Las costuras pop de Felipe Santander se exhiben en Recoleta

<P>Ligado a la gráfica y al diseño, el artista arma escenas cosiendo trozos de plástico y cuero.</P>




Durante cinco años, el motor de la obra visual de Felipe Santander (30) ha sido contar historias con su máquina de coser. Partió en 2007, con una muestra en Galería Bech, donde montó una serie de escenas, construidas con colorinches retazos de tela, plástico y cuero sintético cosidos en bastidores de madera, inspiradas en el crimen de Hans Pozo, el joven que en 2006 apareció descuartizado en Puente Alto. Una estética única, que mezcla el diseño, la plástica y la artesanía, y que Santander ha seguido perfeccionando hasta hoy.

Un resumen del trabajo del artista, que él describe como "gráfica textil", se exhibe hasta fines de junio en la Corporación Cultural Recoleta, bajo el nombre de Greatest Hits. "La intención es jugar con el concepto musical de cuando un artista hace una pausa antes de lanzar un nuevo disco y decide compilar sus grandes éxitos", explica Santander.

La exposición reúne 23 obras, que incluyen la serie de Hans Pozo, trabajos de la exposición autobiográfica que el artista hizo en 2009, en la desaparecida Sala Sam, y la muestra con cajas de luz que el año pasado hizo en Galería Moro. "Todo forma parte de una trilogía sobre la idea de reunificar cosas que han sido esparcidas. Primero fue el cuerpo de Pozo desmembrado, luego hablé de mi propia historia, a través de un ejercicio de memoria y, finalmente, sobre los corazones rotos", dice.

Se suma una obra inédita, expuesta en la Bienal de Beijing de 2009, sobre Cho Seung-hui, el estudiante surcoreano que en 2007 fue autor de la masacre en Virginia Tech y que Santander convierte en ícono pop, al juntarlo con una imagen de los Power Rangers. La muestra se completa con objetos personales, libros y juguetes que han formado el imaginario del artista, influenciado por el arte pop de Andy Warhol y Keith Haring.

Hilvanando historias

Egresado de Diseño Gráfico del Instituto Aiep y de Arte de la U. de Chile, Santander llegó a la máquina de coser por necesidad. "Cuando salí de la escuela quería trabajar con serigrafías gigantes, pero era carísimo. Decidí repetir el ejercicio serigráfico de superponer capas de colores, utilizando plásticos y telas, que era lo que tenía más a mano". La idea no fue tan casual. Su abuela y su madre estudiaron corte y confección, mientras que su padre trabajaba en una imprenta, manejando máquinas de linotipo. "De chico tuve influencia de la gráfica. Me gusta pensar que lo que hago es la fusión de los oficios de mis padres. Me hago cargo de esa herencia, pero contando mis historias", dice Santander.

Luego de la muestra de sus "grandes éxitos", Santander se enfocará de lleno, junto con otros artistas, en su nuevo proyecto: la Editorial Conejo, que mezcla el arte y la literatura. Junto con Ediciones Balmaceda 1215, editarán en noviembre el primer volumen: Materiales ligeros, un poemario del escritor joven Mario Borel, que tendrá forma de libro objeto: "Los poemas irán dentro de cajas, junto a una serie de trípticos con pop-ups. Mezcla la literatura con lo tridimensional", cuenta Santander.

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