Las estrategias de Argentina para lograr el deshielo con Reino Unido por Malvinas
<P>El gobierno de Macri busca acercarse a los isleños con una retórica menos confrontacional.</P>
La llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada estaría abriendo un nuevo capítulo en la relación entre Argentina y Reino Unido por las Malvinas (Falklands para los británicos), luego de que anunciara un cambio de estrategia en el tratamiento del reclamo por la soberanía por estas islas ubicadas en el Atlántico sur, lo que involucra incluso una retórica menos confrontacional.
Buenos Aires y Londres mantienen una disputa por la soberanía de las Malvinas desde 1833. La guerra por las islas de 1982 costó la vida de 655 argentinos y 258 británicos, tres de los cuales eran isleños. La tensión entre ambas partes se renovó el año pasado cuando el primer ministro británico, David Cameron, condenó a Argentina por anunciar que investigará a las empresas petroleras que considera "operan ilegalmente" en territorio marítimo argentino.
Uno de los primeros pasos del acercamiento entre ambos países ocurrió en enero pasado, cuando Macri y Cameron se reunieron en Davos. Según el diario Clarín, la diplomacia argentina regresará a los orígenes de la negociación, es decir, se remontará a lo ocurrido entre los años 1966 y 1982, donde se realizaron reuniones bilaterales y propuestas de ambas partes. Por ese entonces la posibilidad de acceder a la soberanía era cercana.
El diario explica que uno de los planes era lo que se conoce como lease-back o retroarriendo, que había sido propuesto por el Foreign Office en 1980 y consistía en que Londres cedía la soberanía de las Malvinas a Argentina, pero las retendría "en arriendo" una determinada cantidad de años, como pasó con Hong Kong. Martín García Moritán, nuevo embajador argentino ante Naciones Unidas, en una entrevista con el mismo diario planteó esa alternativa como una posibilidad.
Sin embargo, desde el punto británico, esa propuesta parece estar fuera de discusión, ya que, de acuerdo al diario The Telegraph, Cameron le habría dicho a Macri que estaba "absolutamente claro" que los isleños querían seguir siendo británicos. El primer ministro hacía alusión al referendo de marzo de 2013 y en el que un 99,8% de los consultados votó por permanecer bajo administración británica.
García Moritán apuesta a que se recupere el espíritu de cooperación con los isleños, el mismo que existía en los Acuerdos de 1971. "Si los isleños conciben que el territorio que tienen enfrente los acoge con la misma simpatía como lo hace Chile o Reino Unido, hoy es probable que por comodidad o necesidad se acerquen más seguido al continente. Podrían tener a Ushuaia como base de operaciones para viajar por el mundo o educar a sus hijos. Queremos restablecer la confianza y darle más contenido a la relación bilateral en todos los ámbitos de la ONU", señaló el diplomático.
Actualmente en caso de una emergencia médica que no puede ser tratada en las Malvinas, los isleños deben viajar a Santiago donde son tratados en una clínica. Mientras que en el caso de los estudios superiores, estos son financiados por el gobierno de las islas y pueden cursarse en Reino Unido.
Tras la aprobación de la Resolución 2065 de la ONU en 1965, en que se reconoció la disputa de soberanía entre Argentina y Reino Unido por las islas, ambos países acordaron medidas que sirvieron como cimientos para los Acuerdos de Comunicaciones de 1971. Clarín señala que en ese entonces la Fuerza Aérea Argentina construyó el aeropuerto de Puerto Stanley (Puerto Argentino), los isleños se atendían en el Hospital Británico de Buenos Aires, existían becas que les permitían estudiar en colegios de porteños y tenían un documento argentino que les eximía el trámite de migraciones. Así, en tres años, alrededor de 1.600 personas, es decir, casi toda la población de Malvinas, viajaron de las islas al territorio continental.
Según el diario La Nación, otra de las propuestas más fuertes que se pondrían en marcha, además de la estrategia educacional, es intentar que Argentina y Reino Unido realicen tareas conjuntas en la zona del Atlántico Sur. Esos trabajos podrían consistir en exploraciones con fines científicos en la Antártica. Incluso también se apuesta a abrir vías de entendimiento en el desarrollo económico conjunto.
El diario advierte que el modo de acercarse a los isleños sería no poniéndolos como protagonistas de los planteos por la soberanía.
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