La Sonora Palacios cumple 50 años y prepara disco de dúos
<P>La orquesta grabará en octubre un álbum con Aldo "Macha" Asenjo y Joe Vasconcellos. Ese mes parten una gira de más de 10 fechas. </P>
Aceite de hígado de bacalao, verduras varias y platos ajenos a las grasas. No es una receta de cocina, pero podría: es la fórmula que hasta hoy, a los 70 años, ha mantenido al trompetista Domingo Marty Palacios Caro como uno de los músicos más longevos de la escena local y uno de los nombres que luce una de las agendas más activas del circuito, desplegada entre juergas universitarias, celebraciones empresariales y alborotos de cualquier fuste. Aún más: a fin de año, su mayor creación, la Sonora Palacios, cumple 50 años de trayectoria, inscritos como uno de los colectivos musicales con mayor tradición en el país y como los responsables de chilenizar la cumbia importada desde Colombia, modelo que se alza fácil como el segundo baile nacional.
Una suerte de Keith Richards de los sonidos tropicales. El propio Palacios lo avala: "Es que siempre me mantuve al frente de la sonora y superé cambios de todo tipo. Y me queda para rato". Al menos, desde octubre, la agrupación concretará una serie de planes para festejar la efeméride redonda y coronar un legado musicalizado por himnos como Los domingos, El galeón español y Negrito Cumbá.
Por ejemplo, ese mismo mes se encerrarán a grabar un álbum, donde reversionarán parte de sus canciones junto a Joe Vasconcellos, José Alfredo Fuentes, Aldo "El Macha" Asenjo (Chico Trujillo) y Miguel Barriga (Sexual Democracia). La idea es que el registro se estrene en 2012. "Es una idea muy bonita. Tenemos mucho que agradecer a los músicos jóvenes, porque nos respetan. Pero ellos también tienen bastante que apreciar de nosotros, porque hay al menos tres generaciones que escucharon nuestro repertorio", asegura.
A mediados del mismo octubre iniciarán una gira de poco más de 10 fechas por las principales ciudades del país y en recintos de alta convocatoria. De hecho, en Santiago ya se tramita de manera preliminar un gran espectáculo en la Plaza de Armas, el que también contará con ex miembros del grupo. "Por estas filas han pasado como 200 y me quedo corto", cifra el director de la orquesta.
Números abultados, pero que en sus orígenes fueron exiguos: para su primera grabación, les dieron apenas un par de meses de vida. En 1961, el músico ya se había graduado como violinista en el Conservatorio Nacional de Música y, a fines de esa temporada bautizó de manera definitiva como Sonora Palacios al elenco que logró reunir para interpretar cumbia con etiqueta chilena. Un experimento kamikaze en días dominados por la Nueva Ola y el rock and roll. "Pero a mí no me gustaba nada de eso. Yo había quedado maravillado con la Sonora Matancera y quería hacer música para bailar", sigue el instrumentista. A través de un cercano, la flamante banda logró que el sello Philips les grabara un registro con sólo dos canciones -la clásica El caminante y La mafafa-, como una suerte de prueba en caso que la aventura resultara un fiasco. Y no lo fue: seducidos por el sonido extraño, las canciones treparon por las emisoras, se instalaron como jingles de Discomanía -el espacio que más arrugó la nariz ante el suceso- y la orquesta se convirtió en habitual de otro novato, el programa Sábados Gigantes.
"En 1964 ya nos obligaron a sacar nuestro primer larga duración", rememora Palacios. Por ese mismo año también asoma la voz principal de Patricio Zúñiga, el intérprete inmortalizado como Tommy Rey y que en 1982 se independizó entre rumores de problemas internos, líos de plata y desavenencias políticas. Marty Palacios zanja: "Nada de eso es cierto. Nunca hemos tenido problemas y los dos sabemos que podemos contar con el otro. Nunca ha habido una competencia".
Los mismos elogios corren para los créditos de la nueva cumbia chilena, como Juana Fe, Villa Cariño o La Guacha, con quienes compartirá mañana en el Carnaval de la Cumbia de Movistar Arena. Eso sí, marca una distancia con Américo, el último fenómeno tropical: "Lo de él no es cumbia, es salsa, y es muy diferente a lo nuestro, porque su sueño es ser el Marc Anthony chileno. Se mueve como él, usa la misma escenografía que él. No representa la cumbia neta chilena, pero es bueno en lo que hace".
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