Los MBA que refrescan y alargan la carrera de ejecutivos exitosos
<P>Los programas tipo Sloan, implementados con éxito por prestigiosas escuelas de negocios a nivel mundial, llegaron a Chile. Su objetivo: renovar conocimientos, preparar el camino para el emprendimiento y generar opciones para un segundo aire laboral.</P>
Uno de los temas que más preocupación generan en la actualidad es el envejecimiento de la población mundial y la cada vez mayor esperanza de vida. No es que vivir sea malo, sino que el cambio demográfico que eso significa también tiene implicancias como, por ejemplo, menor fecundidad, mayor demanda de atención en salud y de prestaciones previsionales. Chile está alineado con esa tendencia, al punto de que la proyección de vida de una persona al nacer alcanza hoy los 79,6 años y se estima, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que en 2020 llegará a 77,4 años para los hombres y 82,2 años para las mujeres.
La situación está estrechamente vinculada con el crecimiento del tiempo que transcurre entre el momento en que una persona deja de trabajar y su fallecimiento, aseguran los expertos. Y si es así, agregan, vale preguntarse ¿qué hacer en materia laboral durante esos años?
El aumento de la esperanza de vida va de la mano del hecho de que, actualmente, las personas están mejor preparadas para el mundo del trabajo, con conocimientos académicos, talentos y atributos que antes no eran comunes. Sin embargo, dichas ventajas generalmente se pierden cuando una persona pasa al sector pasivo. La inactividad, en muchos casos, también genera pérdida de facultades físicas y/o mentales. Y, además, señalan los expertos, en el mundo gerencial es frecuente que sobre cierta edad -desde los 45 años, principalmente-, ejecutivos de primera línea sean reemplazados por colegas menores, aun cuando sus capacidades sigan plenamente vigentes.
Para combatir ese fenómeno, a nivel internacional se ha ido popularizando la creación de posgrados dirigidos a gerentes senior y que buscan extender la vigencia laboral de esos profesionales.
A Chile estos programas ya llegaron de la mano del ESE Business School, de la Universidad de los Andes y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).
"Actualmente, se está observando que pueden pasar más de 30 años de brecha entre perder el empleo y la muerte de una persona que ha llegado a cargos de top management. De ahí la necesidad de reinventarse y alargar la vigencia. En ese sentido, hay un porcentaje relevante de profesionales que ha llegado a cargos de alta responsabilidad y, sin embargo, no ha hecho un posgrado", explica Jon Martínez, director del Senior MBA del ESE.
Este programa está dirigido a personas de 40 años en adelante, con al menos 15 años de experiencia y trayectoria y que, actualmente, se encuentren en cargos de alta dirección y busquen prepararse para la segunda etapa laboral.
En el caso del Advanced MBA (Amba) de la UAI, el enfoque es distinto, porque su mirada apunta a perfeccionar al profesional en la actividad que ya está desarrollando. "Dado que todos los participantes están en cargos de alta responsabilidad, no ven el programa como una forma de ascender en la organización, sino que les permite centrarse en desarrollar las habilidades y competencias que complementen su perfil actual para ser mejores ejecutivos", afirma el director de MBA de la Escuela de Negocios de la UAI, Jorge Niño.
El origen
A nivel internacional existen tres programas muy valorados, todos llamados Sloan en reconocimiento a Alfred Sloan. Este ingeniero y empresario creó hace más de 80 años el primero de ellos en el MIT para potenciar la capacidad de liderazgo y gerenciamiento de ejecutivos de alto potencial que estuvieran en la mitad de sus carreras: con experiencias cercanas a los 15 años y edad en torno a los 40 años.
Luego, la London Business School y Stanford lanzaron sus propios posgrados y con éxito, porque efectivamente cumplen su promesa. "Estos programas ayudan a potenciar un segundo momento en la vida laboral, siempre que la primera parte de sus carreras haya sido fructífera y el ejecutivo demuestre habilidades de liderazgo y resultados con potencial de continuar creciendo", precisa Eduardo Antunovic, managing partner Caldwell Partners.
Un elemento básico es que los alumnos que han tenido éxito y resultados probados por largos períodos en diferentes empresas, pero que, en general, no invirtieron los dos años que exige un buen MBA, probablemente tuvieron logros tempranos en sus carreras y eso los mantuvo ocupados. "El éxito de esos profesionales es lo que buscan los ejecutivos jóvenes que cursan un MBA, pero que aún no pueden demostrar. En ese sentido, los profesionales más senior y con experiencia tienen una ventaja: sus resultados y triunfos están probados, mientras los de los jóvenes son mayormente potenciales y, por tanto, inciertos", añade.
La promesa
Como el público objetivo de estos programas son gerentes que, a esas alturas, no tienen mucho que demostrar, salvo su vigencia pasada cierta edad, los senior MBA no potencian la empleabilidad. Es así que, en términos académicos, su diferenciación fortalece posibles debilidades en otros campos como, por ejemplo, gestión de recursos humanos, implementación, sustentabilidad y, en general, todos temas nuevos que han cobrado vigencia en los últimos años y que, por eso mismo, quienes superan cierta barrera etaria no manejan con tanta fluidez.
"Nosotros ponemos más foco en cuestiones que potencien la transición a ser emprendedor, el camino a ser empleado-empresario", destaca Martínez, en relación al Senior MBA del ESE. Esto implica materias sobre directorios y gobiernos corporativos, dirección internacional e innovación, entre otras. "Todas pensadas en altos cargos, expatriados, gente a la que le va a tocar dirigir proyectos, aprobaciones ambientales, por ejemplo", agrega.
El Advanced MBA de la UAI, por su parte, busca perfeccionar la visión estratégica, liderazgo, capacidad de innovación, trabajo en equipo y la transformación en las organizaciones. "Nos dirigimos a empresarios y altos ejecutivos, encargados directos de provocar el crecimiento de sus negocios, con al menos cinco años de experiencia gerencial", detalla Niño.
Cualquiera sea el ejemplo, dos puntos son clave: deben refrescar académicamente y potenciar una capacidad ya demostrada de liderazgo a ejecutivos experimentados y exitosos. Pero también no deben ser vistos como una salvación para quienes carecen de una carrera razonablemente exitosa y esperan conseguirla por esta vía. Esto sería alimentar una falsa esperanza que ningún programa podría asegurar, concluyen los expertos.
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