La preocupación por el legado del QE3 de la Fed no termina
<P>El banco central de EE.UU. ya no compra bonos, pero aún tiene US$ 4 billones en su balance.</P>
La Reserva Federal puso fin a su programa de compra de bonos el miércoles, pero eso no implica que sus tres rondas de relajamiento cuantitativo (QE), sean cosa del pasado.
En sus tres programas de compra de activos financieros desde 2008, el balance de la Fed se disparó a US$ 4,48 billones. Eso seguirá presionando a la baja los costos de endeudamiento y manteniendo el estímulo para una expansión económica a la que le ha costado tomar impulso.
Mientras los bonos comprados sigan en la Fed, la oferta en los mercados públicos se ve limitada, lo que se traduce en que los precios siguen altos y los rendimientos (o "tasas largas", que sirven de referencia a las tasas de múltiples créditos) se mantienen bajos. Y eso, según Michael Gapen, economista de Barclays, estimula la economía tal como lo haría un recorte en la tasa de política monetaria. "El mensaje de la Fed es que pensamos haber hecho suficiente para generar impulso y mantener la economía por el camino correcto. Ahora esperaremos a ver cómo van las cosas", dijo a Bloomberg.
Reducir el balance a la normalidad es un proceso que ni siquiera ha comenzado. En su última conferencia de prensa, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, señaló que conseguirlo "podría tomar hasta fines de la década".
Efectos persistentes
Mientras las tasas de mercado sigan bajas, es como si la llave de la Fed siguiera abierta. Y la máquina securitizadora estadounidense, que empaqueta préstamos de distintos tipos en bonos, está en marcha. Según datos de Dealogic, el año pasado se vendieron US$ 359 mil millones en bonos securitizados, aprovechando el deseo de las empresas de refinanciar deuda y la búsqueda de rendimiento de los inversionistas. Manish Kapoor, analista de West Wheelock Capital, señaló a Financial Times que "el QE ha inundado el sistema con efectivo (...) esto refuerza la búsqueda de rendimiento y eleva el apetito por riesgo".
Esa inundación también avivó la demanda por acciones, commodities y otros activos financieros, y es por eso que hay una mayor volatilidad en los mercados: es difícil prever cuál será su comportamiento futuro, más aún considerando el deterioro del panorama económico en los últimos meses (el FMI advirtió de un período prolongado de crecimiento mediocre y de un mayor riesgo de recesión en Europa).
Así como la inyección de liquidez a esta escala no se había intentado antes, tampoco está claro cómo será el retiro. Un análisis de Reuters señala que una transición tranquila a un marco más convencional, conservará la confianza de los inversionistas. Muchas sacudidas pueden echar marcha atrás en los avances y alimentar los temores a que la abundante liquidez ha escondido las debilidades del sistema financiero global, demorado las reformas, creado dependencia del apoyo de los bancos centrales y creado condiciones para la próxima crisis.
A otros les preocupa la inflación. Martin Feldstein, profesor de economía de Harvard, advirtió el lunes en el seminario de EuroAmérica en Santiago que la efectividad de un alza de tasas de la Fed puede verse disminuida por la acumulación de reservas de los bancos al alero de las medidas extraordinarias.
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