Libro reúne en 1.600 páginas las notas de literatura y política de Dostoievski

<P> Llega la última edición de <I>Diario de un escritor</I>, libro para entender al autor de <I>Crimen y castigo. </I></P>




Ocho años antes de morir, Fiódor Dostoievski (1821-1881) usó por primera vez la combinación de palabras Diario de un escritor. Ya era ampliamente reconocido en Rusia y bajo ese título escribía columnas en la revista El Ciudadano. Ahí cabía "todo lo que se me ocurra o lo que me haga pensar". El espacio se acabó a los dos años, pero Dostoievski jamás abandonó el modelo de cajón de sastre: hasta su muerte siguió con el diario en otras revistas, cuadernillos financiados por él y notas privadas. El resultado póstumo es este: 1.600 páginas con el ideario político y estético definitivo del autor de Crimen y castigo.

Se trata, claro, de una recopilación. Y esta no es la primera: el libro Diario de un escritor se ha publicado en varias ediciones, pero nunca ha sido tan completa como la del sello Páginas de Espuma, a cargo de Paul Viejo. Lanzado el año pasado en España, ahora está disponible en Chile. Incluye artículos desde 1845, varios años antes de que Dostoievski concibiera el diario, hasta un cuaderno que llevó hasta su muerte. Quiso abarcar todos los temas y puede que lo haya logrado: se leen desde prólogos a libros de Edgar Allan Poe, hasta críticas al comunismo, pasando por apuntes religiosos, propuestas para una literatura popular, textos sobre Europa, San Petersburgo y bastante más.

Dostoievski también es personal: "Me llaman psicólogo: es mentira, sólo soy realista en un sentido elevado, es decir, represento toda la profundidad del alma humana", anota.

Gógol, el mayor

Conservador, cristiano y moralista, el autor de Los hermanos Karamasov sigue con atención las polémicas políticas y culturales de la cambiante Rusia de fines del siglo XIX. Por ejemplo, dedica varios artículos a analizar el proyecto Anales de la Patria, que pretende popularizar la literatura. El tiene una posición crítica: cree que nada de lo escrito "sirve para la lectura del pueblo", y propone libros que entreguen "conocimientos" y fomentar "el sentido moral, estricta relación con las costumbres, la historia, el medio y la vida del pueblo ruso".

Políticamente, el escritor tiene un claro enemigo: "El socialismo se basa en la falta del respeto a la humanidad (vida en rebaño)", anota. Más allá, insiste: "¡Comunismo! ¡Un absurdo! ¿Podría un hombre estar de acuerdo en convivir en una sociedad donde no sólo estaría privado de toda personalidad propia, sino incluso la posibilidad de iniciativa de bondad?". Su posición es esta: "Del cristianismo católico sólo salió el socialismo, del nuestro saldrá la hermandad".

En forma paralela, Dostoievski lee a sus contemporáneos. No se pierde los capítulos de Ana Karenina que, entre 1875 y 1877, publica León Tolstoi en la revista El Mensajero Ruso. "Es una obra de arte perfecto", anota sobre la novela y sobre su autor, comenta: "Es un talento de caramelo y le viene bien a todo el mundo".

Sin embargo, Dostoievski tiene su preferido: "Gógol es, por la fuerza y profundidad de su risa, el primero del mundo (incluyendo a Moliére), y a esto tendríamos que prestar atención los rusos". Aunque tiene reparos: "Gógol es un genio titánico, pero torpe como los genios".

Dedica varios textos a analizar la literatura rusa, habla sobre Goethe, Balzac, Dumas, Poe y Rousseau, pero en su diario privado, sin dar explicaciones, anota lo que realmente no puede olvidar. Enumera: "Lo bello de este siglo, Pickwick (aludiendo al personaje de Charles Di-ckens), Notre Dame, Los miserables (ambas de Víctor Hugo). Las primeras obras de George Sand, Lord Byron, Lérmontov, Turguéniev, Guerra y paz, Heine, Push-kin, Walter Scott".

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