Licencias médicas




EL GASTO en licencias médicas que requieren un reposo laboral por enfermedad y maternidad prácticamente se triplicó entre 2005 y 2015. Las razones que explican esta situación responden al alza de las remuneraciones de los trabajadores, pero también por una progresiva mayor utilización de estos beneficios. Más aún, parte importante del aumento en el costo de los planes de salud se explica por el mayor uso de los subsidios por incapacidad laboral. Luego, éste es uno más de los múltiples desafíos que enfrenta el sector salud (y laboral) y que requiere una solución a la brevedad.

En efecto, el sistema de licencias médicas requiere un rediseño que permita racionalizar su uso para mejorar su eficiencia y equidad.

En primer lugar, se debería separar la cotización destinada a licencias médicas de la de salud. De esta manera se evitaría que los incrementos en las licencias sean financiados con reducciones o mayor costo en las prestaciones de salud. Todos los trabajadores podrían optar por la institución más conveniente según sus intereses, independiente del asegurador de salud.

En segundo lugar, se requiere libertad de contratación de la cobertura de la licencia. Una alternativa que mejora los incentivos a racionalizar este subsidio es dar libertad a las personas para pactar la licencia (con subsidios menores al 100%), con el objeto de mejorar la cobertura de salud y abaratar los planes. En este sentido, será necesario establecer una licencia mínima con el fin de asegurar que todos mantengan un nivel adecuado de cobertura en caso de enfermedad de licencia prolongada. Como está comprobado internacionalmente, coberturas inferiores al 100% permitirían reducir el número de días perdidos y reducirían los incentivos para las licencias fraudulentas.

En tercer lugar, se debería reemplazar el período de carencia de tres días por un mecanismo de pago porcentual. Un mecanismo más eficiente sería implementar una licencia escalonada. Es decir, la licencia se paga incompleta, recibiendo el solicitante un porcentaje de su sueldo, cuyo porcentaje aumenta conforme aumentan los días de licencia. De esta manera se elimina el incentivo a solicitar licencias por enfermedades leves y el actual mecanismo del período de carencia. Asimismo, se requiere volver a rediseñar el subsidio pre y post natal y por enfermedad grave de hijo menor de un año. El beneficio de pre y post natal con goce completo de remuneraciones está por encima de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde).

De hecho, en Estados Unidos sólo se concede permiso. El beneficio en caso de hijo menor de un año con enfermedad grave es muy poco frecuente en el mundo.

Sólo existen dos casos, Finlandia y Suecia con 80% y 90% de remuneración, y el resto goza de sólo permiso a ausentarse.

Por último, se podrían implementar licencias médicas part time para aumentar las tasas de recuperación o retorno al trabajo. Por ejemplo, en Suecia permitió que las probabilidades de recuperación para licencias de largo plazo aumentaran en un 10%.

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