Los 65 años del libro que cambió la forma de criar
<P>Candidato a presidente, medallista olímpico y pionero de la teoría freudiana en Estados Unidos. Así era el médico Benjamin Spock, quien en 1946 publicó un manual que desafiaba la usanza, que fue seguido en todo el mundo y provocó el odio de su país 20 años después.</P>
CULPAR A UN DOCTOR por la derrota de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam -el conflicto más largo en su historia-, parece un sinsentido. Implica omitir la crítica mundial que el temor de la potencia mundial de la proliferación del comunismo y los movimientos pacifistas de finales de los 60 y principios de los 70. Culpar a un doctor porque Estados Unidos perdió una guerra suena como un mal chiste, sobre todo cuando el médico es de apellido Spock.
Pero eso fue lo que hizo el reverendo Norman Vincent Peale, un sacerdote neoyorquino proguerra y antiSpock, quien aprovechó la vitrina de decenas de medios para decir que el doctor Benjamin Spock, autor del libro The common sense book of baby and child care (El libro del sentido común para la crianza de bebés e infantes, de 1946), había corrompido a una generación entera. La falta de patriotismo, de responsabilidad y disciplina de los jóvenes que se oponían a la guerra se debía a que todos se habían acostumbrado a exigir gratificación instantánea durante su crianza, decía Peale. Y eso, claramente, era culpa del transgresor método que proponía el doctor educado en Yale, Columbia y el Instituto Sicoanalítico de Nueva York: criar a los niños con afecto y atendiendo sus necesidades, en vez de imponerles rutinas alimentarias y de sueño, y dejarlos que lloraran para que fueran, luego, hombres y mujeres fuertes.
"Sabes más de lo que cree"
Aunque el nombre del libro apelara al sentido común, la tesis de Spock chocaba con la usanza de cómo había que criar a los hijos desde su nacimiento hasta ya entrados en la preadolescencia. Chocaba, incluso, con la manera en que a él lo habían educado. Como relata en una de sus biografías, su madre acostumbraba encerrarlos a él y a sus cinco hermanos en un clóset oscuro hasta que aprendieran la lección de turno. En una ocasión, de hecho, dejó a dos de sus hijas encerradas y salió de la ciudad por todo el día.
Consciente del trauma que eso provocaba en ellos, Spock estudió sicología en el Instituto Sicoanalítico de Nueva York después de titularse como médico pediatra en la Universidad de Columbia, en 1924. Y mientras trabajaba en el cuerpo médico de la Armada durante la Segunda Guerra Mundial, escribió el libro que se transformó en el manual de cabecera de quienes criaron a los baby-boomers. Y lo que hoy suena a sentido común, en 1946 causó estragos en las familias encariñadas con su porche de rejas blancas, pie de manzana y perro jugando en el patio trasero.
Mientras lo usual era alimentar y hacer dormir a las guaguas en base a un horario muy estricto, sin importar cuándo ellos quisieran hacerlo realmente, Spock proponía escuchar el llanto de los hijos. Darles de comer y dejarlos descansar cuando ellos quisieran -o, mejor dicho, cuando los padres creyeran que era lo que ellos querían: la primera frase de su libro, "Sabes más de lo que crees", daba a entender que el instinto era mejor guía que el reloj, y que un cariño en vez de un encierro en el clóset daría mejores resultados.
La teoría de Spock implicaba también una mayor inclusión del padre en la crianza, sugiriendo que tanto él como la madre pasaran tiempo a solas con sus hijos para reforzar el vínculo entre ellos. Según su visión -fundamentada en sus estudios de sicología- tomar a un hijo en brazos cuando lloraba no era malcriarlo, las madres tenían derecho a tener una "sensación de pena" después del parto y, más allá de la disciplina estricta, el cariño, la confianza, el sentido común y la intuición eran las mejores herramientas para criar a la descendencia.
Por ser el primer doctor que sugería hacer todo lo contrario a lo acostumbrado en relación con la paternidad, lo llamaron "el padre de la pediatría permisiva". Y por supeditar lo estricto al cariño, lo acusaron de criar a dos generaciones completas de niños egoístas, mimados, irrespetuosos y holgazanes. Extrañamente, la primera crítica oficial surgió 20 años después de la publicación de la primera edición de su libro. Coincidentemente, cuando Estados Unidos se enfrentaba a una juventud opositora al gobierno en plena guerra de Vietnam y necesitaban aumentar las tropas y no los descontentos. Y culpar a alguien más, claro.
Doctor y casi presidente
Los ataques a Spock comenzaron a tomar vuelo cuando el doctor politizó su carrera. Paralelo a sus intereses profesionales y académicos -hacía clases en varias universidades-, en 1960 hizo un anuncio en el marco de la campaña electoral de John F. Kennedy junto a su señora Jacqueline.
A finales de esa década se unió al movimiento pacifista y, en 1968, fue condenado a dos años de cárcel -aunque después fue absuelto- por luchar contra el servicio militar. Incluso llegó a ser candidato a la Presidencia en 1972, por el Partido Popular (People's Party). Sus promesas de campaña incluían la legalización de la marihuana y el aborto, y le valieron 75 mil votos.
A medida que se polarizaban las opiniones, Spock ganaba cada vez más detractores. Ya no importaba que le hubiera dado a su país una medalla olímpica en 1924 con la selección de remo en París, y se cuestionaba su calidad profesional aunque hubiera sido el mejor alumno de su promoción. Al contrario, además de recibir amenazas de muerte y críticas en varios medios de tendencia republicana, se lo acusó no sólo de malcriar a la juventud estadounidense, sino de provocar la muerte de cerca de 50 mil bebés en Estados Unidos y Europa.
Ese es, quizás, el único argumento concreto para criticar el libro del doctor Spock: gracias a su sugerencia de acostar a los niños boca abajo, para que no se ahogaran en su propio vómito al hacerlo boca arriba, estudios disponibles desde los 70 estiman que 50 mil niños habrían fallecido por muerte súbita al estar durmiendo como Spock lo recomendaba.
Freud made in U.S.A.
El mayor referente de Spock para escribir El libro del sentido común para la crianza de bebés e infantes fue el sicólogo aus- tríaco Sigmund Freud. Conceptos como experiencias de la infancia, deseos sexuales reprimidos y rivalidad entre hermanos eran algunos de los temas que Spock trataba en su libro de manera amigable y entendible para todos los lectores, importando directo desde Austria las bases del sicoanálisis.
Y al igual que su guía, Spock pensaba que la mayoría de los problemas de la adultez se debían a traumas infantiles o partían en esa etapa de la vida, por lo que había que evitar las experiencias negativas y angustiantes y entender cómo estas podían repercutir a futuro. Por eso enfatizaba que el cariño y el tratar a los hijos como individuos y no como parte de una camada era la mejor crianza posible, y explicaba las actitudes de niños de seis años con ideas como los complejos de Edipo y Electra.
A pesar de que publicó 12 libros más y de que en los 90 intentó matizar su teoría declarando que los niños necesitaban normas y los padres ser respetados -algunos tomaron estas declaraciones como ejemplos de arrepentimiento de su teoría-, su primera obra fue la que marcó su carrera -se tradujo a 39 idiomas y se vendieron 50 millones de copias- y a dos generaciones que se criaron bajo sus preceptos. Idea que fue criticada incluso por el Vicepresidente de Estados Unidos, Spiro Agnew, en el periodo de Richard Nixon: a principios de los 70, el segundo al mando de la nación acusó en un discurso televisado al doctor Spock de haber corrompido a la juventud de su país.
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