La nueva vida de sor Paula en Duderstadt
<P>Isabel Lagos vive junto a 20 monjas de la congregación de las Ursulinas en un convento de Alemania. El lunes viajó a Hamburgo, donde firmó un poder notarial para que la representen dos abogados en Chile. La decisión la adoptó luego de contactarse con el sacerdote Raúl Hasbún, quien la conoce hace años.</P>
LUZ ES VIDA. Ese es el cartel que se lee en el tramo final de la carretera que conduce a Duderstadt, a 338 kilómetros de Berlín. Es un reclamo de advertencia a los conductores para que activen de noche las luces de sus autos, porque no hay ninguna iluminación artificial en los márgenes de la vía, pero bien podría ser al mismo tiempo un eslogan que anuncia la proximidad de un lugar espiritual y de recogimiento. El camino tiene extensos prados de lado y lado, lechuzas en lo alto de las ramas y un riachuelo que baña la sucesión de pueblos que hay antes de llegar a la ciudad en la que vive desde este mes Isabel Lagos Droguett (66), la ex superiora de las Ursulinas acusada de abusos.
Sor Paula, como llaman a la religiosa, vive en un convento del siglo XVIII de la congregación. Es una de las tres iglesias de la ciudad, que cuenta con adoquines en sus calles y 21 mil personas, incluida la periferia. La madera es el principal material de las casas y es fácil encontrar edificios con pequeños balcones y ventanales trabajados por maestros de artesanía. "¿Se puede visitar la iglesia?", pregunta un religioso en el jardín de acceso al claustro. "Por supuesto, ahora les presento a la jefa de secretaría".
Pasan algunos segundos. "Lo siento, pero no se pueden hacer visitas", responde la misma secretaria, antes de ser consultada por la posibilidad de entrar a visitar a sor Paula. Tensa el rostro, pero no pierde la cordialidad. "De ninguna manera. No tenemos nada que decir. Toda la información que necesite la encontrará en la página web", añade la religiosa, mientras se apresta a cerrar la puerta de su oficina. Las otras dos monjas que la acompañan -una con hábito y otra sin él- aprovechan de irse.
Ya regresando al patio que comunica con el acceso a la calle, la Neutor Strasse, se pierde el rastro de cualquier religiosa. Sólo se aprecia una lámpara austera y una escalera de madera que comunica las diferentes plantas del edificio. Detrás del convento está el colegio Santa Ursula, cuyos patios están despejados y fuera de horario escolar. En los alrededores se distingue un puesto de bomberos sin trabajo, una carnicería, una enorme librería y una panadería, que mantiene una animada actividad. Ahí van a comprar las otras monjas del claustro de Duderstadt.
Sor Paula vivirá un año en la ciudad, acompañada de cerca de 20 religiosas de la congregación. Al menos esos son los planes destinados para ella por ahora. En el convento, dicen sus cercanos, inició una etapa enfocada en el retiro espiritual y la oración contemplativa. Es la orden del Vaticano, mientras dura la investigación en su contra.
En los últimos días, sor Paula ha estado dedicada a caminar por el convento, orar, leer y perfeccionar su alemán. Sigue atenta a lo que está ocurriendo en Chile frente a su caso y le disgustó enterarse de que la ex alumna Mónica Salinas la acusara de abusos en una entrevista a TVN.
La ex superiora de las Ursulinas interrumpió su rutina el lunes pasado. Ese día viajó desde Duderstadt hasta Hamburgo, en el norte de Alemania. La religiosa hizo un viaje de tres horas para realizar un trámite legal. Se trataba de la autorización con firma notarial de un poder para que en Chile la representen su sobrino Pedro Lagos y Jaime Varela, quien es jurista del Consejo de Defensa del Estado y cercano a la familia y la religiosa.
Ese lunes, la religiosa viajó 500 kilómetros, de ida y vuelta, hasta regresar a Duderstadt. La contratación de un abogado en Chile era un tema al que le venía dando vueltas desde hace días. El viernes 1, luego que la fiscal Paola Zárate señalara que podría se llamada a declarar a Chile, sor Paula habló con el sacerdote Raúl Hasbún. El padre fue capellán de las Ursulinas desde hace 30 años y mantiene contacto con la religiosa, quien se molestó con las declaraciones de la fiscal. Fue Hasbún quien le recomendó contratar defensa jurídica. Ella le pidió que hablara con su sobrino abogado.
Duderstadt no es la primera escala de la religiosa en Alemania. Desde noviembre del año pasado, cuando se intervino la congregación de las Ursulinas y se le recomendó recluirse en Alemania mientras durara el proceso en su contra, sor Paula vivió en forma interrumpida en el monasterio de Niederalteich, en Bavaria.
En un antiguo edificio del siglo XIX de la ciudad, donde viven dos mil habitantes, Isabel Lagos solía sentarse todos los días en un escritorio de la oficina de la superiora. Se contactaba telefónicamente con Chile y leía documentación de los archivos de la congregación. A ratos se le veía caminar por los pasillos del edificio y de vez en cuando tratando de comunicarse en alemán con las otras cuatro religiosas que viven en el lugar. Con las monjas acudía a misa a la Abadía de los Benedictinos, un edificio a pocas cuadras del convento.
Fuentes eclesiásticas señalan que la religiosa también ha tomado contacto con la actual superiora de las Ursulinas en Chile, sor Angela Gadner.
En su estadía en Europa, Isabel Lagos ha viajado a Roma en dos oportunidades (entre noviembre y enero). "Fue al Vaticano a ponerse a disposición de las autoridades de la curia, dar su descargos por la denuncias en su contra y entregar documentación para su defensa", explica un cercano a la familia. París y Londres fueron sus otros destinos, donde aprovechó de turistear.
Durante su viaje llegaron al monasterio de Niederalteich dos personas. A las monjas les explicaron que sor Paula pasaría un año de reflexión y oración contemplativa en Duderstadt. Las religiosas no realizaron muchas preguntas.
Pocas horas antes que sor Paula iniciara su periplo a Hamburgo, el lunes pasado, el arzobispo Ricardo Ezzati se reunió en el colegio de las Ursulinas de Vitacura con sor Angela. En fuentes eclesiásticas señalan que la conversación giró en torno al futuro de Lagos y las denuncias en su contra por presuntos abusos sexuales a estudiantes del colegio de Maipú.
A esa altura, la directora del colegio, Edith Santa María, le había informado a la fiscal que el colegio se hará asesorar por un abogado. El 4 de abril Zárate envió un oficio al Arzobispado para chequear si existían denuncias de alumnas a partir de 1980. Ezzati respondió en una carilla de tres párrafos que no habían tales antecedentes. Zárate, sin embargo, no quedó del todo conforme con la respuesta. "La encontró vaga y pidió que se ampliara el oficio", dicen fuentes cercanas.
La próxima semana, la fiscal y un equipo de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores visitarán dos residencias de retiro de la congregación de las Ursulinas. Una está ubicada en Lonquén y la otra en el balneario de Santo Domingo. En fuentes judiciales señalan que chequearán qué testigos pueden declarar en el caso y dar cuenta de lo que ocurrió con sor Paula desde 1980 hasta hoy.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.