La química al beneficio de los productos naturales

<P>Esta química farmacéutica de la Universidad de Chile formó una empresa de productos naturales. Hoy cuenta con más de 35 productos y da trabajo a 11 personas. </P>




La idea surge a principios de la década pasada, cuando Nelly Schindler, 55 años, conoce a los químicos de la Universidad de Concepción y observa su metodología de trabajo con plantas medicinales. Ellos realizaban un desarrollo acucioso del cultivo de las flores, con prácticas agrícolas donde se respetaba el cultivo orgánico. Paralelamente, en un viaje a Alemania, la química farmacéutica de la Universidad de Chile conoce cómo se manejan los cultivos en ese país.

Con esas dos experiencias crea su propia empresa de productos naturales. En 2002, Schindler decide asociarse con su hermano ingeniero civil, Nelson Schindler, e inician una sociedad legal de Botiquín Herbario. "La idea del nombre surgió porque me di cuenta de que los productos que desarrollaría eran los mismos que están en el botiquín de los primeros auxilios", confiesa.

En enero de 2003 partieron con una tienda en Valparaíso y ya en febrero del mismo año abrieron el primer local en Providencia (Santiago). En los meses siguientes se instalaron en Viña del Mar, y entre 2011 y 2012 abrieron sucursales en Valdivia y Temuco.

En la tienda es posible encontrar un catálogo de 35 productos, tales como cápsulas, gotas y jarabes naturales que ayudan a tratar desde las enfermedades más sencillas hasta complejos malestares.

Nelly emplea a un total de 11 personas: jefe de laboratorio, operarios, vendedores, asistente de personal, diseñador y publicista.

Confiesa que sus comienzos no fueron fáciles, "porque la gente era escéptica a tomar medicina natural o acudían al laboratorio cuando estaban en la etapa terminal de su enfermedad y, por lo tanto, ya no se podía hacer mucho por la buena salud de la persona".

Tuvo errores, como el de vender hierbas en hojas naturales. "Estas hierbas eran seleccionadas manualmente y secadas de manera profesional, procesos que mantenían el color y estructura de las flores y plantas, las cuales decidimos envasar en finos botes transparentes que tenían protección UV. Finalmente, la gente no estuvo dispuesta a pagar la calidad del producto frente al precio que tienen las hierbas en la calle. Nos quedamos con casi todo el stock, así que fue un total fracaso", sentencia.

En relación con cómo ve el emprendimiento, Nelly afirma que los primeros cinco años son los más complejos y "para eso hay que tener mucha fortaleza; también se debe saber que en el comienzo del emprendimiento hay que llevar una vida austera y con algunas privaciones". Agrega que el mercado, la situación del país y los mecanismos de financiamiento "están alineados de buena manera para que el que desee emprender lo haga con menos dificultades".

Acerca de los proyectos y desafíos futuros, cuenta que le gustaría poder ampliar su laboratorio y contratar más personal calificado que ayude en la selección de los productos. "Además, como sueño personal, me gustaría abrir una sucursal en Antofagasta. Esa es una región con muchos problemas de salud y creo que sería un buen foco de negocios. También me gustaría volver a vender las hierbas en su estado natural, porque ahora hay muchas personas que las están buscando, la gente cambió y reconoce la importancia de un buen producto", añade. Otro desafío que plantea Nelly es poder llegar a la gente más joven con sus productos.

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