Liberación de tres jóvenes tras 10 años de secuestro causa impacto en EEUU

Charles Ramsey, un afroamericano de 40 años, disfrutaba el lunes en la tarde de su día libre y estaba a punto de comerse una hamburguesa Big Mac cuando escuchó gritos de una joven en una casa vecina, en el apacible barrio de West Side, en la ciudad industrial de Cleveland, en el norte de Estados Unidos. "¿Qué demonios está pasando?", se preguntó Ramsey, un lavaplatos de un restaurante local, mientras corría hacia la vivienda. "¡Me han secuestrado! He estado en esta casa por mucho tiempo. Quiero irme. Ahora mismo. Ayúdeme a salir de acá", le dijo la joven, acompañada de una niña pequeña, que luego se supo que era su hija.

"Sabía que algo andaba mal cuando una preciosa niña blanca corrió a los brazos de un hombre negro", contó Ramsey después, con un toque de humor. En un primer momento, el hombre trató de sacar a la joven, pero no pudo abrir la puerta. Entonces tuvo que romperla "y la muchacha salió a rastras". Se trataba nada menos que de Amanda Berry, de 27 años y que había sido secuestrada hace 10 años.

Apenas salió de la casa, Berry corrió hacia una vivienda vecina, llamó al teléfono de emergencias 911 y suplicó para que la policía pudiese llegar "antes de que él vuelva". Lo que no se sabía hasta ese momento era que junto a Amanda también se encontraban Michelle Knight, de 32 años y desaparecida en 2002, y Gina DeJesus, de 23 años y cautiva desde que tenía 14 años.

"Ayúdeme"

Por eso, la joven estaba desesperada. "Ayúdeme. Soy Amanda Berry. Fui secuestrada y he estado desaparecida por 10 años y ahora estoy libre". El operador del 911 se demoró en reaccionar y la atosigó con preguntas sobre si su secuestrador era "blanco, negro o hispano". También le dijo: "Vamos a ir apenas tengamos un vehículo disponible".

Al otro lado del teléfono, Amanda estaba desesperada, pero mantuvo la calma para proporcionarle al 911 toda la información que le requirieron. También intervino Ramsey: "Hey, mire esto. Ella dijo que su nombre es Linda Berry o alguna mierda así. No sé quién carajo es. Pero vengan". "¿Sabe usted si (el secuestrador) todavía está en la casa?", le preguntó el operador. "No tengo ni la más puta idea, hermano", respondió Ramsey.

A los pocos minutos llegó la policía y Berry les dijo que en la casa había otras dos jóvenes, quienes fueron rápidamente rescatadas y llevadas a un centro médico junto a Amanda y su hija de seis años. Luego, el propietario de la casa, Ariel Castro, de 52 años y ex conductor de un autobús escolar, fue arrestado en un local de McDonald's, al igual que sus hermanos Pedro y Oneil.

Castro habría mantenido encerradas con candado a las jóvenes en distintas partes de su casa. Su hijo contó al diario británico Daily Mail que cuando él lo visitaba, su padre no lo dejaba entrar a algunos lugares de la vivienda, como el sótano.

Según el canal WKYC-TV de Cleveland, las tres mujeres habrían estado embarazadas y abortado durante su cautiverio, en el cual fueron violadas y golpeadas por los secuestradores. Las tres fueron plagiadas en la misma zona de Cleveland, pero en distintos años.

Los vecinos de Seymour Avenue contaron que Castro parecía normal, que solía invitar a asados o que caminaba con una niña pequeña. En esa cuadra las calles se caracterizan porque muchas ventanas están tapadas con madera o bolsas.

Eso sí, los vecinos dijeron que en dos ocasiones la policía llegó a la casa, pero que nadie respondió. Y contaron también que algunas veces escucharon golpes en las puertas y que vieron a una mujer desnuda que andaba a gatas en el patio.

La noticia sobre la liberación de las jóvenes generó júbilo en el barrio de West Side. Hubo abrazos y mucho llanto. Especialmente conmovedora era la situación de Amanda, cuya madre, que la buscó por muchos años, ya falleció.

"La pesadilla terminó", comentó el agente del FBI Steve Anthony. Sin embargo, no todo estaba resuelto. Ello, porque en 2007 desapareció en esa misma zona Ashley Summers, de 14 años, quien podría estar relacionada con el caso.