Los 95 años del Parque Metropolitano
<P>El principal pulmón verde de Santiago celebrará su aniversario con la renovación del Zoológico y el Teleférico. Aquí, un recorrido visual por la historia de este semidesértico cerro que se convirtió en oasis. </P>
El Parque Metropolitano de Santiago cumple 95 años. Para celebrar este aniversario, ayer se anunció el plan de inversiones más importante de la historia de esta área verde.
Son obras por $ 22 mil millones, destinadas en su mayoría a modernizar las instalaciones emblemáticas del recinto, como el Funicular, el Torreón Victoria y el Teleférico, que en 2014 volverá a funcionar después de cuatro años cerrado al público. También se renovará el Zoológico, que duplicará su superficie (ver nota secundaria).
Entre los anuncios figura la remodelación de accesos, un plan de forestación, una red de senderos y miradores de 33 kilómetros y la habilitación de una nueva entrada al parque, que estará ubicada en el sector de Recoleta. "La idea es que sea un referente internacional de espacio público de calidad", afirma el subsecretario de Vivienda, Juan Carlos Jobet. Estas obras son parte del Legado Bicentenario que impulsa el Presidente Sebastián Piñera.
Estos 95 años se conmemoran con el rótulo del parque más importante de Santiago: posee una superficie de 722 hectáreas y al año es visitado por más de cuatro millones de personas. Es, además, el principal pulmón verde.
La actual panorámica contrasta con los colores áridos que tenía en sus inicios. Cuando el intendente Alberto Mackenna creó el parque, en 1917, en el cerro San Cristóbal sólo estaban la Virgen -que se inauguró en 1908-, el Observatorio Lick (hoy Manuel Foster) y un camino, que se construyó para que los capitalinos pudieran subir hasta el santuario de la cumbre. "Era un cerro que estaba fuera de la ciudad, erosionado y deforestado. No había ni un árbol", cuenta el director del parque, Mauricio Fabry.
El primer gran impulso estuvo marcado por la inauguración, en 1925, de dos de sus recintos más populares: el Funicular y el Zoológico. Este último fue creado por el entomólogo Carlos Reed por encargo de su amigo, el intendente Mackenna. Trajo los animales desde Buenos Aires y cuando estos llegaron a la Estación Central, el tren se convirtió en una especie de arca de Noé.
Cuatro décadas después se realizó el segundo conjunto de obras importantes del recinto. Fue de la mano del arquitecto Carlos Martner, quien creó las piscinas Tupahue, Antilén, la casa de la cultura Anahuac y las plazas Pablo Neruda y México.
En ese entonces, Martner trabajaba en la dirección de Planificación del MOP. "En esos años, los atractivos eran el Zoológico y la cumbre. La idea era crear nuevos centros de interés y lo hicimos en el sector oriente del parque. En una antigua cantera, que era utilizada como basural, construimos el balneario Tupahue, donde están la piscina, sus jardines y el mural de piedra", recuerda.
Desde 1980, cuando se inauguró el Teleférico -una de las atracciones más recordadas por los santiaguinos y fuera de servicio desde 2009-, que no se realizaban grandes obras. Estas regresaron en 2012 con el Parque de la Infancia y los nuevos proyectos que renovarán la cara de este pulmón verde.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.