Los negocios de los empresarios argentinos dueños de Kentucky Fried Chicken en Chile
<P>Vienen de la banca y manejan un pool de negocios que incluye industria de alimentos, textil y los sectores energético e inmobiliario. Quieren ser operadores regionales. </P>
EN 2001, en plena crisis económica en Argentina, cuatro ejecutivos con trayectoria en el sector bancario transandino dejaron sus cargos y formaron una sociedad de inversión llamada Desarrollo y Gestión (D&G). Diez años después, ya transformados en un grupo con posiciones en las industrias del consumo, textil, eléctrica e inmobiliaria, aterrizaron en Chile con la compra de la operación local de Kentucky Fried Chicken (KFC). Se trata de una de las principales cadenas de comida rápida en el país, con 45 locales y ventas anuales por US$ 40 millones, cuya representación estaba en manos del empresario local Ricardo Vilensky, desde 1993.
Desde aquí planean convertirse en actores regionales del negocio del fast food, en una estrategia que incluye Argentina, Uruguay y otros países de América Latina. ¿Quiénes son? Dueños de la cadena de cafeterías Havanna, el grupo lo integran Carlos Giovanelli (51), ex presidente de Citibank en Argentina; el economista Guillermo Stanley (63), quien comenzó su carrera en Banco Nación, luego estuvo en la petrolera transandina Bulgheroni y más tarde fue vicepresidente de Citibank en Argentina; y Damián Pozzoli (45), ex managing director de Deutsche Bank en Argentina. El cuarto socio, Osvaldo Pieruzzini, también hizo gran parte de su carrera en el Citi.
Autodefinidos como "inversores estratégicos de oportunidad", según dice Damián Pozzoli, cuando se trata de planificar una nueva compra, ninguno de estos cuatro administradores de empresas tiene una preferencia marcada por un sector. Pero con el tiempo se han ido especializando en algunas áreas como el retail, en empresas que han podido desarrollar. "Con inyección de capital y talento pueden crecer rápidamente. Eso es lo que sabemos hacer", define el ejecutivo, al teléfono desde Buenos Aires.
Así ocurrió en el caso de Havanna, que en 2003 buscaba negociar una deuda por US$ 32 millones. Tras recibir la petición de quiebra de sus acreedores, su último propietario, el fondo de inversiones Exxel Group, lo traspasó.
Ese año, los socios tomaron el control de la firma y a poco andar duplicaron sus ventas en volumen. Hoy, su facturación bordea los US$ 100 millones al año, opera más de 190 locales en Argentina, concentrados en Buenos Aires, y 170 adicionales en Perú, Brasil (Sao Paulo), Paraguay, Venezuela, México y España. En Chile, tiene 11 tiendas, la mayor parte de ellas en Santiago, y la idea es crecer en el resto del país.
Los socios crearon D&G a la manera de un fondo de inversiones, con dinero de terceros y algo de capital propio, para aprovechar las oportunidades que, en ese año 2001, ofrecía el mercado local. La combinación de precios razonables y falta de financiamiento, según cuenta Pozzoli, fueron relevantes en su emprendimiento.
En una década, han puesto sus fichas en diversas industrias, de una manera más bien pausada, en línea con el estilo con que han trabajado en estos años. "Hacemos negocios en Argentina, un país que tiene su volatilidad y somos cautelosos con cada paso que tomamos", advierte Pozzoli. Siempre, agrega, toman las decisiones en conjunto y lideran a la par las operaciones en las que se involucran. También han sumado nuevos partners. En el caso de D&G, entre los aportantes está Gustavo D'Alessandro, ex director de Arcor, y la familia Stuart Milne, dueña del Banco Patagonia, en Argentina.
El pool de negocios incluye, además de Havanna -que opera la chocolatería Fenoglio-, inversiones en indumentaria, con la marca Reef de ropa para surf, en Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, que está bajo su mando desde 2009. Ahí están asociados con el empresario Diego Solá Prats. En el sector eléctrico, tienen presencia a través de Edersa, una empresa de distribución eléctrica en la provincia de Río Negro, que compraron en 2005 a First Energy de EEUU, y son dueños de la firma Impresora Contable S.A. (ICSA), dedicada a las impresiones de seguridad, como cheques y papeles notariales, que adquirieron en 2004 y opera en Argentina.
Los emprendimientos llegan hasta el sector inmobiliario, donde son socios de la familia D'Alessandro. Con ellos han impulsado proyectos de casas en Punta del Este, Uruguay.
Para aterrizar en KFC, los dueños de Havanna crearon la sociedad Desarrollos Gastronómicos S.A. (Degasa), que operará en forma independiente de D&G y que está formada, además, por Gustavo D'Alessandro y la familia Stuart Milne. Su foco será América Latina, tomando a Chile como plataforma. El contacto con Ricardo Vilensky se hizo a través del banco de inversión MBA Lazard, ya que el grupo de empresarios conocía a los ejecutivos de esa entidad a uno y otro lado de la cordillera. "Nos sentimos muy cómodos con Chile. Es un país predecible y serio", indica Pozzoli. Junto con KFC, el grupo asumió también el control de China Wok, la mayor cadena de comida china nacional, con 14 locales en el país y una facturación en torno a US$ 5 millones anuales. "Chile está desarrollando mucho los shopping mall, sobre todo en regiones. Hay una oportunidad para estar ahí con KFC y China Wok", adelanta.
El segundo paso es Argentina, donde el grupo tiene los derechos para desarrollar las marcas Pizza Hut, Wendy's y KFC. Ya tienen un contrato firmado para abrir 50 locales de Wendy's en 10 años y podrían traer, eventualmente, la marca a Chile. "Es una idea, un plan", responde.
En general, les interesa el área de alimentos, porque ven una oportunidad para expandir cadenas que ya tienen e incluso "tener otras marcas que están probadas en el mundo y que funcionan muy bien, y traerlas a la región", sostiene. Además, el ejecutivo destaca: "Hay mayor consumo en todos los países de la región, producto de los precios de los commodities y todo eso es consumo puro".
La idea es emular el modelo de negocios de la mexicana Alsea, que hoy maneja marcas como Starbucks, Domino's Pizza y Burger King, entre otras. En este escenario analizan posibles futuras compras de otras cadenas de family restaurant, tanto en Chile como en Argentina.
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