Los difíciles días del líder de la revolución Rapa Nui de 1964

<P>Alfonso Rapu (68) lideró el movimiento por los derechos isleños y hoy mira con preocupación las tensiones en la isla.</P>




Iorana koro le dice la gente con respeto cuando pasa por la feria o recorre la caleta. Alfonso Rapu tiene 68 años y hoy está dedicado a la agricultura. Fue alcalde y es el marido de la gobernadora Claudia Cardinali, pero los pascuenses lo recuerdan como el profesor que en 1964 se enfrentó a la Armada, que entonces tenían el poder militar de la isla.

Entonces fue salvado por más de un centenar de mujeres que levantó en el aire a los marinos armados que lo rodeaban, tras interrogarlo por sus actividades por los derechos de los rapanui.

Lo recuerdan por el movimiento que inició y sus resultados: el término de las prohibiciones a los isleños para circular, la anexión de la isla a la Provincia de Valparaíso y su reconocimiento como ciudadanos.

Rapu responde con amabilidad a los saludos, pero se ve cansado. Su esposa asumió en medio del proceso de tomas y hoy apenas la ve. También se nota afectado por los incidentes del viernes de la semana pasada, cuando la fuerza policial se enfrentó con los isleños, luego que unos pascuenses incumplieran el mandato del tribunal de no acercarse a una casa del Poder Judicial que había sido tomada.

Dice creer posible un acuerdo pacífico, pero que los ánimos hacen improbable que sea en 2010, el plazo fijado por el gobierno: "No tan pronto".

Sobre la revolución de los 60' recuerda que llegó a Santiago a los 11 años y que pasó casi tres años desorientado: "Me fui sin saber ni escribir, prácticamente". En la capital se convirtió en profesor normalista y regresó a su tierra como docente, en 1963.

Dice que gradualmente fue conociendo sobre las injusticias que vivía su gente y que un momento clave fue cuando en 1962 se enteró, en Santiago, que habían castigado a su hermano con 50 latigazos. Al llegar cuenta que organizó clases de alfabetización y expediciones de forestación, que en realidad perseguían "sacar a los niños de este encierro", ya que muchos ni siquiera conocían la isla.

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