Las virtudes que permiten ser un mejor jefe

<P>Los líderes de equipo son <B>claves para el clima organizacional y la productividad</B>, y si no presentan las cualidades necesarias, los resultados de toda la organización se ven afectados. Pero eso puede ser cambiado.</P>




Asumir jefaturas no es una tarea sencilla y el liderazgo es una cualidad que no todos poseen. Sin embargo, no necesariamente se nace jefe: también se hace.

Tratar de mejorar en esa posición es clave. Una encuesta realizada en México mostró que el 60% de los trabajadores de ese país considera que su jefe carece de habilidades de liderazgo, capacidad para escuchar y de inspirar confianza. Otros análisis han demostrado que llevarse mal con los jefes y desconocer sus capacidades para el cargo llevan a que los empleados busquen otros horizontes.

Los problemas enumerados son solucionables. Se trata de cambiar ciertas actitudes, adoptando una posición autocrítica para evaluar el daño causado a raíz, por ejemplo, de obligar a trabajar horas extras al equipo o no reconocer sus esfuerzos.

José Tomás Saffirio, director de Proyectos de Unegocios, de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, dice que es totalmente posible mejorar el desempeño y transformarse en un mejor jefe. "Depende de que quien ejerce ese rol considere importante el cambio y de utilidad para su propio desarrollo. La práctica del liderazgo -requisito para ser un buen jefe- depende de los propios juicios sobre la utilidad que tiene esa habilidad para el propio desarrollo. Históricamente, se ha entendido que ser buen jefe es una aspiración altruista y que no tiene que ver con el desempeño de las tareas de las cuales se es responsable. En mi opinión, no tiene que ver con altruismo, tiene que ver con desempeño".

Caer en cuenta de la importancia que tiene un buen liderazgo para los resultados del equipo, y en definitiva los de la empresa, debiese llevar a admitir errores, pedir retroalimentación y, con la información recibida, elaborar un plan de acción, el que debe estar basado en la confianza y la transparencia.

"Cada jefe debe cambiar su identidad para llegar a ser un líder, que es lo que los equipos quieren. Porque los jefes son del pasado, los líderes son los que importan y estos deben tener una visión y tienen que estimular a sus equipos para lograr esa visión, haciéndola propia", señala Mario Ríos, country manager de Dale Carnegie Chile.

Mentalidad ganadora

Otras condiciones que pueden llevar a ser un mejor jefe están relacionadas con tener una mentalidad ganadora, creer en sí mismo y en los demás. También implica la capacidad para crear orden y ajustarse a procedimientos, saber distribuir tareas y evaluar desempeños.

"Además, hay que entender y asumir que en todo equipo de trabajo hay personas trabajando con personas, y que todo funciona mejor si nos relacionamos y nos comunicamos mejor", acota José Tomás Guzmán, gerente general de Gestión Valor.

Ser líder igualmente se relaciona con conocer las propias capacidades y limitaciones, tener conciencia del entorno donde se ejerce este liderazgo y la habilidad para entender la diferencia entre el vínculo afectivo y las relaciones de trabajo, estableciendo con claridad las fronteras entre lo laboral y lo personal. Por cierto, también se debe contar con la capacidad para trabajar con otros y para otros y, sobre todo, entender y desarrollar la autoridad personal.

José Tomas Saffirio agrega que los jefes exitosos son aquellos que logran controlar su ego. "Se debe entender que un buen jefe es aquel que genera las condiciones para que otros se desarrollen, condición sine qua non para lograr un equipo con altos niveles de desempeño".

Al respecto, Mario Ríos dice que la principal consideración es que los jefes deben ser capaces de ver las cosas desde el punto de vista del otro, y plantearse, por ejemplo, por qué hizo algo de una forma u otra, por qué reacciona de esa forma, qué quiso decir al comentar alguna situación.

Cabe consignar que hoy los equipos de trabajo son cada vez más demandantes con sus líderes, y que éstos deben motivar a su gente tanto económicamente como con beneficios, con el llamado sueldo "ético" y ofreciendo la oportunidad de aportar. El jefe tiene que considerar todas estas variables al momento de dirigir y llevar sus equipos a la meta, manifestando una opinión y siendo coherente con ella.

"Conozco un caso donde un jefe era el responsable de todo, decidía todo, y si había un error asumía el costo. Cuando esa persona salió de la organización nadie de su equipo estaba empoderado en nada, y todos los años de trabajo duro se perdieron, y el nuevo jefe debió reconstruir todo", cuenta Ríos.

En todo caso, la principal condición para ser buen jefe es la voluntad de serlo y estar dispuesto a aprender de los aciertos y errores, querer ayudar y esforzarse por llegar a ser un modelo de conducta a seguir. "Si el profesional no quiere esto, difícilmente llegará a ser jefe, y mucho menos a mejor jefe", afirma José Tomás Guzmán.

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