Los nuevos chilenos de Silicon Valley

<P>Le dicen "el Hollywood de la tecnología", y no es para menos: cada año, cientos de emprendedores llegan a buscar el éxito en la tierra que vio nacer a gigantes como Apple y Google. Un grupo de chilenos también busca ganarse un trozo de la torta. </P>




NICOLÁS ORELLANA es el primero de una generación de emprendedores que, considerando la proyección de su empresa y sus futuros contactos de trabajo, decidieron moverse con todo a Silicon Valley, California, la cuna de la tecnología, donde surgieron gigantes como Hewlett Packard, Apple y YouTube. Welcu, su compañía, ofrece un servicio en línea que permite organizar eventos de manera simple para empresas que necesiten coordinar desde las invitaciones hasta la acreditación in-situ. Ha logrado conseguir inversionistas como Eric Schmidt (ex-CEO de Google) y ganó un lugar en el concurso TomorrowVentures, gestado por el ejecutivo y que cada año elige a las 25 empresas con más proyección en el mercado. Pero no ha sido fácil. "Cuando nos enteramos en 2010 que la gente de este organismo venía a Chile, los perseguimos. Después de tanta insistencia, nos invitaron a presentar el proyecto en EE.UU., y lo logramos en enero", comenta Nicolás a La Tercera.

Él y su equipo sienten que hay una diferencia abismal entre la manera de hacer negocios en Chile y EE.UU. "Tras cuatro meses acá hemos construido una red de contactos que nunca imaginamos. Usamos el 80% del tiempo para crear y pensar. Allá, el 80% del tiempo lo pasamos luchando contra la burocracia. Nos tomó cuatro meses conseguir una cuenta corriente y dos meses para la constitución legal, cosas que logramos aquí de inmediato". También destaca la cercanía y colaboración entre las empresas en el valle, muy diferente al ambiente en Chile. "Una vez estábamos trabajando para integrar LinkedIn a nuestro sitio y pensé 'qué bueno que alguien de allá estuviera aquí'...fui al baño del edificio y me encontré con uno de ellos ahí mismo. Le pedí ayuda y se ofreció de inmediato. Silicon Valley es un pañuelo y todos entienden el valor de la colaboración".

La experiencia en Google

Otro pionero nacional es José Miguel Guzmán, el primer chileno en llegar a trabajar a Google. Al principio, le costó creer lo que le estaban ofreciendo: "Un día de marzo de 2007 me llegó un correo titulado An interesting opportunity. Pensé que era uno de esos mails donde te ofrecen un millón de dólares si das los datos de tu cuenta o algún otro spam". No era el caso. Era el correo de un reclutador de Google que había visto su perfil en LinkedIn -red social para profesionales- y que lo consideró como buena adición al equipo de Mountain View, casa matriz de la compañía en Silicon Valley.

"Tras varios correos me dijeron que tenía que ir a la entrevista allá. Había leído sobre ese proceso en Google -considerado uno de los más rigurosos entre las empresas de tecnología- y me preparé por semanas estudiando y simulando la entrevista con una profesora de inglés. El proceso es duro, con preguntas muy complicadas, distintas personas de diferentes grupos, y dura un día completo", dice Guzmán.

Semanas más tarde, y mucha ansiedad de por medio, José Miguel recibió la notificación: el comité había aprobado unánime su contratación, y desde entonces se ha encargado en desarrollar las estrategias de distribución de contenidos de Google para América Latina y parte de EE.UU. Trabaja directamente con los proveedores de internet para asegurar que los servicios de la compañía -como Gmail y YouTube- funcionen a nivel óptimo. "Para eso hay que trabajar con los proveedores de internet latinoamericanos en proyectos conjuntos. Pero, además, la compañía colabora para que países pequeños de la región fortalezcan sus redes, ya que creemos que es parte importante de su desarrollo".

A pesar de su complejo proceso de entrada a la compañía, José Miguel destaca el ambiente laboral, donde el tiempo se optimiza de manera que no exista fatiga entre los trabajadores. "El manejo del tiempo es súper eficiente. En Chile se pierden muchas horas en cosas, como esperar al jefe en una reunión; algo que en Google es impensable. Incluso cuando nos reunimos con algún CEO, nadie deja los jeans y la polera, ya que la idea es enfocarse en lo importante del trabajo y no distraerse en las formas".

