Las personas con caras simétricas tuvieron una infancia feliz




Científicos de la Universidad de Edimburgo encontraron que las personas con rostros asimétricos tuvieron una infancia más triste y una crianza con mayores privaciones, que aquellos que tienen un rostro simétrico. Según los investigadores, la simetría estaría vinculada con la "estabilidad de desarrollo", una capacidad que tiene el cuerpo de ciertas personas para soportar factores de estrés ambiental, como la mala nutrición o la exposición al cigarro.

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