Los intentos por rescatar del declive al emblemático Liceo Valentín Letelier

<P>El colegio pasó de tener 1.500 alumnos a 180 hoy. La crisis se intensificó a partir de 2006.</P>




Corría el año 1888 cuando las autoridades decidieron crear un colegio que pudiera absorber parte de la gran demanda que tenía el emblemático Instituto Nacional. Así nació el Liceo Santiago, que años después se convirtió en el Valentín Letelier, de la comuna de Recoleta, y que en sus años de gloria llegó a albergar a más de 1.500 estudiantes. Una realidad que hoy recuerdan con nostalgia sus ex alumnos, al ver un colegio con sólo 185 matriculados y que ocupa la mitad de su capacidad.

La alerta de un posible cierre del establecimiento llegó en enero de este año, cuando Norman Davis, un ex alumno, recibió un correo electrónico de un ex compañero y antiguo profesor del recinto, ubicado en la calle Buenos Aires. El email advertía una situación que se venía arrastrando desde hace años, pero que llegaba a su punto más complicado: el liceo contaba con menos de 100 alumnos. "Lo primero que sentí fue pena y rabia. ¿Cómo podía ser posible que un colegio de tradición se hundiera de esta forma? Teníamos que hacer algo, porque sospechábamos que con menos de 150 matriculados podrían cerrar el colegio", dice. Tras esto, crearon una página de Facebook -que hoy reúne a más de mil ex alumnos- y que fue la plataforma principal para hacer publicidad al recinto municipal. "En conjunto con la dirección, pusimos avisos publicitarios, lienzos, donde llamábamos a las personas a matricular a sus hijos para que continuara el legado que vio formar a mi padre, hermanos y esposa", cuenta.

Por su parte, la Municipalidad de Recoleta tomó la decisión de intervenir el colegio, sacando al entonces director.

Pasado ilustre

El colegio vio pasar a estudiantes como el ex Presidente Patricio Aylwin y el actual alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, quien estudió hasta segundo medio en el Valentín Letelier. "Mi liceo tenía más de mil alumnos. Que pena que hoy haya tan pocos. Lo recuerdo lleno de niños jugando, estudiando en los pasillos. Era un patio gigantesco, cuatro pabellones y muchas salas. Todavía recuerdo a mi profesora de inglés que se ofrecía a hacerme clases los fines de semana cuando no entendía algo. Los docentes eran muy dedicados y de excelencia, ellos fiscalizaban a sus pares de Las Condes", recuerda.

Hoy la realidad es distinta. De los cuatro módulos construidos para albergar a 1.200 alumnos, se ocupan sólo dos. Y los cursos utilizan sólo cinco salas. El resto de las dependencias está cerrado, ya que no alcanzan los recursos para vigilar y mantener los más de 10 mil metros cuadrados.

"Está tan abandonado, que ni la estatua de Letelier existe. En mi generación, le colgábamos una camisa o gorro cuando teníamos una prueba muy difícil y le pedíamos amparo. Todas las tradiciones se perdieron", cuenta Norman Davis.

La fuga de alumnos se intensificó a partir de 2006, cuando su matrícula superaba los 800 estudiantes. Entre ese año y 2010, el liceo perdió más de 500 alumnos.

Para la directora del establecimiento y quien fue la encargada de intervenir el colegio, Lorena Florín, las causas son variadas. "Ocurrió una migración de estudiantes a colegios subvencionados, se abrió el colegio a alumnos con malos antecedentes conductuales y de notas, lo que generó que los padres retiraran a sus hijos. A esto se suma una mala gestión de parte del director anterior y una falta de atención hacia el colegio", afirma.

Una realidad que es compartida por Davis, quien apunta sus dardos contra la administración anterior. "Se pudo haber invertido más dinero en el colegio, hace casi dos décadas que no se arregla el establecimiento".

Intervención y rescate

La idea de la Municipalidad de Recoleta es que el liceo continúe abierto. Es por esto que formularon un plan, que partirá ampliando las vacantes. En la actualidad, existen dos primeros medios de 40 alumnos, uno de segundo y tercero; y un cuarto medio, con 26 estudiantes. "En 2013 la idea es ofrecer 120 vacantes para primero medio", dice Florín.

Además, se reorganizó el centro de padres, que no existía; y se creó una asociación de ex alumnos, que ayudará con los planes de revitalización.

Entre las nuevas actividades figuran rescatar la tradición: este año al inicio del período escolar, los estudiantes nuevos recibieron una semana de inducción, donde se les contó la historia del Valentín Letelier. Los ex alumnos asisten a dar charlas a los estudiantes de cuarto medio. "Estas pequeñas acciones buscan fomentar el compromiso entre los estudiantes y esperamos que den resultado. No queremos que se pierda la tradición", cuenta la directora.

La municipalidad apostará a una mejor publicidad, en especial entre sus escuelas básicas.

Asimismo, no descartan postularse nuevamente como liceo bicentenario, ya que en 2010 se presentaron, sin resultar favorecidos. "Sería un gran impulso", dice Florín, quien en septiembre dejará el puesto y guiará al nuevo director que se elegirá a través de un concurso público- quien se encargará por cinco años del recinto.

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