La revancha del vinilo
<P>En la era del iPod, los melómanos se reúnen en distintos bares de Santiago para intercambiar y comprar discos de vinilo mientras disfrutan de un trago. </P>
SE instaló en medio del bar con sus discos comprados en mercados persa de Inglaterra, Alemania y Holanda. Era una tarde de sábado, y poco después de la hora de almuerzo comenzaron a llegar las primeras personas.
La mayoría se enteró del evento por el boca a boca. Habían escuchado que el creador de la desaparecida disquería Background de Providencia -que en los 90 fue una especie de santuario para los melómanos santiaguinos- iba a vender algunos de sus vinilos en el bar Loreto, ubicado en el barrio Bellavista.
La idea era novedosa. Algo parecido a buscar música en una disquería, pero compartiendo una cerveza o una copa de vino. Mientras un DJ lanzaba buenas canciones desde su tornamesa, Hugo Chávez recomendaba desconocidos grupos sicodélicos a los parroquianos, tal como lo hizo durante más de una década en la Background. La diferencia es que ahora no había ningún CD.
Fue el primero de los encuentros que reunió a los coleccionistas de vinilos de Santiago en un bar. Tan bien les fue, que en el Loreto repitieron la experiencia y rápidamente se fueron replicando por otros lugares de la ciudad.
Desde entonces, las tardes de los melómanos de la capital transcurren en bares donde la música no proviene desde un notebook, sino desde el sonido que produce la aguja que recorre los surcos de un vinilo.
El restobar Santo Remedio, ubicado en Providencia, fue uno de los que se sumó a la tendencia. Este lugar ya tenía una cultura de vinilo: en sus ciclos de electrónica pincharon músicos como Ricardo Villalobos y Luciano, y en sus dependencias funcionó la tienda del sello Irma Records.
Ahora, una vez al mes realizan los Domingos de Vinilo, con los que buscan reunir a sus clientes fans de la música. En estos encuentros, en medio del bar se instala una feria en la que han participado Hugo Chávez, la disquería Sonar y Johnny Cavieres, quien en su local del Persa Bío Bío vende sólo vinilos. "La primera vez llevé harto metal, pero la gente buscaba Portishead o Radiohead", relata Cavieres.
Además, en estas citas, los asistentes pueden llevar los discos que ya no escuchan e intercambiarlos entre ellos.
"Se ha convertido en una instancia de encuentro entre desconocidos que tienen la oportunidad, a partir de los intercambios o de la venta, de conversar en torno a su pasión por la música. La recepción ha sido fantástica, superó nuestras expectativas", sostiene Cristina Glasner, de Santo Remedio.
Chávez asegura que el ambiente que se genera es "como estar en una fiesta en un living, con tus amigos. Es una forma entretenida de pasar la tarde del domingo escuchando y compartiendo buena música".
La mayoría de los que asisten a estos encuentros son jóvenes melómanos que están impulsando el revival de este formato, que fue reemplazado en los años 80 por el CD, pero que hoy vive su segunda juventud.
"Los discos de vinilo tienen una carátula y un arte muy cuidados y, además, se escuchan súper bien, por eso muchos los prefieren", cuenta Carla Arias, de Quemasucabeza, sello independiente que ha editado en vinilo todos sus últimos lanzamientos, incluidos los de Gepe, Caravana y Mostro.
Post rock y new romantic, funk y rock clásico, vinilos de 12 y de 16 pulgadas, nuevos y usados, todos los estilos y formatos se mezclan en estas novedosas ferias, donde los precios van desde los $ 5.000 hasta los más de $ 40.000 que pagan los coleccionistas por ediciones de cuatro discos, que vienen en lujosos estuches.
Algunos de estos coleccionistas se mueven por los distintos lugares que realizan estas tardes de vinilos. Un fin de semana en un bar y el siguiente en otro.
A esta ruta sumaron otra parada: el restobar Desmadre, ubicado en Providencia, que ya ha realizado tres de estos encuentros. Ahí se han instalado las disquerías The Knife, Next Time, varios locales del Persa Bío Bío y del Eurocentro, y conocidos melómanos, como Fernando Mujica, cuyos discos son los más demandados por los seguidores de la electrónica y el indie rock.
El primero lo hicieron pocos días antes de la Navidad del año pasado. Fue un hit. "Nosotros participamos y nos fue muy bien, vendimos harto, sobre todo rock clásico. Fue entretenido concentrar en un sólo lugar a varios proveedores de vinilo mientras la gente almorzaba", cuentan en la disquería Next Time, que tiene su tienda en el Parque Arauco.
Uno de los dueños del Desmadre, José Luis Corral, asegura que ya están organizando la próxima feria en el bar. Será la primera semana de agosto y tendrá, además, ventas de otros productos, como poleras de bandas. El Santo Remedio también tiene programado un encuentro para el domingo 21 de agosto.
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