Ley Emilia y desafios pendientes
Señor director:
Según datos de Carabineros de Chile, durante 2014 se practicaron fiscalizaciones a más de tres millones de vehículos, deteniendo a 12.546 personas por conducir bajo los efectos del alcohol. Pese a que ésta es aún una cifra alta, el descenso en ella es considerable luego de aplicadas las leyes de Tolerancia Cero y Emilia, las cuales han demostrado un importante poder inhibitorio: previo a estas normativas, un 22% de los controles por alcohol marcaban positivo. Hoy, alcanzan menos de 3%.
Esta es una cifra que celebramos como país y que esperamos seguir disminuyendo, pero olvidamos una de las variables de la Ley Emilia: la sanción de la conducción bajo los efectos de las drogas.
Diversos estudios han demostrado cómo las distintas drogas provocan alteraciones en las capacidades psicomotoras de un conductor, por lo que su uso está prohibido en todos los códigos de conducta vial.
En Chile no contamos con un sistema de medición o fiscalización del uso de drogas en autopistas y caminos, lo que es una contradicción en una sociedad capaz de hablar sobre una posible despenalización del consumo de marihuana con fines medicinales o recreativos, pero que no cuenta con las herramientas básicas para cuidar de la vida de sus ciudadanos.
Así, difícilmente podremos seguir mejorando los resultados de la Ley Emilia, sobre todo si despenalizamos la marihuana sin contar con una fiscalización eficiente y oportuna. Es necesario generar una conciencia entre nuestros conductores respecto a esta temática, pero también es fundamental una estricta fiscalización. De lo contrario, sólo estaremos ocultando la basura bajo la alfombra.
Patricio Labatut
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