castro, el "Che" Guevara y la famosa revolución cubana están grabados en nuestro imaginario colectivo. Cuba-revolución, Cuba-comunismo, Cuba-antiimperio. Y para quienes saben un poco mejor la historia, Bahía de Cochinos y Playa Girón cobran un significado especial: en abril de 1961, tres años después del triunfo de la revolución, fuerzas cubanas en el exilio, financiadas por la CIA, atacaron Playa Girón y Playa Larga, aunque en menos de 65 horas fueron vencidas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), lo que se cataloga como "la victoria final del socialismo contra el imperio". Una batalla donde el más pequeño le gana al más grande. Lo que, desde la vereda política que se le mire, es una gran historia.

Hoy en la Bahía de Cochinos, ubicada en la costa suroccidental de Cuba, a 165 km de La Habana, todas las armas de guerra y recuerdos de esa época están guardados en el Museo Girón, una apología visual a ese triunfo, llena de ropas, fotos, mapas de ataque e, incluso, tanques y aviones. Eso sería todo. Saliendo de ahí, son alrededor de 35 km de costa, desde Playa Larga hasta Playa Girón, con ese tipo de playas tan perfectas que a uno lo dejan con la boca abierta por un rato. Es difícil imaginarlas como escenario de batalla.

Con el tiempo, el lugar se ha consagrado sobre todo al turismo. Sin hoteles cinco estrellas all inclusive y sin la horda de turistas extranjeros, es una puerta para el "real" turismo cubano. Alojando en casas de locales y veraneando con cubanos comunes y corrientes, su mayor atractivo es el buceo y el snorkeling, siendo uno los mejores lugares de Cuba para realizar esta actividad. Con aguas transparentes de gran visibilidad, a menos de 50 m de la costa hay grandes formaciones coralinas con cavernas, restos de barcos naufragados y mucha vida marina. Hay más de 30 sitios de buceo, la mayoría accesibles desde la orilla y sin la necesidad de usar alguna embarcación.

Desde los 25 CUC ($ 13.000 aprox.) uno puede iniciarse en el buceo recreativo, con bautizo incluido. Las opciones para hacerlo son muchísimas a lo largo de la costa. De norte a sur, la primera playa en aparecer es Playa Larga, que cuenta con el Centro Internacional de Buceo Octopus y ofrece desde snorkeling a buceo nocturno. Es también un buen lugar para dormir y, aunque hay oferta de hoteles, es mucho mejor indagar en Trip Advisor y escoger una casa local, como el Hostal Mayito y la Casa Costal Azul.

Continuando el recorrido por la costa, está la Cueva de los Peces, un cenote natural de 70 m de profundidad con aguas muy transparentes y cientos de peces de diferentes colores y tamaños. Hay también un restaurante, por lo que es un buen lugar para descansar, tomar una cerveza y comer frutas frescas y extrañas a nuestro paladar como el mamey, la guanábana y la acerola (también hay mangos, guayabas y piñas, claro).

Un poco más lejos, y sólo a 10 km de Playa Girón, está Punta Perdiz, con uno de los mejores fondos marinos de la región y que también tiene un centro de buceo. La vista es espectacular y si no quiere bucear, simplemente puede meterse al agua y nadar. Playa Girón también tiene un centro internacional de buceo llamado Azul, y además de bucear se puede realizar senderismo, observación de aves y paseos por cavernas. El Hotel Girón, a pasos del museo, es un lugar muy tranquilo y popular.

Finalmente, otro sitio a destacar en la bahía es Caleta Buena, 8 km al sureste de Playa Girón, con su Centro Internacional de Buceo El Pirata. Tiene 19 puntos de inmersión y la posibilidad de realizar buceo en distintos niveles, con profundidades de hasta 25 m, además de buceo en cavernas y cuevas inundadas.

La recomendación es arrendar un auto y tomarse algunos días para recorrer. Con relajo, porque eso es todo lo que va a encontrar acá. Mucho relajo.

Bahía de Cochinos es parte de una zona natural muy importante para Cuba: la Ciénaga de Zapata. Este ecosistema pantanoso es el mayor humedal del Caribe insular, con unas 300.000 ha, y fue declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera y sitio Ramsar. El Parque Nacional Ciénaga de Zapata, en la costa opuesta de la bahía, es un lugar de gran biodiversidad e interés para el turismo.

La oficina del parque se ubica en Playa Larga, desde donde también se puede acceder al Centro Internacional de Observación de Aves. El parque posee 1.000 especies de plantas autóctonas, con 130 endémicas cubanas, y zonas que operan como refugios para 65 aves migratorias, la mayoría provenientes de América del Norte. Además, hay más de 100 aves endémicas de la isla. También hay cocodrilos y manatíes, que son parte de una larga lista de árboles, plantas y animales.

Dentro del parque, uno de sus mayores atractivos es el centro turístico Guamá. Para llegar a esta pequeña isla hay que navegar 15 minutos en bote. Tiene 47 cabañas y numerosas actividades, sobre todo deportes náuticos, pero lo más entretenido es la Aldea Taína, una réplica del lugar donde vivían los antiguos aborígenes cubanos de la ciénaga, con casas construidas con madera y guano, y una hermosa exposición de esculturas de la prestigiosa escultora cubana Rita Longa, que representa los personajes más importantes de esta cultura taína, como el cacique Guamá y Abey, el gran cazador de cocodrilos.

Un grupo de jóvenes, disfrazados de indígenas, monta un entretenido espectáculo, del que incluso puede salir casado por leyes taínas. Es un poco burdo, exagerado, pero uno se ríe igual y participa feliz. Luego puede pasar por un agua de coco al bar y mirar los patos y pájaros que se pasean alrededor. Al regreso de la isla, hay sólo que caminar algunos pasos para conocer el criadero de cocodrilos e, incluso, tomar uno pequeño y sacarse fotos con él.

Precisamente porque Bahía de Cochinos se aleja del típico circuito La Habana-Varadero, es que vale mucho la pena conocerla. Tiene historia, naturaleza y ese espíritu muy típico cubano, de la vida que se disfruta y se vive lenta, que tanto nos hace falta a la mayoría.

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