Avanzada chilena

Gonzalo Torrealba está radicado en el valle hace ya unos meses con Ikwest, compañía que elabora aplicaciones que permitan una interacción masiva a través de celulares. Según dice, la idea es poder desarrollar proyectos "como una búsqueda del tesoro a través de GPS y logros desbloqueables o votaciones interactivas al estilo de ¿Quién quiere ser millonario?". En Chile recaudó más de US$ 100 mil con clientes como BCI y Entel. Tras ganar varios proyectos en Chile, decidió instalarse en California después de conseguir la ayuda necesaria de Corfo.

Cuenta que la experiencia ha acelerado entre "cinco y 10 veces" el crecimiento de su empresa. El plan de negocios creado en el país no le sirvió de mucho al llegar y recibió críticas por su poca proyección global. "Aquí todos piensan a nivel mundial, ni siquiera los paraderos de micro se salvan de conversaciones de negocios tecnológicos.

Una vez al tomar un bus escuché la conversación de un tipo que venía de un asado en la casa de Mark Zuckerberg -fundador de Facebook- y otro que iniciaba un nuevo sitio estilo Groupon", cuenta Gonzalo desde Sunnyvale.

"Podría decirse que nos falta mirar más el mundo. Viajar, explorar, conversar en múltiples idiomas. Ahora hay 20 chilenos en Google, una compañía que tiene 10 mil empleados. Quisiera que lleguen muchos más", cuenta Ignacio Bugueño, que también se radicó este año en California con RouterShare, proyecto apoyado por Corfo, que pretende entregar servicios de internet al 80% de la población que aún no lo tiene. "Nosotros convertimos comercios minoristas en hotspots WiFi, sobre los que prestamos servicios de internet prepagado. Usando esta tecnología podemos dar acceso a la red por menos de US$ 20 al mes". Bugueño destaca que no pretende ser una competencia para los proveedores ya establecidos, sino que un punto de partida para aquellos que no tienen ninguna alternativa.

Sobre la relación entre empresas con trayectoria y las que buscan oportunidades, coincide en que la colaboración es clave. "Aquí la experiencia de trabajo difiere de Chile. Todos están dispuestos a ayudarte. Gente de Stanford o Google con mucha experiencia puede llegar a tener profundas conversaciones contigo sin siquiera conocerte de antes". Nicolás Brenner, también radicado en Sunnyvale, indica que "la gente está abierta a conocer a otra gente y conectar rápidamente con potenciales clientes. Todo es muy dinámico, pero lo importante es mostrar compromiso".

Brenner es parte de los becados del proyecto Global Connection de Chile Innova. Creó ClickFono, sistema que permite conectar automáticamente los call centers de una empresa con su sitio web, permitiendo acceder desde un PC, eliminando la necesidad de llamar a números 600. Desde su llegada a EE.UU. se ha contactado con fondos de inversión y sigue creando nuevos contactos. Según él, éstos se hallan a la vuelta de la esquina. "Una vez me invitaron a dar una vuelta en helicóptero por la bahía de San Francisco para hablar de negocios. En un bar conocí a quien más tarde sería un gran socio comercial en ClickFono, y en otro viaje conocí a quienes me dieron los contactos con algunos de los top cinco de Silicon Valley."

Aníbal Valencia también fue uno de los becados por el proyecto de Chile Innova y se instalará en unas semanas más en el valle con Gled, propuesta de realidad aumentada que procesa imágenes del mundo real, agregándoles objetos 3D en la pantalla del computador una vez que es capturada a través de una cámara web común. En Chile ya tuvo experiencias exitosas trabajando con clientes como Chocapic, Rexona e Intel. Fundó la empresa en Valparaíso con amigos de la U. Técnica Federico Santa María y desde entonces ha ganado varios concursos internacionales, llegando a competir por financiamiento en un concurso internacional organizado por la U. de California en Berkeley en noviembre pasado. Su experiencia le ha entregado frutos, pero de ninguna manera ha sido simple en un terreno en el que compite con países altamente preparados, como India, Japón o China. Como escribió en el blog chileno Webprendedor: "El emprendimiento a nivel regional no es fácil. Partimos en 2007 como un proyecto de la universidad y no vendíamos nada en ese entonces; trabajábamos 'por amor al arte'. Tras ver las proyecciones comerciales, decidimos continuar, y aunque cada vez se nos hacía más complicado, decidimos seguir adelante".

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