Las historias secretas tras el "robo del siglo"

<P>Durante seis meses, un equipo del OS-9 de Carabineros indagó a la banda que robó $ 6 mil millones desde el aeropuerto. Trabajos en mecánica e incluso como chofer del Transantiago fueron el disfraz para burlar a la policía. </P>




Los intentos de secuestro para descubrir el escondite del dinero, sumado al constante asedio policial, fueron parte de los problemas que debieron sortear los miembros del grupo que irrumpió en la losa del aeropuerto Arturo Merino Benítez y se apoderó de un botín de $ 6 mil millones, el 12 de agosto de 2014.

Casi dos años han pasado desde que se concretó el llamado "robo del siglo", por el que seis de los diez presuntos implicados fueron condenados. Los demás vivieron suertes distintas: uno fue absuelto, otro quedó libre tras afrontar cargos por estafa y dos miembros del grupo continúan prófugos.

Los seis meses que duró la investigación del equipo especial del OS-9 de Carabineros y la Fiscalía Occidente revelaron aspectos, hasta hoy, desconocidos de esta indagatoria, donde se ha recuperado sólo el 1% del dinero robado. Las pesquisas se tradujeron en 2.961 diligencias, 16 tomos de informes y la designación de 25 policías que exclusivamente perseguían a la agrupación, conformada por mecánicos automotrices, un empresario, un músico, ladrones de cajeros automáticos y un desempleado. Este último, tras el robo, se transformó en conductor del Transantiago.

El primer antecedente para entender cómo Carabineros reconstruyó este puzzle tuvo su origen en el pórtico 30 de la Autopista Central, que conduce al aeropuerto. En ese lugar, las cámaras de seguridad captaron, poco antes del robo, a una camioneta Mitsubishi Montero transitando a las 2.34 de la madrugada.

La baja velocidad del vehículo alertó al OS-9 y a la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV) de Carabineros. El posterior análisis de los videos de la autopista -y de condominios aledaños- permitieron identificar la patente. Su propietario fue indagado, pero actualmente está libre.

Semanas después del robo, esta pista llevó a la policía hasta un terminal de buses de la línea B-5 de la empresa RedBus, que transita entre Quilicura y Huechuraba. Mezclados entre los pasajeros, Carabineros realizó seguimientos al conductor recién contratado, a fin de establecer su rol y conocer a su círculo.

Como resultado, la policía identificó al empresario Alfredo Alvarez Navarro, actualmente prófugo. Un informe policial asegura que Alvarez, apodado el "Tigre", "mantiene una empresa de fabricación de hornos o cocinas tipo Maigas, en Conchalí y además posee varios vehículos caros". Este sospechoso fue seguido por semanas, incluso, en el funeral de un delincuente. Según la policía, habría participado en el robo intimidando a los vigilantes con armamento de grueso calibre.

A más de 2.000 kilómetros de Santiago, en la cárcel de Acha, XIV Región, un reo aportó datos claves. Alvaro Hormazábal Sáez, detenido por infringir la Ley de Drogas, se contactó en noviembre de 2015 con el fiscal Emiliano Arias para entregar identidades de sospechosos.

"Constituido el personal investigador en Arica, se obtuvo la declaración voluntaria del imputado, quien entregó nombres y apodos de sujetos que habrían participado en el delito ocurrido en el aeropuerto", detalla un informe policial. En su testimonio, relató que la misión de reclutar a miembros de la banda recayó en "el Juanito y el Camilo. Al primero que ubicaron fue al 'chico Niñoles'. Era un sujeto que se dedicaba a robos y estuvo detenido en la Peni (sic)". Finalmente, ambos serían excluidos del millonario golpe.

Alexis y Cristián Niñoles, ambos condenados por participar directamente del robo y entregar apoyo logístico, era conocidos en el mundo delictual por dedicarse al robo de cajeros automáticos. En su caso, la policía realizó seguimientos que los llevaron hasta una parcela ubicada en Rapel, Región de O'Higgins (ver fotografía).

