La ruta de las picadas en la zona central

<p>Hacia el norte o el sur, desde Santiago, un repaso a varias de las mejores picadas, esos restaurantes populares que, por sabor y buenos precios, siempre resultan imbatibles. </p>




LAS “picadas” nacen con la humildad de un negocio familiar y se mantienen en el tiempo por la calidad invariable y el boca a boca, que es más antiguo y efectivo que las redes sociales. Cuando vamos por la carretera, ¿dónde paramos a comer si no vamos dateados? Donde veamos estacionados autos y camiones.

Al entrar, encontramos mesas de distinto tamaño y máquinas de bebidas de las dos embotelladoras peleando la mejor ubicación. El olor que nos recibe es una mezcla de manjares que se preparan con honestidad y calidad, tantos que no salen sólo por la campana extractora. El personal de la cocina es la especialidad de la casa: dueños, parientes y amigos del sector trabajan como una pequeña cocinería y logran, por sus armonías de sazones, sus cocciones justas, sus cortes irregulares aunque firmes y la atención cálida, que los clientes se repitan constantemente y se pasen el dato, de boca en boca.

Hay “picadas” que se han posicionado y que con los años han crecido fuerte en infraestructura y personal. Otras, tratan de mantener el origen a como dé lugar, con un lleno casi a diario, con manteles plásticos, loza que lleva en sus entrañas la pasada de miles de clientes nacionales y extranjeros, gustosos de sabores y enjundias.

Con Santiago como punto de partida, daremos algunos datos para quienes quieran salir un fin de semana y no manejar más de tres horas. La variedad es grande y diversa.

Saliendo de la capital al sur

A no más de 40 km, en la Ruta 5 Sur, podemos encontrar viveros, criaderos de perros y hasta un zoológico en el tramo comprendido entre Buin y Champa. Por un lado, están los jardines y viveros apostados en ambos costados de la ruta, con atractivas ofertas de rosas y cítricos. Aquí podemos hacer una parada, en La Quintrala, una picada de humilde apariencia, pero donde cocinan con una sabrosura única. La cazuela, el pollo arvejado y el arrollado de malaya son para llorar, además, es barato. Por $ 5.000 se puede comer muy bien, lo único malo es que siendo una casona hermosa está muy venida a menos.

Siguiendo al sur, nos encontramos en Gultro, pasado el puente Cachapoal (en la antigua 5 Sur), frente a Carabineros tenemos el Mini Restorán (tel. 72-222612), llamado en sus tiempos el “Sheraton Chico”, sus platos son demoledores. En una porción comen dos y hasta tres, la plateada a lo pobre es deliciosa. La atención puede ser un poco lenta, en especial si es hora de almuerzo, pero vale la pena esperar y tener paciencia.

En el km 107, buscando un ambiente que reviva las antiguas posadas, nos encontramos con Chimbarongo y su típico trabajo en mimbre. Tras visitar los numerosos puestos donde encontramos desde servilleteros a sillones, nos disponemos a comer con ganas. Este es algo más fino, no una picada propiamente tal, pero no podemos dejar de mencionarla, por su cocina honesta y servicio cordial, con sus platos detenidos en el tiempo, donde destaca su repostería casera, es El Encuentro. Claro que los valores tampoco se acercan a los de una “picada”.

En San Fernando, camino Puente Negro (tel. 72-72 1009), recomendamos La Casa de Piedra; ofrece comidas para niños, un menú fijo, postres, desayunos, gran variedad de vinos y licores. Agradable panorama familiar y todo a un muy buen precio. Pruebe el pollo a la cacerola con todas sus partes comestibles, para cuatro personas o más, dentro de una gran cacerola, con una salsa realmente sabrosa, acompañado de papas fritas, ensalada a la chilena y el infaltable pan amasado.

Más al sur, km 189, en Curicó, ciudad conocida por las tortas curicanas, sus frutas, mermeladas, quesos, vinos y cecinas, nos detenemos en la Cafetería de Soler, ideal para grandes y chicos, los sándwiches son increíbles de ricos y abundantes, ¡ojo! los lomitos son con auténtico lomo de centro.

Sur Poniente de Santiago

Debemos mencionar Isla de Maipo, un lugar campestre, lindo y cercano, al que se puede llegar por la Ruta 5 Sur, entrando por Buin o por la Autopista del Sol. Tiene una variedad interesante de lugares para variados gustos, como el restaurante Amplus, frente al Santuario Nuestra Señora de la Merced, es relativamente nuevo y tiene un variado menú de comidas caseras, elaboradas con productos de la zona. Brillan el costillar asado y las truchas de Lonquén a la plancha.

Para un momento dulce, la chocolatería Valle del Maipo ofrece ricos chocolates de muy buena calidad, abierta hace dos años, es atendida por su propia dueña. Se ubica por el acceso a Isla de Maipo en el Paradero 14 y cuenta con sala de ventas y servicio de té.

Para degustar autóctonos mostos, vaya a la Casona de Los Mesa, antigua construcción de principios de siglo XX. En sus bodegas se vive la historia y podrá probar diferentes licores, vinos añejos y chicha. Además, como platos ofrecen el irrechazable costillar en horno de barro y suculentas empanadas.

En Calera de Tango, en el Paradero 18, no puede dejar de pasar a Don Benito. Con un muy buen servicio y atractivas instalaciones, destacan sus ricas empanadas de horno de barro, con una tradición de más de 20 años, además de sabrosos perniles.

Ruta 68 y hacia el norte

Ubicados ahora en el camino a Valparaíso, con muchas alternativas de picadas, nos detenemos en Los Hornitos de Curacaví, cerca del km 48. Con una tradición de tres décadas, llaman la atención su piso de tierra, las lámparas de greda y esos braseros siempre encendidos que nos remiten al hogar campesino. Cómo no disfrutar del pan amasado con pebre, arrollado casero y cazuelas.

Hacia el norte, en la Ruta 5 está Torofrut, a la altura de Llaillay. Lo que partió como una frutería pronto derivó en sanguchería y, después, en restaurante tradicional. Hoy es todo eso: de un lado, una tienda con exquisiteces criollas, como quesos de fundo untuosos, naranjas dulces, tentadora chicha y variadas mermeladas; del otro, un sencillo comedor donde destacan sándwiches de mechada jugosa, en un apetitoso pan amasado, la clásica palta reina, los porotos con riendas y longaniza y la sabrosa plateada con puré. Muy buenos precios, vale la pena.

Otro restaurante que debemos mencionar, es Entre Parras (camino internacional Km 28, entrada a Los Andes, ruta vieja), lugar familiar, con juegos para niños y sabrosa comida casera.

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