Los juegos de palabras del diseñador Juan Carlos Berthelon

<P>Figura del diseño de los 70 y 80, creó los logos de Soprole y Mademsa. Un libro recoge sus ingeniosos juegos tipográficos.</P>




Tiene una prestigiosa carrera de más de 40 años en el diseño gráfico local, pero cuando a Juan Carlos Berthelon se le pregunta por su trabajo favorito, no duda en referirse al primer encargo que recibió: el logo para los Juegos Panamericanos que se harían en Chile, en 1975, y que tras el golpe de Estado se movieron a Cali, Colombia. "Me gustaba la gráfica, pero no era experto. En 1972 se me propuso hacer este logo y siento que aún sigue vigente", dice Berthelon.

Ese mismo año dejó la escuela de Arquitectura para trabajar como diseñador junto a su amigo Rodrigo Ampuero, quien venía llegando de la Escuela de Ulm, heredera de la Bauhaus en Alemania. No paró más.

Desde entonces, Berthelon se transformó en uno de los testigos y protagonistas clave del desarrollo del diseño y la publicidad en Chile. Trabajó para distintas agencias, como Publiart, Matte&Méndez y Walker y Weiss, creando logos tan emblemáticos como el de Soprole, Mademsa, Nova y Sindelen. "Hicimos varios avances, como crear el primer manual de imagen corporativa. Creo que estuve en el lugar y el momento precisos", señala el diseñador.

Hoy, Berthelon sigue trabajando de manera independiente para varias compañías, aunque lo que le obsesiona por estos días es un ejercicio de ingenio tipográfico, con el que practica el arte de transmitir un concepto en una sola imagen. La palabra "hijo" la trabaja de tal forma que en la palabra está contenido gráficamente una madre y su hijo. Lo mismo pasa con la palabra "otoño", donde la tilde de la eñe se convierte en una hoja que cae. El trabajo de estos últimos tres años lo compila en Ludogramas, volumen que está disponible en librerías y del que ya está preparando un segundo tomo. "Me inspiré en la obra del norteamericano Herb Lubalin, que hace algo similar. Las letras a través de sus formas, su ubicación en la página, son capaces de sugerir y evocar asociaciones con una serie de situaciones, atmósferas y estados de ánimo. Lo que me gusta es lograr la máxima simpleza, que sea algo muy sutil y hasta emotivo. Este es un excelente ejercicio previo al diseño de marcar", cuenta Berthelon, quien ha sido profesor en la U. de las Américas, Duoc y Uniacc.

Además de sus Ludogramas, el diseñador prepara un libro que reúne todos sus logotipos y que de paso servirá como una revisión histórica del diseño local. "Estos son libros bastante únicos. Diseñadores como Vicente Larrea y Julian Naranjo han editado sus obras, pero falta mucho por hacer en diseño. La idea es sorprender al lector con diseños muy económicos, sencillos, pero inteligentes", resume.

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