Hasta ese lugar llegó una pareja de agentes policiales, caracterizados como un matrimonio, para arrendar una cabaña ubicada a los pies de la parcela de los hermanos Niñoles. De allí obtuvieron las primeras imágenes de un vehículo implicado en el atraco y antecedentes que revelaron los motivos por los cuales el sospechoso escapó de la capital: "Este sujeto no mantiene un domicilio conocido en la RM, por lo cual se estaría quedando esporádicamente en domicilios de familiares y amigos, con el fin de evadir a la policía y a otros sujetos que lo buscarían para hacerle una quitada", detalla el oficio reservado.

Una investigación por robo de cajeros automáticos, ocurrida en 2012, permitió a la policía estrechar el círculo en torno a Francisco Ariel Morales Silva, también condenado en la causa. El sospechoso y presunto cabecilla no era desconocido para la policía: uno de sus primeros antecedentes se vincula al robo de un vehículo Porsche, en Santiago, durante 2010. Su casa de calle Doñihue, en Quilicura, habría servido para ocultar por unas horas los bolsos con el botín.

Si bien la policía allanó esta casa, sólo obtuvo candados, un 'napoleón' y una chaquetilla del Servicio Nacional de Aduanas como evidencias. De Morales Silva y del dinero, nada se sabía. Fue una foto en redes sociales lo que reveló su paradero: imágenes paseando por Puerto Madero, en Argentina, o en fiestas en Brasil, daban señales de su ubicación y lujos. Tras volver a Chile por un paso no habilitado, un descuido permitió a la policía detenerlo mientras hacía unas compras.

La búsqueda de los responsables derivó en el traslado de la policía chilena hasta Milán, en Italia. La feria internacional Expomilán fue el escenario elegido para seguir los pasos de Kevin Olguín Sepúlveda, quien habría sido el encargado de cortar los candados de seguridad. El apodado "baby bandido" llevaría una vida de lujos y sigue prófugo. En tanto, su hermano, Fabián, fue apresado, aunque luego fue absuelto, después de que la fiscalía no pudiera acreditar su participación.

Otros dos condenados en la causa fueron Roque Quintanilla Henríquez y Mario Vásquez, supuestos conductores de los vehículos en que se movilizaba la organización. Según la investigación, habrían estado vinculados a la camioneta Mitsubishi Montero usada en el escape del aeropuerto. Quintanilla era conocido en el mundo musical por su relación con la banda de cumbia "Santaferia". Esta banda, a través de redes sociales, dijo tener "la mejor impresión de Roque, un compañero de años, hijo y padre de familia, con quien hemos compartido en infinitas oportunidades; creemos en su inocencia".

Una de las interrogantes que debió despejar el equipo investigador fue cómo se obtuvo la información para concretar el asalto. Tras recabar evidencias por más de tres meses en el terminal aéreo, interrogar a la tripulación del camión de transporte de valores robado, funcionarios públicos que trabajan en el aeropuerto, e incluso a 40 pasajeros del avión que transportaría el dinero a Copiapó, la policía determinó que la empresa Brinks mantenía una rutina estable, con horarios similares, para trasladar los fondos. Además, se comprobó que estos operativos de traslado podían ser vistos -y estudiados- desde los estacionamientos del aeropuerto.

La experiencia de los miembros de la banda delictual fue otro factor. En 2012 una organización llamada "Los Carniceros", de la cual Alexis Niñoles formó parte, intentó realizar el mismo atraco. Sin embargo, en esa oportunidad la policía detectó e incautó un vehículo robado que la agrupación usaría para transportarse hasta el aeropuerto.

A casi dos años del "robo del siglo", sin embargo, aún persiste una duda: ¿dónde está el dinero de uno de los robos más cuantiosos de la historia delictual chilena?

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