"La Quinta Vergara es el escenario más importante, pero no es tocar el techo"
<P> El conductor, que ayer firmó por CHV por cuatro años, habla de cómo proyecta su debut en el Festival de Viña del Mar.</P>
Cuenta que tuvo días de insomnio y mal genio. Otros donde le daba vueltas al tema trotando. El futuro de Rafael Araneda tenía tres posibilidades y ayer firmó por la opción que lo llevará a conducir al Festival de Viña por los próximos cuatro años. Dice que este ha sido "un día de locos", mientras sus niños se pasean por el living de su casa. El sonríe. En rigor, está muerto de la risa. Tras 12 años en TVN, parte a Chilevisión y no asoman dudas, se nota, del paso que lo llevará a estar en dos nuevos estelares el próximo año y a la Quinta Vergara. Un lugar que conoció en 2008, cuando fue jurado. "Siempre lo vi por TV, en el campo, en Pelequén", afirma. Y reconoce que le gustaría ver sobre el escenario a Roberto Carlos.
El martes se fue de TVN con una protocolar reunión. Pero un día antes, el canal había dado por terminadas las negociaciones con usted. Dicen que eso le dolió, le molestó.
Tuve una conversación privada con (el director) Mauro Valdés, que fue súper transparente. Me quedé tranquilo y prefiero conservar lo bueno, lo grande, y no lo otro.
Martín Cárcamo salió la semana pasada, pero por la puerta de atrás.
Lo de Martín fue evidentemente distinto a lo mío. Como telespectador no lo vi bien. Creo que si yo tuve espacio para despedirme, también lo debió haber tenido él.
Ambos dejaron el canal, que se quedó solo con Felipe Camiroaga como rostro masculino fuerte. ¿Cómo ve ese escenario?
Desde el momento en que el 67% de la propiedad de la Iglesia lo adquiere un empresario, ya se dieron las señales de que esto iba a cambiar. Y eso se está notando, en el momento en que ingresa un actor creativo y agresivo en el buen sentido.
En el canal estatal dicen que en el nuevo Canal 13 no hay innovación, sino sólo afán de copiar un modelo.
Yo creo en el libre mercado y en la independencia de las personas para tomar decisiones.
La pregunta de rigor: ¿por qué la señal pública no ha logrado retener a algunos rostros y ejecutivos?
Es difícil de responder, pero el canal es mucho más que los que nos hemos ido. Hay una pérdida, creo yo, pero ellos tienen una cantera de profesionales para renovar.
Llega a CHV, donde el conductor número uno era Julián Elfenbein. Son malas noticias para él, que ha tenido conversaciones justamente con TVN.
Vengo de vuelta con eso del número uno, dos o tres. Lo superé (risas). Creo en los equipos y sé que Julián va a tomar una decisión inteligente y no por lo que haga yo.
Dice que "superó" eso de ser número uno, dos o tres. Pero hace tres años, cuando TVN tuvo que escoger a un animador para el Festival, optó por Camiroaga. ¿Le afectó al ego?
Sentí que era una oportunidad para mí. Porque al canal le dije: "Correcto, ahora solicito que liberen mi contrato para estar en México". Y hoy soy mejor profesional gracias a la experiencia allá. Todo llega en su momento. Pablo Avila (ex gerente de producción de TVN) estaba complicado con esa decisión y me lo dijo. Le pedí que se tranquilizara y le conté el paso que iba a dar si es que tomaba la opción que creí que iba a tomar.
Fue una ganancia para usted, pero una elección del canal, que dejó en claro quién era su número uno.
Como uno no es el dueño, sino un empleado, hay que aprender a acatar. Pero tengo la satisfacción personal de que a veces la vuelta larga hay que dársela.
¿Cuál será su estilo en la Quinta? Camiroga replicó el modo clásico de Vodanovic. Lagos hizo lo contrario.
Mañana (hoy) al mediodía me pongo a disposición del equipo. Y quiero escuchar. Alex Hernández (director televisión del certamen) me llamó para darme la bienvenida y me dijo que le daba tranquilidad que fuera yo. Eso es extraordinario, porque en algún momento fuimos súper rivales, él con Mekano y yo con Rojo. Hay que ver el diseño para ver cómo uno navega: hay momentos en que uno debe conducir, en otros tienes que animar y en algunos habrá que mediar. Llegar a Viña lo asumo desde la humildad, del que no ha estado ahí.
La mayoría considera que llegar al Festival es tocar el techo en la industria televisiva local. ¿Lo ve así?
No. Tocar techo, para mí, es algo malo. A mí me encantaría desarrollar mi veta de entrevistador y no sólo con gente del espectáculo, sino también de la política. La Quinta Vergara es el escenario en vivo más importante y es un honor, pero no es tocar el techo.
¿Con quién le gustaría coanimar?
Eso no ha sido tema dentro de mi negociación.
La propuesta serían seis mujeres.
Estoy dispuesto a trabajar con quien sea, para esa mujer o esas mujeres.
Vodanovic fue invitado a ser jurado, pero condicionó su presencia a que el conductor elegido no se sintiera amenazado.
Jamás me sentiría amenazado. La Quinta es mucho más de él que mía. Sería un privilegio que él estuviera.
Su llegada a CHV podría resultar incómoda para su mujer, Marcela Vacarezza, en un panel como SQP.
Ella tiene la inteligencia emocional para no hacerse cargo de ciertas cosas que no importan. Creo también que yo no soy nadie para marcar los tiempos de mi mujer, menos en su aspecto laboral.
Si le pidieran que ella fuera una de las seis coanimadoras, ¿aceptaría?
Primero hay que escuchar. El hecho de estar casados no es una cualidad por definición, es un valor aquí, en mi vida privada. Y para nosotros las cosas deben tener sentido.
El contrato contempla uno o dos estelares para 2011.
Sí. Con Juan Pablo (González, el director con el que trabajará) también hablé hoy. El canal me ha planteado un par de ideas que las valoro muy bien.
Atrás dejó Pelotón, que hoy vive su ciclo de más bajo rating. ¿Qué falló?
Para mí es muy difícil explicarlo públicamente. Hay gente que critica el casting, pero no puedo criticar a la gente con la que trabajé. El equipo entero tiene claro dónde están las fortalezas y debilidades del formato.
¿El fracaso de La barra del Mundial tuvo un costo de imagen para usted?
Tuvo un costo de imagen, yo creo que sí. Pero el gran costo fue otro. Que te saquen el programa del aire es un golpe al ego.
¿No le parece que a veces es mejor decir "no" a un programa?
Absolutamente. Pero siempre tuve la camiseta puesta y enfrenté a cara descubierta los proyectos. Machito-machito. Las derrotas son para aprender, sin eludirlas.
La barra del Mundial, Pelotón, Circo de estrellas. Tres proyectos que no anduvieron bien en rating. ¿El canal no lo cuidó o usted no acertó?
En televisión uno se debe hacerse cargo de lo que le toca. Si elegí mal, el responsable soy yo. Nadie me obligó a hacer nada. Me pude haber negado y no lo hice. Lo único que pido siempre es que esa transparencia la asuman todos.
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