La regeneración de Peugeot tiene impreso el número 208

Basta escuchar a los ejecutivos de Peugeot presentes en Portugal en el lanzamiento mundial del 208, para entender que la presión que existe sobre el nuevo compacto de la marca es inmensa.

Y era que no. La firma del león está viviendo una nueva crisis financiera, su principal mercado (Europa) va a la baja y la competencia es mayor hoy que hace algunos años. Y el 208 es el modelo llamado a enmendar esta situación.

No por nada, la Serie 2 es sinónimo de éxito para Peugeot. Desde la aparición del 205 en 1983 que la marca francesa ha sido líder indiscutido del segmento B, que en Europa representa más de un 30% de las ventas totales. Sumados, el 205 y 206 vendieron más de 13 millones de unidades, un éxito que el 207 no pudo repetir (2,4 millones de autos en seis años), perdiendo el liderazgo del segmento.

Esto hizo que se apurara el desarrollo del 208, iniciado hace cuatro años a un costo de 600 millones de euros, con objetivos claros y concretos: recuperar el liderazgo del segmento B, reconquistar el mercado del "segundo auto" y volver a encantar a las mujeres, claves en el éxito del 206, pero que abandonaron la marca frente a un muy masculino 207.

Conscientes que una evolución normal desde el 207 no cumpliría con estos cometidos, Peugeot decidió dar un salto grande hacia una nueva generación, o como la firma dice, crear una "regeneración".

Cinco son los puntos sobre los que se sustenta la propuesta del 208: estilo, tamaño, eficiencia, sofisticación y conectividad.

Respecto del primero, se buscó un diseño que tuviera el nuevo ADN de la marca, pero que fuera tan atractivo para hombres como para mujeres. Así nació una silueta elegante y deportiva, con un look atlético y sensual, y con algunas alusiones al icónico 205 GTI.

Asimismo, en lugar de agrandar su modelo, Peugeot lo achicó y lo hizo más liviano. Si el 205 medía 3,70 metros de largo y el 206 subió a 3,86, el nuevo 208 tiene solo 3,96 metros, siete centímetros menos que el 207, su antecesor.

Esto mismo, sumado a un exhaustivo proceso de adelgazamiento, significó un 208 que pesa sólo 1.050 kilos, 110 menos que el 207, casi al nivel del 206. Sólo en los motores se rebajaron 25 kilos, y otros 50 en los trenes delantero y trasero, pese a que ambos mantuvieron la arquitectura anterior.

Sin embargo, pese a esta reducción de tamaño, el habitáculo del auto creció cinco centímetros en las plazas traseras y el maletero aumentó 15 litros, a 285.

La eficiencia está dado por dos factores: una nueva familia de motores gasolineros de tres cilindros (1.0 y 1.2 litro, con 68 y 82 caballos, respectivamente), y la incorporación del sistema start/stop en los motores diésel (e-HDI). La gama gasolinera tiene consumos medios hasta 23,2 km/litro, mientras que los diésel pueden dar 29 km/litro.

La sofisticación se aprecia en uno de los interiores más elegantes del segmento, no solo por materiales y terminaciones, sino especialmente por su innovador diseño, con un volante pequeño instalado mucho más abajo de lo normal, un visor con los marcadores puesto por encima del volante, y una gran pantalla táctil que prácticamente elimina los botones de la consola.

Obviamente que esto lleva al último punto, la conectividad, que se realiza a través de un sistema integrado en la pantalla, permitiendo no solo cargar los mapas de navegación y usar el teléfono manos libres, sino también bajar la música personal a través de un puerto USB o del bluetooth. Como dato, el tradicional lector de CD es opcional y se instala en la guantera.

Así de innovador es el nuevo Peugeot 208, que a Chile llegaría en octubre, inicialmente con dos motores gasolineros (1.2 de 82 Hp y 1.6 litro con 120 Hp) y uno diésel (1.6 con 92 Hp), todos con carrocería de cinco puertas y terminaciones Active y Limited. Asimismo, habrá una versión deportiva de tres puertas con el motor de 120 caballos.

Según la marca, los precios no serán tan diferentes a los del 207 actual: entre 8,3 y 9,3 millones de pesos, apuesta que debería reeditar unos 3.000 autos en un año.