Las apuestas en Mónaco siempre pagan bien

<P>En el principado, Nico Rosberg se impuso en la sexta fecha de la Fórmula Uno, tal como lo hizo su padre Keke hace 30 años.</P>




Es probable que Nico Rosberg no estuviera ni remotamente en los planes de sus padres cuando el 15 de mayo de 1983 se le bajó la bandera a cuadros del Gran Premio de Mónaco al gran Keke Rosberg. Nació dos años después, en Alemania, pero vivió parte importante de su infancia junto al ex campeón del mundo en su residencia en Montecarlo, donde además realizó sus primeras carreras.

Por lo mismo, luego de conocerse su posición de salida para la carrera disputada ayer, el comentario en el paddock era que el alemán conocía mejor que nadie el histórico trazado callejero, que desde los años 20 sirve para albergar la carrera más vistosa de la Fórmula Uno.

Quizás esto pudo ayudarlo a obtener su primera victoria del año, justo cuando se cumplen tres décadas de la que su mítico padre obtuvo en el Principado, pero de seguro que influyó mucho más el normal desgaste que sufrieron los neumáticos de su monoplaza, y que le permitió liderar de principio a fin la sexta fecha del campeonato de la Fórmula Uno.

Y eso que los pronósticos no eran precisamente alentadores para Mercedes Benz, pese a poner sus dos autos en la primera fila de la grilla. Ayer volvió el sol a Montecarlo y la pista elevó considerablemente la temperatura, lo que aventuraba otro calvario para la firma de Stuttgart.

Pero Mónaco no es España ni Bahrein. Acá las curvas son más lentas, el asfalto es menos abrasivo y los compuestos tienden a durar más. De hecho, todos los equipos utilizaron una estrategia de dos detenciones, aunque en el caso de Kimi Raikkonen y su Lotus, por las circunstancias de la propia carrera más que por los planes previos, que indicaban sólo una parada.

"En Mónaco siempre pasan muchas cosas", había dicho en la previa Christian Horner, el mandamás del equipo Infiniti-Red Bull. "Hay que ver cómo rinden los neumáticos de Mercedes Benz, si Lotus se la juega por una detención, o si sale el auto de seguridad, y tenemos que estar preparados para sacar ganancia de cualquiera de esas cosas".

La estrategia de Horner

Como si fuera un adivino, Horner apostaba por una carrera movida para conseguir un mayor botín que el que la clasificación le daba, considerando que en Mónaco es casi imposible de adelantar. Y las apuestas en Mónaco siempre pagan bien.

Si a la fecha no habíamos visto el safety car en acción, en Mónaco apareció tres veces, una de ellas para detener la carrera tras el accidente de Pastor Maldonado y Daniel Ricciardo que dejó la pista inmunda. A esa altura, Horner y los suyos ya habían capturado el botín que esperaban de esta carrera. Justo tras el accidente de Felipe Massa y cuando el auto de emergencia se aprestaba a salir, ordenó el ingreso a pits de Sebastian Vettel para cambiar neumáticos (Webber lo había hecho un poco antes). Cuando los Mercedes Benz hicieron los propio en la vuelta siguiente, sólo Rosberg pudo salir por delante de los Red Bull. Hamilton, nuevamente, perdió en esta pasada.

El resto de la carrera no mostró variaciones arriba, pero sí en los puestos intermedios, con Sergio Pérez y Adrian Sutil dando espectáculo varias veces, el mexicano en la chicana, el alemán en la horquilla. Fernando Alonso, opaco todo el fin de semana, salvó un séptimo puesto de milagro, y Kimi Raikkonen tuvo el infortunio de toparse con un atolondrado Pérez, que lo obligó a entrar a pits cuando quedaban pocas vueltas, finalizando décimo.

El análisis indica que Rosberg logró su primera victoria en el año, volvió a ganarle a Hamilton y se colocó sexto en el campeonato, mientras que Vettel le sacó 17 puntos a Raikkonen y 12 a Alonso, para mantenerse como un sólido puntero.

Pero lo más importante es que la Fórmula Uno de este año sigue siendo extremadamente impredecible, y por ahora no se ve que haya alguien intratable, como ha sido la tónica en las últimas temporadas, aunque la constancia de Vettel y Red Bull ya se nota en los puntos.

Los dos equipos que sufrieron lo indecible con los neumáticos en Barcelona ganaron en Mónaco, y los que triunfaron en España acá se fueron con las manos casi vacías. Si se considera que Canadá es un circuito más parecido a Montecarlo que a los otros, y que además debutarán neumáticos traseros más confiables, en teoría, podría volver a favorecer a Mercedes Benz. Pero eso es otra apuesta.

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