Liu Yiqian, el ex taxista tras la compra del Modigliani

<P><I>El martes, Christie's se anotó un nuevo récord con </I>Nu Couché<I>, obra de Modigliani comprada en US$ 170 millones por el coleccionista chino, quien dejó el colegio a los 14 y hoy tiene dos museos en Shanghai.</I></P>




Cuando era un adolescente, el máximo sueño del chino Liu Yiqian (1963) era convertirse en una "persona de 10 mil yuanes". Mientras el salario medio en esa época era de 300 yuanes, los comerciantes de la calle como él podían aspirar a ganar hasta 10 mil yuanes. A los 17 años ya había alcanzado la meta y llegaría aún más lejos. La noche del martes, Liu se convirtió en el dueño de la obra más cara de Amedeo Modigliani: Nu Couche (1917), subastada por Christie' en US$ 170, 4 millones. La obra también es la segunda mejor pagada en remates, después de Las mujeres de Argel, de Picasso, vendida en US$ 179, 3 millones en mayo de este año.

Liu Yiqian, quien a los 14 años abandonó el colegio para ayudar a su familia y luego trabajó de taxista, se transformó en uno de los grandes magnates de arte en los años 80, cuando China abrió su economía. Aconsejado por un amigo, Liu hizo sus primeras inversiones en la bolsa a los 27 años: compró acciones en bienes raíces y productos farmacéuticos, y descubrió su buen ojo para la especulación.

Hoy, Liu Yiqian es presidente de Sunline Group, empresa de inversiones con sede en Shanghai, que a partir de 2010 ha visto aumentar su patrimonio. En julio pasado, la revista Forbes valoró su patrimonio en US$ 1.370 millones y lo ubicó en el lugar 163 de los más ricos de China. Claro que su interés por el arte vino de la mano de su esposa, Wang Wei, quien lo ha asesorado en la formación de su colección, que partió enfocada en arte tradicional chino, con pinturas y obras de caligrafía de la dinastía Song (960-1279) y de la dinastía Yuan (1271-1368).

En 2014 Liu hizo noticia al adquirir una pequeña taza de porcelana de la dinastía Ming, de 500 años, en US$ 36 millones. Sin embargo, en el último tiempo su acervo se ha diversificado hacia el arte extranjero. La razón: el matrimonio chino abrió el año pasado el Museo Long West Bund, una extensión del Museo Long Pudong, inaugurado en 2012, en Shanghai, que planea concentrar grandes obras maestras.

El caso de Liu Yiqian no es aislado, en los últimos años China se ha vuelto un nuevo polo del arte, segundo en el mundo tras EEUU. Un puñado de inversionistas locales acompaña el fenómeno: en 2014, Artnet elaboró una lista de los 200 coleccionistas más importantes del mundo y 12 eran chinos. Al igual que Liu Yiqian, la mayoría ha levantando sus propios museos, como Lu Xun, empresario de bienes raíces que en 2013 inauguró el Museo de Arte de Sifang en Nanjing o el magnate Qiao Zhibing, quien planea convertir una antigua industria de aceite en Shanghai en un centro de arte.

A diferencia de ellos, y lejos del valor que hoy se le asigna a su obra, Modigliani murió en la ruina: falleció de tuberculosis en 1920, en el Hospital de la Caridad de París.

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