La receta que permitió a Noruega sortear la crisis económica mundial
<P>Ahorrar los ingresos obtenidos debido al alza en el precio del petróleo fue una de las estrategias usadas por las autoridades del país para evitar una caída como su vecina Islandia.</P>
Unos 1.700 kilómetros separan a Reykjavik, capital de Islandia, de la capital noruega, Oslo. Esta distancia, sin embargo, adquirió una nueva dimensión con el derrumbe de los mercados financieros, que comenzó en septiembre pasado y que continúa hasta hoy. Mientras la economía de Islandia -calificada entonces como un símbolo del desarrollo y crecimiento sostenido- prácticamente quebró, la economía de la vecina Noruega sorteó la crisis e incluso creció casi un 3% durante 2008, todo un logro, comparado con las malas cifras que están marcando a Europa, cuyo PIB cayó a su menor nivel en 13 años.
Las estadísticas muestran, entre otros méritos, que la economía noruega tiene un superávit presupuestario del 11%. En marzo, la tasa de desempleo fue de apenas un 3,1% y el ingreso per cápita promedio es de US$ 52 mil. ¿Cuál es la receta de las autoridades noruegas para no caer en la crisis?
Según la ministra de Economía de ese país, Kristin Halvorsen, el acierto estuvo en ahorrar mientras el resto "despilfarraba" el dinero proveniente de las explosivas alzas en el precio del petróleo. Noruega es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo y en su mejor momento sus ingresos crecieron en alrededor de US$ 68 mil millones. Halvorsen explicó a The New York Times que como socialista y escéptica de la regulación libre de los mercados, con los dineros extras que llegaron a Noruega, producto de la venta del crudo, lo que se hizo fue fortalecer el papel del Estado en la economía.
Así, por ejemplo, se mantuvo control sobre el nivel de créditos dados a las personas y el valor de las propiedades, evitando en parte la burbuja inmobiliaria que destruyó a los bancos en EE.UU. Además, se reguló que parte importante de los ingresos del petróleo entraran directamente a un fondo soberano que se utiliza para hacer inversiones en otros países del mundo.
Es más, mientras la mayoría de los inversionistas extranjeros vendía ante la brusca caída de las acciones, el gobierno noruego autorizó la compra de un valor equivalente a US$ 60 mil millones en acciones. Este porcentaje representa el 23% de la economía noruega, estimado en US$ 300 mil millones anuales.
Especialistas -consultados por el periódico norteamericano- apuntaron a una característica en la idiosincrasia de los noruegos como otro de los ingredientes de la receta: "No podemos gastar este dinero ahora, sería como robarles a las generaciones futuras". Inspirados en el pensamiento del dramaturgo Henrik Ibsen, los noruegos actúan como si estuvieran solos en el mundo y por lo mismo, se protegen y evitan depender de otros. Pese al buen momento económico, algunos advierten que los noruegos podrían caer "en una excesiva complacencia" debido a las garantías sociales que entrega el Estado, lo que podría mermar, en el largo plazo, el desarrollo del país.
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