Libro intenta descifrar las luces y sombras de Juan Luis Martínez
<P><I>Martínez Total </I>reúne 25 textos que estudian la obra del autor de <I>La nueva novela</I>.</P>
Semanas antes del plebiscito del 5 de octubre de 1988, una mujer llegó al diario La Epoca, ubicado en Santiago, con dos poemas de Juan Luis Martínez (1942-1993) y una fotografía, donde aparecía él y su hija. La imagen había sido tomada hace 15 años. Los poemas se titulaban Mañana se levanta y Quién soy yo. La "esposa del poeta", como consignó el periódico, venía con un mensaje que solicitaba que los textos y la foto fuesen publicados "antes del plebiscito".
Y así ocurrió. La escena es propia de un autor que hizo lo posible por borrar su autoría, que no daba entrevistas, y que solo publicó dos libros antes de morir a los 51 años, en 1993. Dos obras extrañas y experimentales: La nueva novela (1977), ejemplar que une poesía, artes visuales, lógica, surrealismo y lecturas orientales, y La poesía chilena (1978), libro objeto que contiene los certificados de defunción de Neruda, Mistral, Huidobro y Pablo de Rokha.
Poeta de culto, el autor criado en Viña del Mar, que a los 12 años dejó la educación formal y que pasó los 80 en en Villa Alemana, ha sido rescatado, poco a poco, en estos últimos años, a través de exposiciones con su trabajo visual y la edición de obras como El poeta anónimo (2013).
Ahora, editorial Universitaria acaba de publicar el volumen Martínez Total, en el que 25 artículos abordan su obra desde distintos ángulos, en la escritura de académicos de Chile, Argentina, Puerto Rico, Venezuela, España y EEUU. Allí se profundiza la relación de su trabajo con el I Ching, la poesía conceptual, el dadaísmo, la tradición de la poesía nacional, y se entregan apuntes biográficos, además de tres fotografías inéditas tomadas en el lanzamiento de un libro de José Donoso en Viña del Mar, en 1983.
"Martínez fue un maestro de las paradojas y las sorpresas. El primer aporte probablemente tiene que ver con la clausura de la discusión acerca de la naturaleza de la poesía", anotan en el prólogo de la publicación los editores Braulio Fernández y Marcelo Rioseco. "A nadie parece llamarle la atención un hecho elemental: un poeta que casi no escribió poemas originales es considerado uno de los poetas más experimentales de los últimos cuarenta años de la poesía chilena", agregan.
En 1992, un año antes de fallecer, Martínez viajó a París ante una invitación del Ministerio de Cultura de Francia. Sería el único viaje que haría lejos de Chile. Ante una audencia embobada leyó el poema Qui je suis. Una década más tarde se publica en el país Poemas del otro, libro inédito de Martínez celebrado como un acontecimiento literario. Sin embargo, varios de esos poemas, incluyendo el enviado al diario La Epoca en 1988, no eran de su autoría.
En 1976, en París, un poeta suizo catalán llamado Juan Luis Martínez publicó el poemario El silencio y su ruptura. Su "doble" chileno se apropió de esos textos haciéndolos suyos. El hecho fue recogido por el doctor en literatura estadounidense Scott Weintraub en el libro La última broma de Juan Luis Martínez (2014),
Weintraub también participa en el conjunto de ensayos Martínez Total, igualmente lo hace el Juan Luis Martínez suizo catalán, quien se refiere a su homónimo y la singular historia que los une. "Ahora, incluso desaparecido, el autor sobrevive en el texto, su fantasma habita las páginas del libro y rápidamente encarna las fantasías más fantasiosas de sus lectores", escribe.
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