Los "bares" de jugos de frutas: bebidas saludables y a bajo costo

<P>En el centro de Santiago, el Mercado Tirso de Molina, el Persa Bío-Bío y hasta en Providencia crece la oferta de "juguerías".</P>




"¿De qué sabor, corazón?", dice Laura y el joven cliente apunta a la bandeja con mangos picados del mostrador. Segundos después, se van los trozos de fruta directo a la licuadora con leche y un poco de azúcar. "Antes a la gente le daba miedo que se fueran a enfermar mezclando arándanos y mangos o probando el tutti frutti con leche. Ahora les parece entretenido", agrega sonriente Laura Yolanda Muñoz, con el ruido de las licuadoras de fondo. Es la dueña del local de jugos "La Yolita" en el Mercado de Abastos Tirso de Molina, frente a la Vega Chica de Recoleta.

En este mercado hay seis de estas "juguerías", que también existen en el centro de Santiago y en Providencia, atendiendo de lunes a sábado.

Asimismo, en la esquina de Franklin con San Isidro, el local "Carlitos, el Rey" espera a los paseantes del Persa Bío-Bío los fines de semana y festivos.

La oferta de los jugos de fruta natural ha aumentado, según sus dueños, hasta tres veces respecto del año pasado. Así lo comprueba Yolita Muñoz, quien proviene de una familia dedicada a la venta de frutas hace tres generaciones y criada entre cajones de tomate: una fruta para los incrédulos.

Ella y su hermana Ilse sirven estos refrescos al público mientras su padre, Manuel Muñoz, trabaja en el puesto vecino. Atienden desde las 7.30 de la mañana -para recibir con batidos de plátano u otro sabor a los trabajadores- hasta las 8.45 de la noche. "Llevo nueve años en el negocio, pero hace tres se puso más de moda", dice.

Un vaso de 300 cc cuesta $ 500 y $ 700, dependiendo de si tiene agua o leche para acompañar. Los grandes, de medio litro, entre $ 1.000 y $ 1.500. Los sabores más populares de su tienda son el tutti frutti, frutilla y piña. "Para los que prefieran mango, arándanos o frambuesa, el valor sube a $ 700 y $ 1000, porque son frutas más caras", agrega Yolita.

Unos metros más allá, un cartel anuncia: "Golpe vitamínico: naranja, zanahoria y betarraga a $ 1.700". Es el local 57 llamado Jonadab, que lleva seis años al ritmo de los exprimidores. "Tenemos papaya peruana, más grande y dulce. También un jugo especial de 10 frutas con miel y algarrobina (un endulzante extraído del algarrobo), a $ 2.000", dice la madre del dueño de Jonadab, María Humelia González.

Arriba, en el segundo piso, entre los restaurantes, hay un puesto con manteles de frutas gigantes. "Para que no quede duda", dice la dueña de "Nuestros Jugos Sandy" (local 288), Sandra González, que ofrece hace un año y medio jugos desde las 7.30 hasta las 18 horas. "Está de moda y es saludable", añade.

Jugo afrodisíaco

"Antes preferían pura Coca-Cola, ahora los santiaguinos quieren tomar algo fresco", dice Mirtza Bruna, dueña de "El rincón del colombiano", ubicado en calle San Antonio 521, a pasos de Monjitas, que atiende de 10 a 21 horas.

Su vitrina exhibe una gran fotografía con frutas exóticas y sus nombres, con certeza palabras nuevas para el glosario frutal santiaguino: tomate de árbol, curuba, lulo, banano y guanábana. "Además, tenemos una mora que es más ácida, rosada y refrescante", agrega.

En octubre de 2011, Mirtza compró este lugar que era una pizzería no sólo para atraer inmigrantes, sino con el objetivo de dar una alternativa a los capitalinos. "Recomiendo un batido con leche de guanábana (parecida a la chirimoya). Siempre vuelven", dice.

Para tener fruta todo el año, importan la pulpa natural envasada desde Colombia. Además, ofrecen comida rápida de ese país.

Lo mismo hace la dueña del bar de jugos "Del Oriente", la colombiana María Adelaida Ceballos, en Antonio Bellet 7, de Providencia.

Tienen la misma variedad de frutas de su par colombiana. "A los jugos les damos un valor agregado. Tenemos dulces, como la guanábana, agridulces como la curaba -muy buena con leche- y ácidos como el lulo y la guayaba, ricos en vitamina C".

En ambas tiendas los precios fluctúan entre $ 1.000 y $ 1.700, dependiendo si el cliente quiere uno o más variedades de fruta y si desea un batido con leche.

"Aquí ofrecemos una limonada fría con panela (chancaca), un isotónico natural que usan los deportistas en Colombia", agrega Mirtza, quien comenta que sus clientes suelen preguntar por algún "batido del amor".

"Tenemos la idea de traer este año pulpa de borojó. No hay colombiano que no la conozca como afrodisíaca. Ya la van a conocer en Santiago", remata, entre risas.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.