Las locuras de los devotos de "Hannah Montana"
<P>Llevaban años esperando la visita de su ídola y no querían perderse ningún saludo ni asomo.</P>
Andrés Arteaga tiene 16 años y reconoce que hace sólo un mes es parte del fan club Miley Cyrus Power Pop, aunque rápidamente aclara que sigue la carrera de la cantante "hace como seis años". Afuera del hotel Sheraton, en Providencia, el adolescente habla con la cabeza tapada por la misma frazada que la noche del lunes lo ayudó a capear el frío, cuando pasó toda la noche sentado en una vereda, sólo por la pequeña posibilidad de ver a su ídola en una salida nocturna.
"Nos quedamos a ver si se asomaba, cosa que no pasó, pero como a las 4 de la mañana su asistente y algunos de la banda salieron. Nos regalaron algunas cosas. La verdad es que salieron porque los teníamos hartos con los gritos", comenta.
Aunque esta pueda parecer la mayor locura que puede hacer un seguidor de una estrella adolescente, en el caso de los seguidores de Miley Cyrus fue sólo una de la lista, que más tarde engrosaron seis escolares que decidieron faltar al colegio y desafiaron la seguridad del recinto: en un auto manejado por el padre de una de ellas entraron al estacionamiento subterráneo del hotel y de ahí se metieron a un ascensor. Estuvieron cerca de media hora dando vueltas por los pasillos del lugar y hasta lograron convencer a un carabinero de que no las sacara, pero no corrieron la misma suerte cuando las encontró un guardia privado. "¡Nos dijo que nos íbamos a ir presas!", gritaban, después, las eufóricas chicas, felices con su aventura.
Quien también sintió la locura de las fans de la ex Hannah Montana fue Catalina, la doble de Cyrus en el programa Mi nombre es de Canal 13. Bastó que apareciera por la esquina del hotel para que decenas de chicos que estaban en el lugar se le tiraran encima buscando una foto o un autógrafo, como si fuera la verdadera artista. Ella, consciente de su impresionante parecido, disfrutaba de la atención. "No me imaginaba algo así. Vine a verla a ella la verdad", decía entre pose y pose, momento en que también dejaba salir a la fanática: "Si la veo le digo que la amo. La abrazo y no la suelto más".
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