Lavasa: la ciudad en India que fue creada por una corporación
<P>Hay limpieza, orden y tecnología de punta, pero todavía sólo un puñado de habitantes, una rareza en la India.</P>
Todo es limpio y nuevo. Hay muy pocos turistas. En realidad, casi no hay gente. Pese a ello, Lavasa está en India: tierra de carretas humanas y de marginados, de sudor, polvo y basura.
Las corporaciones financieras confían en que pronto represente un nuevo modelo de desarrollo urbano y de gobierno en India, un país en el que la sola frase "planificación urbana" ha sido por largo tiempo una contradicción.
Lavasa está en los Ghats occidentales, 209 kilómetros al este de Pune, un floreciente centro de software y animación digital. Si todo funciona según el plan maestro, Lavasa albergará a más de 300 mil personas en cinco "localidades" distintas. Contará con un campus médico de categoría internacional, hoteles de lujo, internados, academias deportivas, una cancha de golf diseñada por Nick Faldo y un campamento espacial.
Sus promotores esperan que cuente también con estudios de cine y animación, compañías para el desarrollo de software, laboratorios de biotecnología, y oficinas de abogados y arquitectos. O sea, toda la industria del conocimiento en el corazón de la "nueva India". Las industrias están por incorporarse, pero la venta de viviendas ha sido sorprendente: en Dasve -la primera de las cinco localidades, que se terminará de construir este año-, prácticamente todas las casas ya están vendidas.
Una ciudad corporación
Lavasa es el invento de Ajit Gulabchand, presidente de la Compañía de Construcción Indostaní, un conglomerado indio conocido por megaproyectos como puentes y represas. El adquirió las tierras que desde remotos cerros descienden hacia el lago Warasgaon, una reserva de 19 kilómetros de largo que provee de agua pura a Pune.
Será la primera urbe de India (fuera de unas pocas ciudades industriales construidas alrededor de las fábricas) en ser construida y gobernada completamente por una corporación. También es la primera en ser planeada de acuerdo con los principios del nuevo urbanismo, que promueve ciudades caminables en una combinación de desarrollo empresarial e inmobiliario, ofrece viviendas para gente de diferentes ingresos y preserva los espacios verdes.
Lavasa tendrá agua corriente de presión centralizada, electricidad segura, tratamiento de aguas servidas, recolección de basura, y cables de fibra óptica en cada hogar. Cosas tan extrañas en India que cuando los futuros compradores vieron Lavasa por primera vez, varios preguntaron por qué no se veían tanques de agua en los techos, y si el precio de las unidades incluía un pozo séptico, según relata Gulabchand.
Quizás el aspecto más radical de Lavasa es su gobierno. Muchas ciudades indias son administradas en gran parte por los estados, algunos más grandes que muchos países. Como resultado, el desarrollo urbano recae bajo burócratas y políticos estatales interesados principalmente en conquistar el voto rural. La Corporación Lavasa -creada para construir y administrar la ciudad- contrató a Scot Wrighton, un experimentado administrador urbano estadounidense, como el primer gerente de una ciudad en la India. Wrighton dijo que la ciudad le ofrecía "la oportunidad de construir un nuevo modelo de gobierno para un país en el que la gobernabilidad a nivel municipal no funciona".
Bajo la ley del estado de Maharashtra, la Corporación Lavasa puede asumir funciones normalmente reservadas para un estado, aunque no tiene poder policial y no puede cobrar impuestos. Emplea guardias de seguridad privados y recauda fondos de las ventas inmobiliarias, arriendos y acuerdos de ganancias compartidas con las empresas. Aunque la compañía espera transformarse eventualmente en un "modelo de sociedad público-privada", la pregunta abierta es si el gobierno se hará responsable ante los ciudadanos o sólo ante los inversionistas.
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